lunes, 17 de octubre de 2011

Mañana La disipada historia de la amrihuana en México en el Zócalo

Mañana martes a las 14 horas se presentara La disipada historia de la marihuana en México, 1492-2010 a las 14 horas, con la participación del periodista Eulalio Victoria, de Milenio Edomex, el autor Juan Pablo García Vallejo y como moderadora Noemí Luna García directora de Eterno Femenino Ediciones.
En el Café Literario Adolfo Sanchéz Vázquez de la Feria del Libro del Zocalo.

La planta amiga en el Zócalo

Articulo 1092

Juan Pablo García Vallejo
La fiebre por la lectura, libros y la imaginación se pasea por el Zócalo de la ciudad de México nuevamente, con la onceava edición de la Feria Internacional del Libro del Zócalo (FILZ), organizado por la Caniem y la Secretaría de Cultura del DF.
Y nuevamente en esta fería tiene presencia el Pensamiento Cannábico con la distribución del más reciente número de la Gaceta Cannábica, publicación cultural sobre la planta amiga dedicado al músico y poeta Agustín Lara, uno de los ídolos de la cultura popular mexicana más asiduos a este habito psicoactivo para que la gente asimile que estos artistas famosos consumían cannabis y nunca fueron tachados de criminales ni de enfermos y contribuyeron de forma importante en el imaginario cultural y sentimental de México.
De todas las ferias del Libro en México, desde la más importante la FIL de Guadalajara, la más vieja la de la UNAM de Minería, (FILPM), la de antropología (FLAH), la que se hace en el Zócalo es la única donde se difunden publicaciones cannábicas desde hace varios años y ahora también con libros de culto del pensamiento cannábico como La disipada Historia de la Marihuana en México, Antología de Manifiestos Cannábico, Arqueología de la Prohibición editados por Eterno Femenino Ediciones, un reciente sello editorial dedicado a hacer libros a mano y estimular a quien lo desee a publicar su libro sin necesidad de ser millonario y de creerse un genio.
Esta difusión del pensamiento cannábico resulta más que indispensable porque da presencia social de esta cultura sirve para disminuir la imagen negativa que se ha inventado del cannabis durante 80 años a causa de la prohibición, como planta diabólica, hierba asesina. Con el lema de Planta amiga el pensamiento cannábico difunde una imagen social positiva del cannabis y ratifica el derecho de la diversidad cultural y el respeto de los derechos humanos de los consumidores de sustancias psicoactivas.
Por eso no resulta nada extraño que padres acompañados de sus hijos adolecentes que visitan la FLIZ les compren a ellos alguno de estos libros para que sus hijos se enteren de los riesgos y expectativas que se pueden encontrar en el consumo de sustancias psicoactivas, pero también les compran muchas otras cosas que nada tienen que ver con las drogas.
Y como parte del pensamiento cannábico también se distribuyen postales promocionales del programa LSD, Lee sobre Drogas, de Convive y la Guía de Derechos y responsabilidades legales de Loas/os consumidores de drogas publicado por el CUPIDH. Donde se explica la Tabla de orientación de dosis personal de drogas aprobadas por el gobierno mexicano en 2009.
Alguna gente llega a comentarme sus experiencias de ser consumidores no problemáticos de cannabis y como pasaron a una abstención por la vía moderada del desapego al consumo de cannabis. Esto es importante porque se tiene la idea errónea que se puede dejar el consumo de sustancias psicoactivas solo por vías duras de la represión, el encierro, el estigma, la discriminación o la imposición arbitraria de ideas autoritarias.
Estos consumidores recreativos y no problemáticos cuentan que dejaron de hacerlo luego de 15 años, cuando se tiene hijos, algo muy común porque en la cultura de la crueldad infantil reproducen ideas estigmatizadoras y discriminatorias de los padres haciéndolos objetos de burla.
Otra vía suave de moderar el consumo es a través de la conversión religiosa, jóvenes que abandonan el catolicismo paralizado para experimentar su vida bajo otras creencias religiosas, que como cosmovisiones del mundo o del sentido de la vida se valora el consumo de sustancias no ya como parte central de sus vidas.
Todo esto es solo una muestra de una mayor presencia del pensamiento cannábico en la opinión pública mexicana, opinión pública que hay que volver a educar en drogas porque sus ideas sobre estas sustancias psicoactivas está completamente manipulada por al espiral del silencio (el pensamiento único y autoritario de las elites), la desinformación, el sensacionalismo barato y de todos los resultados negativos de la política de drogas represiva.
México ha tenido una larga convivencia con las sustancias psicoactivas, pero siempre ha existido un control, sea oficial sea social; el primero era un control religioso, luego secular y después médico y policial, es la lectura represiva, es decir un entendimiento y tratamiento de las drogas como algo nocivo; mientras que el segundo es la expresión de la tolerancia social de los consumidores en espacios y sectores sociales específicos, es decir, que pese al control oficial nunca eficaz ni eficiente la sociedad mexicana ha convivido con las drogas sin mayor problema en determinados grupos de la población.
Por ejemplo, la cannabis la los curanderos indígenas porque durante siglos no existían médicos alópatas, solo estos curanderos, luego se visibilizo su consumo en la cultura urbana de los rebeldes léperos, se tolero como hábito de los soldados y presos, despees fue una herramienta estética de poetas románticos y periodistas decimonónicos, de los creadores de la identidad nacional y de los ídolos populares hasta ser un símbolo de protesta social juvenil y ahora, es un derecho psicoactivo.
La prohibición de las drogas y su guerra esta en retirada y es necesario por eso fomentar y consolidar el pensamiento cannábico como una propuesta de bienestar para toda la sociedad que está a punto de balcanizarse por la independencia depredadora de los carteles de la droga mexicanos.
Y esta presencia de la planta amiga en el Zócalo capitalino no es flor de un día, ya hace una década o más leí en este lugar el Primer Manifiesto Pacheco, un militante antidrogas me comento de inmediato que esas eran puras pendejadas, pero no me molesto su opinión pues comprendo que la intolerancia y la ignorancia dominan el escaso pensamiento y cultura de muchas personas que se dejan guiar por dogmas y teorías pseudocientíficas, moralistas, clasistas y racistas.
El pensamiento cannábico y la planta amiga no es nada de eso, por el contrario, es una expresión social, cultural y política que incluye la tolerancia social, la diversidad de la conciencia, la interculturalidad, la protección ambiental y una propuesta de paz colectiva que ya no puede proporcionar el Estado represor y mucho menos su sustituto los sicarios del narcotráfico.

lunes, 3 de octubre de 2011

Hacia la dosis segura,

Juan Pablo García Vallejo

* Es la laicizacion de las drogas.
** Ayudara a disminuir el estigma y la discriminación.
*** Resolvera misterios a legisladores, maestros, padres, policias,periodistas,curas y médicos prohibicionistas


Ciudad de México a 3 de octubre de 2011.- En días pasados tuvo lugar la I Conferencia en México sobre políticas de drogas, a la que asistieron especialistas de diversos países de AL y del resto del mundo, también diversos activistas cannábicos de la sociedad civil latinoamericana para intercambiar experiencias y constatar que la legalización de las drogas va ganando más terreno en esta región y para rebasar los obstáculos impuestos por los gobiernos prohibicionistas de que se tiene que hacer un acuerdo meta-nacional y no en un solo país para conseguir la legalización.
La propuesta de la despenalización de las drogas avanza poco a poco en varios países de Latinoamérica comenzando con Uruguay que la legalizó desde el año 2000, siguiendo con Argentina, Chile que tienen muy buenos sitios de internet y publicaciones periódicas, Brasil donde sus gobernantes alientan la despenalización, en el Perú, Costa Rica, Paraguay, Colombia y México tienen ya una década trabajando en esta propuesta.
Es necesario señalar que son pocos los mexicanos que saben que en México se vive ya una legalización gradual de drogas, pero lo más importante es que muchísimos policías desconocen que existe la Ley contra el narcomenudeo aprobada por el presidente Calderón en 2009.
Este desconocimiento de todas las policías de esta ley no es justificado por nada pero que refuerzan con mucha ignorancia para continuar extorsionando e intimidando a los consumidores de cannabis. En ésta se establece una distinción entre el narcotraficante y narcomenudista del consumidor en cuanto a la cantidad de droga que se pueda portar, es decir, que el consumidor no es un delincuente o parte del crimen organizado, por poseer 5 gramos de cannabis para uso personal.
Esta despenalización gradual, no total como muchos quisieran idealistamente, no es algo original de Calderón, sino más bien da seguimiento a las recomendaciones internacionales de reducción de daño propuestas por la ONU a todos los países.
En México, con una milenaria tradición de uso de drogas, siempre se ha considerado a los consumidores como enfermos, pero ésta percepción sanitaria ha sido olvidada o ignorada siempre por el poder policial debido a las jugosas ganancias que obtienen de los decomisos, extorsiones y pagos de corrupción que le hacen los delincuentes. Es decir, que el entendimiento y tratamiento del consumo de drogas y sus usuarios, desde el punto de vista médico no es un problema grave, lo que si lo hace grave es desde la perspectiva del poder judicial que lo considera siempre delito a perseguir.
Esta fue una batalla entre diferentes elites de poder, los médicos y los policías, batalla que perdieron los médicos. Pero ahora, los policías están perdiendo todas las batallas y perdieron otra más con la Ley contra el Narcomenudeo que autoriza la posesión de dosis para uso personal de varias drogas.
Algunos consumidores que han sido detenidos por la policía hacen uso de sus derechos psicoactivos de posesión de una dosis personal, pero los policías se hacen más tarados, dicen que no existe para obtener una extorsión. Y cuando llevan a los consumidores a la delegación reciben una multa administrativa de 100 pesos, nada comparado con los miles que quieren los deshonestos e ignorantes policías.
Otros consumidores cannábicos ya han enmicado la Tabla de Orientación de Dosis Personal, para utilizarla cuando sea necesario.
Todos los cannábicos siempre están alertas de los agandalles, o abusos de autoridad de todas las policías.
Ahora bien ya se estableció oficialmente la cantidad de cannabis, por decir algo, para uso personal. En el mediano plazo faltará establecer y difundir lo que es la dosis segura personal.
Así como el SIDA nos descubrió un mundo sexual oculto, desconocido para todos, pero logro la laicización de la sexualidad (que no hay misterios en la práctica sexual) y llevo al aprendizaje del sexo seguro para prevenir nuevas infecciones o reinfecciones. Así el narcotráfico descubrió muchos vínculos perversos con todas las policías y varios efectos negativos para la sociedad: decapitados todos los días, esclavitud forzada, desplazamiento de población indefensa y desarmada, violación de los derechos humanos, sufrimiento social innecesario, etc., y esta lamentable coyuntura ayudara a laicización de las drogas y sus consumidores para terminar con mitos y falsedades que se difunde a diario sobre estos asuntos como considerarla una enfermedad incurable, que una droga lleva a consumir otra, para aprender a convivir con una dosis segura.
En la sociedad mesoamericana se tenía una idea clara del uso y el abuso de sustancias alucinógenas, eso se nos olvida siempre y ahora es necesario retomar esta sensatez ancestral que es de nosotros. Habrá que hacer campañas sobre Dosis segura en el consumo de drogas como se hace con las toallas higiénicas en el Metrobus, en las que se trata del tabú de la menstruación pero de forma agradable y suave.
La dosis segura ayudara a padres, maestros, periodistas, curas, diputados, comerciantes, empresarios a entender que sus opiniones intolerantes hacia las drogas son sólo creaciones prefabricadas por las políticas prohibicionistas basadas en suposiciones incomprobables y conocimientos pseudocientíficos, que con dosis se gura se puede convivir con las drogas de forma pacífica, informada, tolerante y libre.