miércoles, 2 de diciembre de 2015

PROSCRITOS Y DESCONTENTOS: LOS GRIFOS EN LAS NOVELAS DE MARIANO AZUELA


 
 
PROSCRITOS Y DESCONTENTOS:
LOS GRIFOS  EN LAS NOVELAS DE MARIANO AZUELA
 
*La Revolución los invisibilizó, pero no la pos-revolución.
 

**En la década de la prohibición, no erradico una costumbre popular.
Juan Pablo García Vallejo
En este año de 2015 se cumple un centenario de la publicación de la novela Los de abajo, del doctor Mariano Azuela, publicada por el periódico El Paso del Norte. Mucho se ha escrito de esta novela sobre sus caudillos, los políticos oportunistas que aparecen pero casi nunca se menciona al soldado marihuano, que al fin de cuentas fue el alma de la revolución.
La popularidad  del consumo de marihuana en la Revolución se dio a través del universal corrido de La Cucaracha, que muchos refieren al usurpador Huerta pero en realidad es una corrido villista en honor a la máquina de vapor, símbolo del progreso pues sin trenes no hubiera habido revolución mexicana y creo que tampoco sin los soldados marihuanos.Una revolución cuyo himno celebra una cucaracha marihuana.” escribió Carlos Fuentes.
El doctor Azuela recurrió a su experiencia revolucionaria y profesional como médico de barrio para reflejar la vida del pueblo, es decir, que escribe sus novelas para el pueblo y los personajes son completamente populares: el soldado raso, la adolescente violada, el emigrante angustiado y confundido, etc.
En la novela más famosa Los de abajo, que funda el subgénero de la “novela de la Revolución” le da un lugar secundario y fugaz al soldado revolucionario y marihuano, un integrante de la tropa del guerrillero Demetrio Macías, que habla con el Curro Luis Cervantes, en el capítulo V:
“Otro, joven, muy inteligente, pero charlatán hasta por los codos, dipsómano y fumador de marihuana, lo llamó aparte…”
Ahora ya no es ningún secreto que los soldados de todas las facciones contendientes en la revolución consumían marihuana por riesgo de trabajo, por evasión a la dura y monótona rutina cuartelaría. Pero antes se mantenía en voz baja, se hacía pero no se decía y mientras la marihuana fuera una costumbre popular de los pobres no había ningún problema.
Y por prejuicios crecientes de discriminación social, clasista y racista, de la nueva burguesía urbana pos-revolucionaria hacia todo el pasado indígena y el campesino, el soldado marihuano fue completamente exiliado de la Revolución mexicana, invisibilizado. Esto comprueba lamentablemente que la historia de la marihuana y sus consumidores es un capítulo de la historia de los grupos socialmente invisibilizados. Los marihuanos siempre han sido proscritos y descontentos.
 
Exilio e invisibilización que también conoció el propio doctor Azuela, pues esta obra la concluyo en el exilio en Paso del Norte y se le invisibilizó desde su publicación, en 1916, dentro del ambiente literario de la capital del país, en una década nadie había oído hablar de esta novela del Mariano Azuela, hasta que se re-descubrió en 1924. Los de abajo es la única novela que trata el tema de la Revolución y todavía después de una década nadie quería escribir de ella. Ese es principal mérito de esta obra, tratar la revolución de forma autocritica, describir cómo fue realmente la Bola, pues Azuela fue también revolucionario, maderista y villista.
 
Leyendo con más atención las siguientes novelas del doctor Azuela descubrimos que en varias de estas vuelve a presentarnos diversos personajes literarios consumidores de marihuana en distintos contextos sociales: el arrabal (La Malhora), la pérdida de la identidad en la ciudad en crecimiento (La luciérnaga), el conflicto religioso con los cristeros (El camarada Pantoja).
 
En la ciudad de Mexico escribe la novela corta  La Malhora, en 1923, en un contexto arrabalero describe la vida difícil de una adolescente de quince años, Altagracia, que en el bajo mundo la conocen con el apodo de “La Malhora”. Es aficionada al pulque y la marihuana, y a la vez una víctima de la desigualad social y de la violencia de género.
Describir la vida de “La Malhora” no le fue difícil al doctor Azuela pues por su trabajo cotidiano en la Beneficencia Publica de Peralvillo tenía contacto directo como muchos personajes del pueblo y de la cultura criminal.
 
“Para escribir La Malhora nunca tuve material más abundante y al alcance de mi mano”, dice el doctor Azuela.  “Es el caso de una muchacha levantada en el arroyo: su tragedia es la tragedia vulgar de esos seres nacidos en el estercolero que a los primeros rayos del sol se marchitan y mueren;  se trata de Altagracia, llamada por mal nombre la Malhora, nacida con la herencia de muchas fallas físicas y mentales, madurada con la educación y moral de los hampones metropolitanos Brutalmente violada por uno de ellos cuando apenas comienza a ser mujer...”
 
Y en su novela vanguardista, La luciérnaga, 1932, también aparece un marihuano de nombre Dionisio Pólvora, un campesino “fuereño”, atraído por el espejismo urbano revolucionario, pero que se ese enfrenta a muchos problemas económicos y la perdida de la moral y las dificultades de adaptación a la ciudad lo llevan consumir marihuana para evadirse de realidad.
 
“Frente al drama de los provincianos recién llegados a la ciudad, frente a las conductas de golfos, de prostitutas, de usureros, de cargadores, de marihuanos, de los dueños de cantinas y burdeles, está la ciudad como un gran personaje, proyectando su soberbia y su gran dominio en todas y cada una de las historias.”, escribe su hijo, también novelista Arturo Azuela.
 
Y en la novela El camarada Pantoja (1937), Azuela vuelve a incluir a los soldados marihuanos pero ya en el conflicto cristero de finales de los años 1920.
 
Todos estos personajes grifos –como también se llamaba así a los marihuanos, el mismo doctor Azuela titula un capítulo de La luciérnaga con este nombre- para mi antes eran completamente desconocidos, y nos dicen que el consumo popular de la marihuana estaba más que tolerado socialmente.
 
Sirvan estas líneas para invitar a los lectores a volver a leer las novelas de este gran escritor laguense, un crítico permanente de la Revolución mexicana y de los gobiernos emanados de ella y cuyo prejuicio estatal de intolerancia y prohibicionista a las drogas no impedía que la marihuana siguiera siendo una costumbre muy popular.
 
 
Bibliografía
 
Azuela, Arturo, El prisma de Mariano Azuela,  Colección Arturo Azuela, Plaza y Valdez / IPN, Mexico,
Azuela Mariano, Los de abajo, UAM / Fondo de Cultura Económica, Mexico, 2012.
Leal, Luis, Mariano Azuela: el hombre, el médico, el novelista, CONACULTA, Col. Memorias mexicanas, Mexico, 2001.
García Vallejo, Juan Pablo, El marihuano en la narrativa mexicana del siglo XX, Eterno Femenino Ediciones, Colección Letras Verdes, Texcoco, 2014.
Martínez, José Luis, Literatura mexicana siglo XX 1910-1949, CONACULTA, Lecturas Mexicanas Cuarta Serie, México, 2001.
 
 
 
 
 
 

 
 

 
 

 

 

 

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