miércoles, 22 de septiembre de 2010

celebridades de la literatura consumidoras de marihuana

Juasn Pablo garcía Vallejo

22 de septiembre de 2010. Un año después de la muerte del premio Nobel de Literatura Octavio Paz, su díscipulo Aurelio Asiain, en un artículo titulado Octavio Paz, Jaime Sabines, tabaco y otras yerbas, fechado el día 20 de marzo de 1999, afirma que "que el poeta una vez le confirmo que en su juventud había fumado marihuana. Que los jóvenes de Himno entre ruinas, eran él y sus amigos."

donde espumoso el mar siciliano…
Góngora


Coronado de sí el día extiende sus plumas.
¡Alto grito amarillo,
caliente surtidor en el centro de un cielo
imparcial y benéfico!
Las apariencias son hermosas en esta verdad momentánea.
El mar trepa la costa,
se afianza entre las peñas, araña deslumbrante;
la herida cárdena del monte resplandece;
un puñado de cabras en un rebaño de piedras;
el sol pone su huevo de oro y se derrama sobre el mar.
Todo es dios.
¡Estatua rota,
columnas comidas por la luz
ruinas vivas en un mundo de muertos en vida!

Cae la noche sobre Teotihuacan.
En lo alto de la pirámide los muchachos fuman marihuana,
suenan guitarras roncas.
¿Qué yerba, qué agua de vida ha de darnos la vida,
dónde desenterrar la palabra,
la proporción que rige al himno y al discurso,
el baile, a la ciudad y a la balanza?
El canto mexicano estalla en un carajo,
estrella de colores que se apaga,
piedra que nos cierra las puertas del contacto.
Sabe la tierra a tierra envejecida.

Los ojos ven, las manos tocan.
Bastan aquí unas cuantas cosas:
tuna, espinoso planeta coral,
higos encapuchados,
uvas con gusto a resurrección,
almejas, virginidades ariscas,
sal, queso, vino, pan solar.
Desde lo alto de su morena una isleña me mira,
esbelta catedral vestida de luz.
Torres de sal, contra los pinos verdes de la orilla
surgen las velas blancas de las barcas.
La luz crea templos en el mar.

Nueva York, Londres, Moscú.
La sombra cubre al llano con su yedra fantasma,
con su vacilante vegetación de escalofrío,
su vello ralo, su tropel de ratas.
A trechos tirita un sol anémico.
Acodado en montes que ayer fueron ciudades, Polifemo bosteza.
Abajo, entre los hoyos, se arrastra un rebaño de hombres.
(Bípedos domésticos, su carne
-a pesar de recientes interdicciones religiosas-
es muy gustada por las clases ricas.
Hasta hace poco el vulgo los consideraba animales impuros.)

Ver, tocar formas hermosas, diarias.
Zumba la luz, dardos y alas.
Huele a sangre la mancha de vino en el mantel.
Como el coral sus ramas en el agua
extiendo mis sentidos en la hora viva:
el instante se cumple en una concordancia amarilla,
¡oh mediodía, espiga henchida de minutos,
copa de eternidad!

Mis pensamientos se bifurcan, serpean, se enredan
recomienzan,
y al fin se inmovilizan, ríos que no desembocan,
delta de sangre bajo un sol sin crepúsculo.
¿Y todo ha de parar en este chapoteo de aguas muertas?

¡Día, redondo día,
luminosa naranja de veinticuatro gajos,
todos atravesados por una misma y amarilla dulzura!
La inteligencia al fin encarna,
se reconcilian las dos mitades enemigas
y la conciencia-espejo se licúa,
vuelve a ser fuente, manantial de fábulas:
Hombre, árbol de imágenes,
palabras que son flores que son frutos que son actos.



Nápoles, 1948

Esta experiencia sirve y basta para comprobar que el consumo de marihuana no es una enfermedad mortal ni incurable, como creen los prohibicionistas, moralistas y medicos de escaso conocimiento cultural.
Y que gracias a los escritores, desde los poetas románticos la marihuana comenzo a tener celebridades consumidoras, no ya los cientos de anónimos y desgraciados leperos, los miles de indigenas que eran soldados y ladrones. Sino hombres nutridos en las letras, las artes y demás actividades creadoras.
Con el poeta Manuel M. Flores, que Monsivaís dice que fumaba mota y que su biográfo autorizado Marco Antonio Campos dice que no es cierto, quizás para no evidenciar sus deficiencias cognitivas sobre su biografiado o por doble moral o fobia a la marihuana lo niega, es que comienza una larga lista de celebridades literarias consumidoras.
Es decir, que todas las generaciones de literatos y creadores mexicanos del siglo XX le han entrado a la marihuana...
Entre ellas se encuentra José Juan Tablada y su poema El hombre de la Hierbabuena, que fue plasmado por Diego Rivera en un mural del Palacio Nacional con ojeras moradas y ojos rojas por su hábito marihuanaero.
Una actitud contradictoria del Sapo-Rana porque también él se queria aprovechar de su consumo creyéndolo de orígenes mesoamericanos y como única herencia de México al mundo, cuando en 1923, quizo legalizar su distribución e imponer oficialmente fumar mota entre sus cuates los muralistas.
Pero la carrera trepadora de Rivera, no hay otra forma de decirlo porque llego luego de una estancia en París becado por Obregón y terminada la Revolución, lo llevo a dejar un lado la mota y pontificar sobre lo que si es o no es mexicano.
También a los poetas contemporáneos, el grupo sin grupo o también conocidos como los descastados, por no afiliarse a la moda del nacionalismo estatal, le entrar con ahinco a la mota y otras drogas duras gracias a que algunos de ellos eran médicos. Salvador Novo relata el pazón que se dio en La estatua de sal, Elías Nandino en su biografia hace menciona sus aventuras psicotrópicas.
¿Cómo es posible que los contructores de la identidad nacional (Rivera y amigos) y de las instituciones culturales más importantes de México en el siglo XX ( Contemporáneos) con la música sinfónica, el teatro, la crítica literarua y cinematográfica, la traducción de poesía sean también aficcionados a Doña Juanita?
Gracias la doble moral capitalista, que dice: sobríos de día, borrachos de noche.
Por eso no es extraño que Paz de joven también haya fumado marihuana y que por ello se le permitiera escribir el prólogo del libro de Carlos Castaneda Las enseñanzas de Don Juan. en 1967. Nadie racional podria entender ese texto por más abstinencia, racionalidad y ciencia que le pusiera a su explicación.
Tambien los del Taller de la Gráfica Popular tenian su sección cannábica y no era para menos, siguiendo la gran tradicion estetica y cannabica de su maestro Posada.

Para inicios de los 60, en la Epoca de Oro del periodismo cultural, muchos escriotres fumaban marihuana, a escondidas, les daba temor que se supiera su aficción. Y el mismisimo Monsivás estaba viajando en el eclipse de 1970, de otra forma no hubiera podido entender nada de las movimientos sociales, politicos y economicos de la Década Prodigiosa. Aunque despues ya no le hizo, proque fue llamado Mr. Memory y como sabemos la mota disminuye la memoria reciente.
A quien si no le dio pena decir que fumaban marihuana fue a los reprsentantes de la efímer, fugaz y comercial literatura de la Onda, José Agustín, Parménides García y Gustavo Sainz.
También los miembros jovenes de la Camada maldita, Alejandro Ariceaga, Huberto Musaccio, Jose Luis Martinez, aparte de los viejos.
Y a los que no les dio tampoco miedo manifestar su gusto por la marihuana fue a los poetas irreverentes del establishment literario, los infrarrealista Mario Santiago Papasquiaru, Roberto Bolaño, Cuahtémoc Mendez, etc.
Y ahora, tambien los de la Generacion del Crack, la generacion de enterradores de Carlos Fuentes, casi todos han consumido cannabis y esto no les ha impedido escribir sus novelas, ganar sus becas, dar clases en México y en EU, hacer peliculas ni nada, hasta dirigir la politica cultural en estos gobiernos de derecha que solo hacen mal las cosas no por ignorancia sino por que no saben nada.

martes, 21 de septiembre de 2010

El origen de La cucaracha, la amrihuana en la Revolución mexicana

Juan Pablo García Vallejo

Ciudda de Méxuco a 11 de septiembre de 2010.-

En 1910, El consumo de marihuana aparece en las hojas volantes que tratan temas de nota roja sucedidas en la cárcel de Belem, como lo constatan las historiadoras Pilar Gonzalvo Aizpuru y Verónica Zárate, en su libro Gozo y sufrimientos en la historia de México, al comentar un homicidio sucedido en ese sitio:

“Y en los relatos sobre riñas registradas en el interior de la cárcel. Por ejemplo, la hoja que narra el pleito de Eligio Rodríguez Hernández y Albino Linares Escudero. El primero había fumado marihuana y “se encontraba loco de remate”. Según el redactor: “En ese estado de terrible excitación nerviosa, recordó las injurias que días antes le había dirigido Linares Escudero en ocasión de una disputa y resolvió tomar cumplida venganza. Entonces se arrojó sobre él y, sin advertirlo, lo mató con su puñal.”

Es necesario destacar que el ilustrador de estas hojas volantes era el grabador José Guadalupe Posada, que según las investigaciones más recientes de Agustín González sobre la vida de este popular artista era un frecuente consumidor de marihuana. Algo que no tenía mucha importancia, era muy común eta práctica psicoactiva.

Pero las cosas van a cambiar en cuanto al consumo de marihuana en la ciudad de México, con la caída del dictador Porfirio Díaz y los años convulsos de la revolución mexicana.

Pues durante los años que duro el movimiento armado revolucionario se tolerara el consumo entre los soldados federales, luego vueltos anti-reeleccionistas o de cualquier otra facción rebelde, de acuerdo a la opinión del historiador Ricardo Pérez Monfort.

Es importante destacar las aportaciones que hace el doctor Jorge Segura Millán en su excelente libro Marihuana cuando afirma que en la época revolucionaria la popularización del consumo de marihuana fue realizada por el ejército federal, “él fue el encargado de hacer la difusión de su empleo.”

En 1913, se populariza con el corrido La cucaracha, que nos identifica en el mundo entero desde entonces, pero su origen poco conocido es explicado por Segura Millán. Porque se tienen varios mitos populares de su origen, por una parte mucha gente piensa que La cucaracha era el apodo o sobrenombre de un soldado raso que fumaba marihuana, algo común y corriente y tolerado por los autoridades militares como ya vimos.

Pero el doctor Millán, opina sin temor a equivocarse, que se refiere al combustible utilizado en los ferrocarriles, porque los ferrocarrileros así llamaban a las máquinas de vapor, así la estrofa principal de La cucaracha sería de la siguiente manera: “La cucaracha, la cucaracha, / ya no quiere caminar, porque no tiene, / porque le falta leña que quemar.” El último verso fue cambiado por “Marihuana que fumar”, como aclara Antonio García Medina.

Actualmente, en el último de los casos si se piensa que el corrido revolucionario universal se refiere al insecto depredador que conocemos, los entomólogos dicen que la cucaracha no necesita marihuana para caminar porque es muy holgazana. Existen varias versiones de este corrido, cada facción armada la acomodaba a su conveniencia.

Pero se identificara más con el ejército villista, como dice Steven Wishnia:
“En México, después de la revolución de 1910, “La Cucaracha” era el himno del ejército de campesinos de Pancho Villa: “La Cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, marihuana que fuma.”

La cucaracha

La cucaracha, la cucaracha
Ya no puede caminar
Porque no tiene, porque le falta
Marihuana pa´ fumar.
Ya murió la cucaracha;
Ya la llevan a enterrar
Entre cuatro zopilotes,
Y un ratón de sacristán.
En el norte vive Villa
En el sur vive Zapata
Lo que quiero yo es venganza
Por la muerte de Madero
De las patillas de un moro
tengo que hacer una escoba,
para barrer el cuartel de
la infantería española.



Presentamos otra versión más completa de este famoso corrido



LA CUCARACHA

La cucaracha, la cucaracha

Ya no quiere caminar; porque le falta

porque le falta

marihuana que fumar.



Con las barbas de Forey

Voy a hacer un vaquerillo,

Pa’ ponérselo al caballo

Del valiente don Porfirio.



La cucaracha, la cucaracha, etc.

Para sarapes, Saltillo;

Chihuahua, para soldados;

Para mujeres, Jalisco;

Para amar, toditos lados.



La cucaracha, la cucaracha, etc.

Un panadero fue a misa,

no encontrando que rezar,

le pidió a la Virgen pura

marihuana que fumar.



La cucaracha, la cucaracha, etc.

Un zapatero fue misa,

No encontrando que rezar,

andaba por todas partes

Zapatos que remendar.



La cucaracha, la cucaracha, etc.

Con las barbas de Carranza

Voy hacer una toquilla,

pa’ ponérsela al sombrero

de su padre Pancho Villa.



La cucaracha, la cucaracha, etc.

Una cosa me da risa;

Pancho Villa sin camisa.

Ya se van los carrancistas;

porque vienen los villistas.



La cucaracha, la cucaracha, etc.

Necesito un automóvil

para hacer la caminata

al lugar donde mandó

a la Convención Zapata.



La cucaracha, la cucaracha, etc.

Ya murió la cucaracha,

ya la llevan a enterrar,

entre cuatro zopilotes

y un ratón de sacristán.



Julián Calleja,

Los mejores corridos mexicanos con acompañamiento para guitarra,

El libro español, México, 1972.

1913: Un año muy turbulento pues sucede la derrota del primer gobierno democrático en México con el asesinato del presidente Madero y Pino Suarez por el golpe de Estado del general Victoriano Huerta, que instala la efímera y trágica dictadura militar, que se sintetiza en una frase bastante fuerte del historiador de la Revolución mexicana el historiador José T. Meléndez: “Fue una orgía de sangre, alcohol y marihuana”.

Son muchos los testimonios de la afición a la marihuana del usurpador Huerta, pero el siguiente nos deja bastante claro que sus acciones autoritarias y de abuso de poder, del agandalle como forma de gobierno, aparentemente tenían que ver con el consumo de la marihuana pero más directamente con el virus del poder.

“A principios de noviembre, se fue Mr. Lind (embajador de los Estados Unidos), con la impresión pésima del Gobierno de Huerta y de su persona, pues ya sin freno alguno cometía todo género de atentados; vivía constantemente ebrio y fumaba marihuana con frecuencia; no salía del Café Colón y del Globo, que era un sitio elegante, adonde concurrían familias, pero desde que huerta sentó sus reales, lo abandonaron. Muchas veces, en estos lugares, despachaba los asuntos de Gobierno, y sus Ministros tenían que ir a acordar con él. Algunas veces tenía la humorada de ir a los mercados, en las poblaciones foráneas, y públicamente se ponía a comer tacos de las diferentes fritangas que se expenden en esos sitios; y en estos casos, públicamente tomaba jarros de pulque; en fin, la dignidad la arrojaba por los suelos. Cuando fumaba, se volvía completamente loco, y hubo veces que mandó fusilar a sus amigos que lo acompañaban en sus francachelas, y después que preguntaba por ellos, se le había olvidado el crimen que había cometido en el apogeo de su orgías; como ya conocían estas genialidades los Jefes militares a quienes ordenaba estas ejecuciones, no le obedecían, pero la presumible víctima se escondía y no se presentaba, sino hasta que huerta, preguntaba por él.”

No solamente él fumaba marihuana, también lo hacían algunos de sus colaboradores como el Gobernador del Distrito, Enrique Zepeda que lo imitaba con sus desplantes violentos. El desprestigio de Huerta es enorme debido a las innumerables víctimas de su Gobierno y le construyen inevitablemente una mala fama que sin embargo logra inspirar varios corridos revolucionarios.


¡Pobre Huerta! el agua surca
y aunque el mar va tranquila
le hace efecto de una turca
de una turca de tequila

Un calor como de fragua
le sofoca diariamente
y se pone a tomar agua
pero aquella es de agua ardiente.

Sólo puede en la mañana
darse un pobre gusto que es
el fumar su marihuana
y ponerse a dar las tres.


--- La Banda del automóvil gris, es un grupo de militares que se aprovechaba de su cargo para asaltar algunas residencias en la ciudad de México. Se refugiaban en la calle de Liverpool, en la cosmopolita Colonia Juárez.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El cultivo del cáñamo en la Alta California en el siglo XVIII

Se conoce que los jesuitas llevaron el cáñamo al noroeste de México, Sinaloa, Sonora y Baja California. Luego de su expulsión de la Nueva España, en 1767, la colonización de la Alta California quedo en manos de los frailes franciscanos.

El cultivo del cáñamo en la Alta California en el siglo XVIII
Martha Ortega Soto *
En 1781 la Corona española ordenó fomentar el cultivo de lino y cáñamo en las colonias. La idea era obtener la materia prima en ellas para la fabricación de lonas y velas en la metrópoli. Tan grande era el interés que en la Real Ordenanza de Intendentes se señala que en caso necesario se repartieran tierras realengas entre los nativos para producir dichas fibras. Parece que el proyecto fracasó porque en el centro de Nueva España no se interesaron por estos cultivos. (1)
Entre 1780-1781 y 1786-1788 se intentó cultivar cáñamo en la región de San Blas. Dado que en puerto se desarrollaba la industria naval, la producción de cáñamo hubiera resultado beneficiosa para autoabastecerse de materia prima para fabricar lonas y jarcias, así el Erario Real se hubiera ahorrado los altos gastos de transporte. Al parecer no se tuvo éxito en esta empresa. (2)
En 1975 llegaron órdenes a Alta California para cultivar lino y cáñamo en el pueblo de San José. El gobierno envió al condestable Joaquín Sánchez, en 1801, para que enseñara a los habitantes cómo sembrar y cosechare el cáñamo, pues aunque habían empezado a plantarlo, la producción cesó repentinamente. Una de las medidas que se acordó fue que la producción se compraría de inmediato a los productores para que así no dejaran de cultivarlo. A fin de obtener una producción mayor para el año siguiente, se ordenó que se introdujeran el cultivo en todo el distrito de Santa Bárbara, incluso en los Ángeles y en las misiones de San Luis Obispo, San José y en la nueva la nueva de Santa Inés (1804). En 1807 se aprobó a 4 pesos por arroba de cáñamo.
Fue tal éxito de la siembra del cáñamo, que en 1809 Arrillaga informo que se había sin embarcar 4 138 arrobas y 8 libras de fibra pero habían quedado sin sembrar 1 896 arrobas media libra. Por eso pedía que en su próximo viaje los barcos abastecedores condujeran de regreso solamente el cáñamo cosechado. Asimismo, solicitaba permiso para que se tejiera el cáñamo en la Alta California y para que abriera una fábrica de jarcias en Tepic, de esta manera se absorbería toda la producción almacenada.(3) Pero no se adoptó ninguna medida al respecto, así que a pesar de que las cosechas de cáñamo fueron exitosas, dejó de producirse porque nos e tuvo la capacidad suficiente para transportarlo al interior del virreinato.
En resumen, la situación de la agricultura entre 1791 y 1805 fue más o menos la siguiente: las misiones, que contaban con la mayor extensión de tierras de cultivo y la mayor cantidad de habitantes –aunque no todos eran mano de obra capacitada--, produjeron 83.3% de las cosechas totales de la provincia. La misión de San Gabriel fue la más productiva y San Juan Capistrano le siguió en importancia. No podemos especificar qué centro tenía la mayor capacidad productiva porque aunque sabemos que la población de San Juan Capistrano era mediana en relación con la de San Gabriel, no conocemos la extensión de sus tierras de labranza. Por otra parte, las tremendas oscilaciones en la producción particular en cada una de ellas impide hablar de un progreso constante.
_______
Fragmento del libro Alta California una frontera olvidada del noroeste de México 1769-1846, Plaza y Valdés Editores / UAM Iztapalapa, Col. CSH, México, 2001.
Notas
1.- E. Florescano e I. Gil, “La época de las reformas borbónicas y el crecimiento, 1750-1808”, en Historia General de México, vol. II, 2ª. Ed., México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 1977, pp. 183-301, mapas y cuadros, p. 230.
2.- R. M. Serrera Contreras, Cultivo y manufactura de lino y cáñamo en Nueva España (1777-1800), vol. II, 2ª. , ed., Sevilla, ESCUELA DE Estudios Hispano-americanos de Sevilla, 1974, láminas, cuadros (CCCXXX), pp. 144-146, 254.
3.- Californias, AGNM, vol. 2, segunda parte, exp, 8 completo, 1807; nota de romanage de cáñamo, Sal., Monterrey, 30 de septiembre de 1800, en ibidem, vol. 16, f. 240; ibidem, vol. 17, fs. 121-146, exp. completo, 1809-1810; ibidem, vol. 21, exp. 1 completo, 1805-1809, Arrillaga al virrey, Monterrey, 21 de diciembre de 1809, en ibídem, vol. 41, f. 225.

Y SIGUE LA MATA DANDO¡¡¡ MARIGUANA FEST Y LA INICIATIVA CIUDADANA POR LA DESPENALIZACION

Alfonso Jesús García Pérez, Secretario General de AMECA.

Este domingo 5 de septiembre se llevó a cabo en el kiosko de la Alameda Central del DF, un gran festival desde las 12 del día hasta casi las 10 de la noche, en apoyo a la INICIATIVA CIUDADANA POR LA DESPENALIZACION DE LA MARIGUANA, con participación de súper bandas como Stupidschool, Casa Verde, Uni DUB Estación, Antidoto Asocial, Cannnabis Social Club y Xicury DUB. A diferencia de los últimos 10 festivales y marchas del primer sábado de cada mes en el día mundial por la liberación del cannabis (con un promedio en México de 3 mil asistentes), en esta ocasión la convocatoria fue totalmente conforme a una agenda nacional. Y a pesar de la lluvia, se congregaron más de 1,500 personas.
El movimiento por la liberación de la mariguana en México está en su mejor momento. Antes, durante y después de que el “Presidente” de México dio la supuesta apertura al debate sobre la despenalización de las drogas, todo el underground mexicano estaba más vivo que nunca y empujando para salir a la luz con gritos de libertad, ciencia y arte hasta hoy censurados. No sólo seguimos marchando con todas las ciudades del mundo que conmemoran el día del cannabis, sino que hemos perfeccionado nuestra agenda nacional de debate y de lucha a niveles de precisión que considero están por encima de los activistas norteamericanos.
Revistas promotoras de la despenalización desde hace mas de 20 años, como La Guillotina, La Tinta Suelta o Generación, hoy actualizan sus tesis y se coordinan con los nuevos colectivos libertarios para esta etapa decisiva de la batalla contracultural. Así también los diferentes grupos de activistas hemos constituido notarialmente algunas organizaciones especializadas en la libertad y educación como: CONVIVE Y ESPACIO PUBLICO, COLECTIVO POR UNA NUEVA POLITICA HACIA LAS DROGAS y la ASOCIACION MEXICANA DE ESTUDIOS SOBRE CANNABIS, entre otras, entidades que han articulado los trabajos y las opiniones de muchos académicos e intelectuales que también llevan años pronunciándose en favor de la despenalización.
En este contexto de organización, nuestro movimiento ha logrado pasar a otra etapa, promoviendo en el Poder Legislativo del Estado de México una INICIATIVA CIUDADANA para que a su vez, ésta cámara de diputados mexiquense pueda proponer al Congreso de la Unión la reforma a la Ley General de Salud y acabar con la prohibición del consumo de mariguana. Esto fue posible gracias al único resquicio legal en todo México que permite a ciudadanos comunes, sin ser diputados, promover reformas legales.
También desarrollamos un programa de investigación que permite la despenalización local en el DF y estamos promoviendo un referéndum. Organizamos una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados con los diputados federales del PRD José Narro y Teresa Inchaustegui, donde por primera vez en la historia el punto de vista de libertarios o de consumidores es expuesto y tomado en cuenta. Hasta el momento, el debate ha sido y es simulado, los prohibicioncitas declaran unilateralmente y debaten con fantasmas, o peor aún, designan a los defensores de nuestro punto de vista pero realmente prohíben darnos voz. Por eso tomarles la palabra y salir a la luz es un triunfo inesperado. Hasta el momento no ha habido debate real y con nuestra campaña será inevitable que la opinión libertaria trascienda. El 22 de septiembre, salvo confirmación, tendremos nuestro foro en San Lázaro y seguramente obligaremos al presidente a dar una respuesta sin simulación.
Muy sorprendente es que las fuerzas más conservadoras no resultaron los panistas santurrones gatos de los gringos, como debiéramos esperarlo. Vemos como algunos priistas se preparan para el debate, pues no les conviene el fin del negocio de la corrupción que hoy favorece a sus gobiernos y policías locales, pero eso sí, aceptan el debate, ni modos. Pero resulta que existen personajes muy atrasados, tan… pero tan atrasados que hasta en contra del debate se han pronunciado. La diputada del PRD Alejandra Barrales, con trayectoria y discursiva de derecha totalmente ajenas y de hecho opuestas a las siglas de su partido, ha venido dando una campaña de corte faccista en contra de la despenalización, al grado que ahora es el único personaje que rechaza el debate y trata de prohibirlo en la ASAMBLEA LEGISLATIVA del DF. Nuestras siguientes movilizaciones y declaraciones ante la prensa serán para obligar ese debate y acabar, en la mesa de la elocuencia, con estas personas reaccionarias y analfabetas. Nunca pensé que fuera tan fácil ¡MARIGUANA LEGAL YA¡

martes, 7 de septiembre de 2010

La identidad psicoactiva tema emergente de la sociedad mexicana

Juan Pablo García Vallejo
La prohibición al consumo de drogas es muy reciente, tanto como fenómeno global como en la política interna de México, lo que quiere decir, entonces, que debemos admitir que la condena internación a las drogas no es eterna, ni perpetua ni inmutable.
Por lo contrario, lo que sí es un hecho de mayor alcance, casi universal, que es poco conocido y aceptado por la mayoría de la población, es la existencia y práctica del derecho a la embriaguez, documentado científicamente por la reciente ciencia de la Historia de las drogas y la historia cultural.
En este contexto de intolerancia, de discriminación social y legal y de una abierta e innecesaria violación de los derechos humanos de los consumidores de sustancias psicoactivas, se está expresando actualmente en una naciente identidad psicoactiva frente a las múltiples, graves y costosas consecuencias de la actual política prohibicionista criminalizadora de drogas, que tiene como objetico proponer una solución concertada e incluyente a este problema social y de salud.
Mientras que la práctica psicoactiva está muy bien definida por el consumo de la sustancia, la identidad psicoactiva es múltiple, polifónica, debido a la diversidad de drogas que se consumen en nuestra sociedad actualmente.
La identidad psicoactiva cannábica, en particular o específicamente, es la expresión social, cultural y política del Movimiento Cannábico Mexicano (MCM), en el que confluyen los esfuerzos de diversos sectores sociales interesados en la despenalización de las drogas, así como en la promoción y defensa de la cultura cannábica en México: principalmente los consumidores organizados, los profesionales que defiende las libertades civiles y los medios de comunicación impresos y electrónico cannábicos.
La identidad psicoactiva cannábica si bien es un tema emergente en la sociedad mexicana del siglo XXI, es necesario reconocer que como fenómeno social tiene una larga y rica tradición cultural en México y que desgraciadamente ésta ha sido negada o reprimida, invisibilizada o enterrada, manipulada o desvirtuada por la historia oficial que ha respaldado la política prohibicionista criminalizadora.
Esta laguna cognitiva fortalece la política prohibicionista porque se desconoce la historia social de la marihuana, de cómo ha sido la relación de los mexicanos con esta planta amiga, cómo se han transformado sus usos, el cambio en los sectores de población que la consumen y saber los resultados y consecuencias públicas de esta práctica social.
Prefiriendo entonces, solo establecer una identidad proscrita, deteriorada, subvalorada de los consumidores y subordinarlos a los ordenamientos de la policía sanitaria desde fines del siglo XIX. El proceso de construcción identitario va de este territorio de exclusión y marginación a un panorama de mayor tolerancia, en tanto, se restablece esta identidad psicoactiva cannábica que ha sido reconocida desde hace 10 años por los gobiernos democráticos de la Ciudad de México al permitir visibilizarse públicamente en el mes de mayo durante la celebración del Día Mundial de la Marihuana.
Con la identidad psicoactiva cannábica los consumidores dejaran de ser los “no actores” de la errónea política prohibicionista o un minoría social silenciada y marginada por la persecución social y penal al consumo de marihuana, y que busca de forma organizada e incluyente que todo esto tienda a desaparecer en un futuro próximo con una re-legalización de la marihuana como resultado del esfuerzo concertado de los integrantes del movimiento cannábico, sus aliados sociales y la nueva gama de consumidores potenciales que aparecerán cuando se legalice su producción, cultivo y consumo.
Si aumentaran los consumidores recreativos al des-tabuizarse el consumo, al quitarle su carácter prohibido y por la baja de precios, el consumo dejara de ser considerado un delito, pero lo importante es que habrá más formas de consumo al ser considerada una materia prima ecológica y por la infinidad de productos que se pueden obtener de esta. En este aspecto se refiere a considerar que las nuevas formas de consumo de cannabis van a ser múltiples, no reduciéndose a su forma recreativa o medicinal.
La organización por la despenalización del cannabis no es solo deseable sino que se tiene que reconocer su valiosa aportación al múltiple problema de las drogas que enfrenta la sociedad mexicana, y por otra parte, admitir y reconocer el derecho de los consumidores de cannabis a manifestar el orgullo cannábico para terminar con la estigmatización y la discriminación social con que se señala a estos desde hace un siglo.
Por tanto es necesario atender la discriminación social en tanto que la CNDH de acuerdo a la Encuesta sobre Nacional de discriminación afirma que 75 % de los mexicanos no vivirían con un vecino que consume drogas.
Lo que significa que hay un grandísimo terreno fértil para la potencial de discriminación social de los consumidores cannábicos en todo el país, pues aumenta la exclusión y marginación por algo que ya no debe ser considerado inmoral o un delito, sino un problema de salud y un derecho humano en lo que se llama el derecho al cuerpo y un derecho cultural en lo que se llama la diversidad cultural y, más particularmente, la diversidad de las conciencias.
La doble moral practicada actualmente por el gobierno de la ciudad de México, es argumentar el derecho al cuerpo en distintos escenarios como la interrupción ilegal del embarazo (ILE), la reasignación de sexo para transexuales, la inseminación artificial para parejas estériles, los trasplantes de órganos, pero niega y reprime el derecho al cuerpo y al placer en el consumo de sustancias psicoactivas algo que contradice todos sus anhelos democráticos y de construir una sociedad democrática incluyente y tolerante cuando en realidad está haciendo una sociedad intolerante, excluyente y discriminatoria.
La doble moral es también practica da por el gobierno federal al autorizar oficialmente un debate de las drogas pero negándolo radicalmente la despenalización de estas, algo que solo dificulta el dialogo social para resolver este problema de salud.

Una década de orgullo cannábico

Texto leido en el Canfest del 5 de septiembre en la Alameda Central de la Ciudad de MÉXICO
Juan Pablo García Vallejo, director de la Gaceta Cannábica

El debate de las drogas nos reúne hoy para conmemorar una década de orgullo cannábico de los consumidores de marihuana de México para conseguir el establecimiento de la despenalización de la marihuana en la sociedad mexicana.
El debate de las drogas forma parte desde hace más de 25 años de la sociedad civil, más particularmente del sector contracultural, para el cual el consumo de drogas es una forma de vida, que no tiene que ser estigmatizada ni negada o reprimida por el Estado. La prensa underground en los años 1980 y 1990 reiteraron muchísimas veces la despenalización de drogas terminar con la venta ilícita de drogas y las consecuencias desastrosas múltiples que ocasiona a la sociedad mexicana, se redactaron manifiestos a favor de la causa de la marihuana. Lo que era una utopía ahora es una realidad.
Luego se da una visibilización pública, en el año 2000, cuando aparecen las organizaciones y colectivos cannábicos que realizan la conmemoración del Día Internacional de Liberación de la Marihuana, se crean foros de discusión en la web, surgen publicaciones especializadas de la cultura cannábica, y en los años recientes se da también una leve simpatía o coqueteo anecdótico con la “izquierda parlamentaria” por formalizar una reforma legislativa de despenalización del cánnabis, sin olvidar la importancia de la realización de debates internos en las instituciones de educación superior y en la misma Cámara de Diputados. Cada día voces se unen a esta propuesta, como los ONG de ciudadanos pro-seguridad, escritores para discutir el papel de las drogas en la sociedad actual y buscar una regularización legal y social a esta situación cada vez más problemática.
Ahora en días pasados con los Diálogos para la seguridad, se avanzo más en la despenalización de las drogas porque se le dio una carta de ciudadanía institucional, a este término, por parte del Presidente Calderón. Eso está muy bien, porque los primeros que se tienen que enterar de los nuevos temas y retos que afectan a la sociedad es la clase en el poder.
Hablar de drogas ya no va a ser un tema tabú, incómodo en muchos lugares, hogares e instituciones gubernamentales y educativas, en los medios de comunicación (que son aliados de la prohibición); se volverá el término, debate de las drogas, de uso común y generalmente aceptado e inevitablemente ayudara a crear un ambiente de tolerancia social, y una mayor visibilización digna de los consumidores para disminuir los efectos anormales de discriminación y estigmatización social hacia ellos.
El reconocimiento presidencial es un victoria contundente del movimiento cannábico mexicano porque “para quienes históricamente han carecido de poder, el otorgamiento de derechos es un reconocimiento simbólico de todos los aspectos de su humanidad: los derechos conllevan un respeto que coloca a uno en el rango referencial de sí mismo respecto a otros, y que eleva el propio estatus, pasando de cuerpo humano a ser social”, dice Patricia Williams.
O lo que es lo mismo, que los marginales, estigmatizados y excluidos consumidores de drogas tienen ahora una nueva representación social, ser sujetos sociales con derechos propios, específicos. Y no individuos incompletos, fragmentados y manipulados por el poder institucional para justificar las epidemias de pánico moralista contra las drogas y el uso de la fuerza para terminar con este negocio ilegal.
Aunque se intenta limitar los alcances de la despenalización de las drogas, porque en opinión de Calderón no resolverá el problema, con esto él desecho o neutralizo cualquier reforma legislativa en lo que resta de este sexenio. Poniendo como principal argumento que la despenalización de las drogas tiene que hacerse primero en los Estados Unidos para no romper los acuerdos internacionales de drogas firmados en años anteriores por México.
La condena internacional a las drogas impuesta al mundo de forma unilateral y hegemónica por los Estados Unidos, en 1937, es violada por este gobierno con la campaña Cáñamo para la victoria, en 1942, se permite a México cultivar amapola y marihuana, en el estado de Sinaloa, para proveer al ejército norteamericano. O sea que si se puede saltar estos acuerdos internacionales sin tener un conflicto internacional y diplomático alguno, y saber que en estos acuerdos también se establece que cada país tendrá que implementar su propia solución o programas de salud de acuerdo a su contexto social particular. Como se hizo en Holanda desde 1975, el 36 estados de los Estado Unidos. Son soluciones para cada caso nacional.
La contradicción presidencial de, por una parte, reconocer la necesidad del debate social de las drogas y, a los días siguientes expresar una negativa radical a la despenalización es una gran victoria para el movimiento cannábico. Pues al quitarle su carácter polémico, controversial y hasta molesto para muchos al tema de las drogas mucha gente podrá hablar de estas, pero para nosotros la despenalización de las drogas sigue teniendo todo su potencial crítico y propositivo ante el fracaso de la política militar del actual gobierno.
El avance de la causa de la marihuana va conquistando una mayor tolerancia social, y para tener un impacto más sólido en los próximos años se requiere aumentar la producción de conocimiento cannábico, hacer la reescritura de la historia desde la perspectiva de las drogas, recuperar toda la historia cultural de la marihuana en México desde hace 500 años, difundir el capital cultural cannábico que representan toda una galería de iconos de la cultura popular y de la República de las Letras que han consumido cánnabis y no fueron ni son tachados ni de viciosos ni de criminales. Sino todo lo contrario fueron personas creativas, productivas.
Los partidarios, aliados y simpatizantes del orgullo cannábico reconocen que la práctica psicoactiva como relación social produce una gama de identidades psicoactivas entre los consumidores de drogas, que es necesario re-conceptualizarla identidad cannábica, y promover y defender los derechos culturales cannábicos para crear una visibilización digna de los consumidores de cannabis y que se revalorice la identidad deteriorada y manipulada desde hace un siglo, del marihuano como anti-social, como sujeto peligroso por ser un potencial monstruo que desestabiliza el orden social. Ahora los consumidores de drogas son ya son sujetos sociales con derechos culturales cannábicos.
La despenalización de las drogas tiene que seguir el camino de la propuesta preventiva en salud y en la educación. Si se descalifica la despenalización es porque el Estado mexicano tiene muchos déficits que resolver: como la falta de preparación de todas las policías, la carencia de recursos, la lentitud del mundo legal, de la política y de la cultura criminal actual para asimilar la reforma legal que se busca lograr y consensuar la despenalización de las drogas.
No hay libertad política sino no hay libertad psicoactiva.
La despenalización de las drogas no sólo es deseable sino que vale la pena esforzarse por conseguirla.