martes, 28 de diciembre de 2010
El contrabando de cannabis médica
Juan Pablo García Vallejo
* El entrecruzamiento de las crisis
** El fin de los periodicos
*** La maria de hoy es más potente que nunca
28 de diciembre de 2010, México Ciudad de la Distopia perpetua.La novela Las finanzas de los poetas, de Jess Walter, publicado por la Editorial Plata es una buena invitación para ver cómo se da el contrabando de marihuana médica de Canadá hacia los Estados Unidos y en la que un joven periodista financiero desempelado, ahogado por la hipoteca de su casa, la crisis matrimonial y de más crisis globales lo arrastran a convertirse en un narco traficante tan solo para saldar todas sus deudas.
Matt Prior prueba la nueva y potente maría cultivada en los sotanos y decide entarle al negocio ilegal para intentar cambiar su cruel destino.
Aquí, la policía muestra tambien sus debilidades quiere agarrar peces gordos tan solo para obtener financiamiento de sus departamentos de policía no para hacer justicia...
Es un retrato del fin del Sueño americano para los propios norteamericanos. Una novela divertidisima y muy recomendable en este fin de año.
Jess Walter
Las finanzas de los poetas
Editorial Plata, Barcelona, 2010, 318 pp.
jueves, 9 de diciembre de 2010
La disipada historia de la marihuana
El libro La disipada historia de la marihuana, 1492-2010, lo estamos distribuyendo en la Glorieta de Insurgentes, en el pasillo 15, local g. Y la pròxima semana en el Parque de los Venados en una Feria del Libro.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Llega la psicodelia a Radio UNAM
Radio UNAM presenta su nueva serie caleidoscopio
*Del 29 de noviembre al 24 de diciembre de 2010, por el 96.1 de FM, de lunes a
viernes, a las 20:00 horas
**Bajo la conducción de Jimena Guerrero, hará una reflexión histórico-musical
de la psicodelia como expresión cultural de los años sesentas
Caleidoscopio es el título de la nueva serie que Radio UNAM presenta de lunes
a viernes, a partir de las 20:00 horas, por el 96.1 de FM, del 29 de noviembre
al 24 de diciembre de 2010, bajo la conducción de Jimena Guerrero. El programa
realizará durante una hora una reflexión histórico-musical de la época psicodélica como la expresión cultural que acompañó a los jóvenes durante la
segunda mitad de la década de los sesentas, básicamente en occidente.
Según Jimena Guerrero, Caleidoscopio tiene como objetivos revisar a la
psicodelia a partir de sus antecedentes, quienes la impulsaron y su recorrido
desde lo subterráneo hacia lo popular, para acercar a todo aquel que por
razones geográficas o debido al espacio temporal –básicamente jóvenes
latinoamericanos- no estuvieron en contacto con ella.
“Esta serie dará, también, una muestra al radioescucha sobre la corriente que
acompañó a la juventud en países de Europa, Estados Unidos y el Reino Unido,
quienes estaban en contra de sistemas y movimientos como la guerra de
Vietnam”, señala Guerrero.
En un marco que conforman el sonido sicodélico, el arte plástico, el verano
del amor y los festivales contraculturales, Caleidoscopio consta de 20
programas donde el público podrá disfrutar música e insertos de audios y
entrevistas de artistas consagrados, como Jefferson, Airplane, Grateful Dead,
Ultimate Spinach, Donovan, The Moody Blues, The Byrds, The Rolling Stones y
The Beatles, entre otros. Como también muchos exponentes y canciones menos
conocidas e igualmente representativas.
Además de estos grupos y artistas, se presentarán fragmentos de entrevistas
realizadas a personajes como María Sabina, originales de 1957; relatos y
reseñas de hechos ocurridos en Huatla de Jiménez, Oaxaca. Se podrá conocer,
igualmente, parte de la historia del arte huichol, así como las diversas
traducciones de cantos del inglés al castellano, de modo que el escucha podrá
apreciar y darse idea de la cantidad de actores y anécdotas que ocurrieron en
esa época de drogas psicotrópicas, hippies y yippies y Haight-Ashbury.
*Del 29 de noviembre al 24 de diciembre de 2010, por el 96.1 de FM, de lunes a
viernes, a las 20:00 horas
**Bajo la conducción de Jimena Guerrero, hará una reflexión histórico-musical
de la psicodelia como expresión cultural de los años sesentas
Caleidoscopio es el título de la nueva serie que Radio UNAM presenta de lunes
a viernes, a partir de las 20:00 horas, por el 96.1 de FM, del 29 de noviembre
al 24 de diciembre de 2010, bajo la conducción de Jimena Guerrero. El programa
realizará durante una hora una reflexión histórico-musical de la época psicodélica como la expresión cultural que acompañó a los jóvenes durante la
segunda mitad de la década de los sesentas, básicamente en occidente.
Según Jimena Guerrero, Caleidoscopio tiene como objetivos revisar a la
psicodelia a partir de sus antecedentes, quienes la impulsaron y su recorrido
desde lo subterráneo hacia lo popular, para acercar a todo aquel que por
razones geográficas o debido al espacio temporal –básicamente jóvenes
latinoamericanos- no estuvieron en contacto con ella.
“Esta serie dará, también, una muestra al radioescucha sobre la corriente que
acompañó a la juventud en países de Europa, Estados Unidos y el Reino Unido,
quienes estaban en contra de sistemas y movimientos como la guerra de
Vietnam”, señala Guerrero.
En un marco que conforman el sonido sicodélico, el arte plástico, el verano
del amor y los festivales contraculturales, Caleidoscopio consta de 20
programas donde el público podrá disfrutar música e insertos de audios y
entrevistas de artistas consagrados, como Jefferson, Airplane, Grateful Dead,
Ultimate Spinach, Donovan, The Moody Blues, The Byrds, The Rolling Stones y
The Beatles, entre otros. Como también muchos exponentes y canciones menos
conocidas e igualmente representativas.
Además de estos grupos y artistas, se presentarán fragmentos de entrevistas
realizadas a personajes como María Sabina, originales de 1957; relatos y
reseñas de hechos ocurridos en Huatla de Jiménez, Oaxaca. Se podrá conocer,
igualmente, parte de la historia del arte huichol, así como las diversas
traducciones de cantos del inglés al castellano, de modo que el escucha podrá
apreciar y darse idea de la cantidad de actores y anécdotas que ocurrieron en
esa época de drogas psicotrópicas, hippies y yippies y Haight-Ashbury.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Nueva psiquiatría de las adicciones
Nueva psiquiatría de las adicciones
Juan Pablo García Vallejo
*Propone abandonar el modelo moral por uno humanista
*También adecuar los conceptos en distintas áreas para evitar confusiones
*** Una invaluable contribución del periodismo científico
Las adicciones son un fenómeno de la modernidad pues existen desde hace 200 años, la mayoría de ellas creadas por los médicos y por un erróneo modelo moral que las vinculó a concepciones clasistas, racistas además de simplistas al considerarlas de inicio como vicios propios de las clases licenciosas en los siglos XIX y XX. Uno de los objetivos de este trabajo es desmitificar todas las falsas conceptualizaciones sobre este problema de salud pública para abordarlo de forma eficiente y humanista.
En la actualidad las adicciones no sólo se refieren a las prácticas de consumo de uso y abuso de drogas legales e ilegales sino también a conductas que no están relacionada con sustancias psicoactivas como la adicción a la televisión, al sexo, a las compras compulsivas, a los juegos de azar, a la ansiedad, a los video y demás juegos electrónicos, a los tatuajes y perforaciones corporales, etc. Esto hace que la conceptualización de las adicciones haya cambiado notablemente y al mismo tiempo ampliado una confusión en la sociedad.
Pero para tener una mejor comprensión de este complejo problema de salud publica el doctor Mario Souza y Machorro, que cuenta con una larga experiencia de docencia, investigación y enseñanza de las adicciones en diversas instituciones de salud pública en México redacto la monumental obra Psiquiatría de las adicciones. Guía para profesionales de la salud, publicado por el Fondo de Cultura Económica, en su colección Biblioteca de la Salud, que fue presentado recientemente en la Librería Octavio Paz de esta prestigiosa casa editorial.
El principal merito de esta obra del doctor Souza y Machorro es proponer el abandono del modelo moral, impuesto hace más de un siglo para la explicación y tratamiento de las adicciones, pues, se les consideraba una conducta viciosa de pobres y de algunos ricos también y como tratamiento se recomendaba únicamente el castigo, perdida de la libertad o encierro clínico, sin tomar en cuenta la situación del paciente que tenían los individuos aficionados al uso de sustancias.
“Llamarle vicio a la patología adictiva es síntoma de rezago educativo en la educación médica comunitaria. El castigo como forma de tratamiento a abusadores/adictos a psicotrópicos es obsolescencia iatrógena inadmisible, que deviene en prejuicios e interpretaciones equivocas, Además afecta definitivamente el manejo de los casos y su compleja comorbilidad”, señala el autor en su introducción y que fue el texto que leyó en la presentación de su obra en la Librería Octavio Paz, donde estuvo acompañado de amigos, colegas y discípulos de psiquiatría.
Uno de los meritos de este libro es que aporte un extenso glosario de términos médicos para que los profesionales de la salud y otros tomadores de decisiones relacionados con la salud pública los empleen adecuadamente porque en distintos niveles las adicciones se tratan y explican de forma diferente, según el doctor Souza y Machorro.
Otro de sus meritos en proponer una terapéutica contra las adicciones en usuarios problemáticos mayores de 18 años, con un tratamiento de 5 años, y también para derribar el estigma social de la enfermedad mental, ofreciendo una visión positiva de esta y proponer un modelo de reducción de daño.
No obstante sus grandes aportes para el entendimiento de este grave problema de salud, el doctor Machorro todavía mantiene actitudes prejuiciosas sobre la marihuana, considerándola una “planta nociva”, “las yerbas no son buenas sólo por ser naturales como la marihuana”, afirma en el capítulo especial sobre esta planta psicoactivas, cuando hoy en día asistimos a una rehabilitación de sus cualidades médicas, a un renacimiento de los usos industriales y un redescubrimiento de sus propiedades psicoactivas.
Psiquiatría de las adicciones es una obra recomendable no solo a toda la gana de trabajadores de la salud, sino también a políticos, abogados, historiadores, periodistas, padres de familia, maestros y sacerdotes de todas las creencias religiosas porque tienen malas concepciones de las adicciones y refuerzas los procesos sociales de exclusión social lo que impide una solución eficaz a este problema de salud.
Y no esta demás recomendarla a los activistas por la despenalización de las drogas porque les falta mucho para entender su práctica de consumo más allá del pensamiento mágico de que la con esta medida se acabaran los problemas sociales ocasionados por la venta ilegal de drogas y de su abuso entre las nuevas generaciones de mexicanos.
Souza y Machorro, Mario
Psiquiatría de las adicciones. Guía para profesionales de la salud
Editorial Fondo de Cultura Económica, Col. Biblioteca de la Salud, México, 2010, 1035 pp.
Endorfinamieto social en la sociedad del desastre
Algunas frases para fomentar el endorfinamiento social en la sodciedad del desastre
“No dudes jamás de la capacidad de un grupo de ciudadanos
conscientes y comprometidos para cambiar el mundo.
De hecho siempre ha sido así”.
Margaret Mead
“La Cultura Cannábica no fomenta los procesos de exclusión social”.
JPGV
“No es el cannabis el delito, es la prohibición del cannabis”
Free-Rob Cannabis
“No dudes jamás de la capacidad de un grupo de ciudadanos
conscientes y comprometidos para cambiar el mundo.
De hecho siempre ha sido así”.
Margaret Mead
“La Cultura Cannábica no fomenta los procesos de exclusión social”.
JPGV
“No es el cannabis el delito, es la prohibición del cannabis”
Free-Rob Cannabis
sábado, 27 de noviembre de 2010
jueves, 25 de noviembre de 2010
Las Islas de Ciudad Universitaria recinto de la cannabis
Toda esta semana hemos estado difundiendo la Cultur cannabcia en CU, explicandole a los escolapios privilegiados y futoros desempleados, que estan a un pazo de la plaza clasemediera màs importante del consumo de marihuana...solo responden con risitas alegres, pero no pueden negar esta verdad: prohombres de Mèxico, inminencias de catedra y titanes de las letras mexicanas gozaron algunas tades fumando marihuna en estos jardines...
Esta es una laguna del Centenario de la UNAM, de la UNAM Burocracia, negar sus placeres, monopolizar medias verdades y crear profesionales trepadores...
Por la noche huele a cannabis por todas partes, aclaro que no me entran las ansias, ni mucho menos ir a comprar. No olvidar que desde mediados de 1950, las universidades son lugar privilegiado para la compra de drogas, algo que todavìa tiene que reescribirse su historia...
Esta es una laguna del Centenario de la UNAM, de la UNAM Burocracia, negar sus placeres, monopolizar medias verdades y crear profesionales trepadores...
Por la noche huele a cannabis por todas partes, aclaro que no me entran las ansias, ni mucho menos ir a comprar. No olvidar que desde mediados de 1950, las universidades son lugar privilegiado para la compra de drogas, algo que todavìa tiene que reescribirse su historia...
domingo, 7 de noviembre de 2010
Marihuana Fest en Diciembre
MARIGUANA DESPENALIZACION, TOQUIN GRATIS 5dDICIEMBRE desDlas10:00Hrs FESTIVAL EN APOYO AL DEBATE y a iniciativas ciudadanaEdomex yPopularDF, PLAZA dla REPUBLICA, entre MONUMENTO A LA REVOLUCION y Reforma, cerca dSenado ysucaballito. RaveTRANCE Rock Reggae Rap bluesJazz, trova afro-indigena Ska y15 oradores máximo6minutos ARTISTAS, INTELECTUALES, CIENTIFICOS, POLITICOS y toda labanda liberatria; apuntense y apoyen
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Por poco gana la Propuesta 19
Por poco gana la Propuesta 19 en California
Juan pablo García Vallejo
Ciudad de México a 3 de noviembre de 2010.- La democracia no es perfecta, no todos los referéndums ganan a la primera. Pero si se gana con su avance y organización. La propuesta 19 de California no obtuvo la mayoría de votos en las elecciones pasadas, como ya se había perfilado en las diversas encuestas de opinión de la democracia mercadotécnica norteamericana, 57% sobre 43 %. De todas formas es una victoria para la cultura cannábica global por que proporciona una experiencia que se tiene que retomar para plantear consultas populares en México.
No gano la Propuesta 19, pero si avanzo la cultura cannábica.
sábado, 30 de octubre de 2010
LA LEGALIZACIÓN, IDIOTAS
LA LEGALIZACIÓN, IDIOTAS
JOEL ORTEGA JUÁREZ
A ninguno de los 500 diputados y 128 senadores, menos a sus pastores de los grupos parlamentarios correspondientes, se les ha ocurrido proponer la o las iniciativas correspondientes para legalizar la producción distribución y consumo de las drogas.
Única vía para frenar el baño de sangre que incrementó la guerra absurda de Calderón.
Todos hacen como que la virgen les habla, se desgarran las vestiduras y no desperdician, cobrar sus dietas, sus comisiones, viáticos, gastos extraordinarios, ayudas y demás canonjías que suman cientos de millones de pesos anuales.
Legisladores que no legislan, más que aquellas leyes que les reditúan más lana, como la presentada por la familia de Simi o la Ley televisa que aprobaron por unanimidad o el eterno cuoteo en el IFE.
Nada nuevo bajo el sol.
Actúan en función de sus intereses. No hay engaño en ello.
Tienen en sus manos legalizar las drogas y punto.
Fox aparece declarando su apoyo a la legalización. ¿Por qué no la promovió durante su sexenio?
Incluso los que han manifestado su apoyo, tardío, a la legalización de las drogas, lo hacen como si tratase de una plegaria y ninguno ha propuesto y exigido que el Congreso de la Unión proceda a cumplir sus funciones legislativas mínimas.
Sólo lo han planteado grupos de activistas, ignorados por los media.
No es un tema nuevo.
En el mitin efectuado en el cine Cosmos en junio de 1985, dije, en el discurso más breve de una campaña política, Vamos a legalizar las drogas. Obviamente nunca fui diputado, no iba en las “listas” plurinominales, ni era la época del carro completo del PRD en el DF.
En el libro Narcotráfico, crisis social, derechos humanos y gobernabilidad, coordinado por Pedro Peñaloza, el Búho nos recuerda el origen de éste trágico margayate: la Opium Poppy Control Act,1942, mediante la cual los gringos coordinados con el Estado mexicano, sembraron extensos campos de amapola y sus correspondientes cosechas de goma y opio en Sinaloa, para dotar a sus tropas.
Va a tener que meter la cara en la taza del excusado, toda la clase política, si gana el Si en el referéndum de California del próximo martes 2.
No le den vueltas, señores diputados y senadores, elaboren y aprueben la legalización de las drogas Ya. Si en verdad quieren parar este terrible baño de sangre, cuya crueldad es cada vez más infernal.
Mientras el narco sea un negocio multimillonario, por su ilegalidad, nunca acabaran los cárteles, por más soldados y armas que pongan en su contra.
JOEL ORTEGA JUÁREZ
A ninguno de los 500 diputados y 128 senadores, menos a sus pastores de los grupos parlamentarios correspondientes, se les ha ocurrido proponer la o las iniciativas correspondientes para legalizar la producción distribución y consumo de las drogas.
Única vía para frenar el baño de sangre que incrementó la guerra absurda de Calderón.
Todos hacen como que la virgen les habla, se desgarran las vestiduras y no desperdician, cobrar sus dietas, sus comisiones, viáticos, gastos extraordinarios, ayudas y demás canonjías que suman cientos de millones de pesos anuales.
Legisladores que no legislan, más que aquellas leyes que les reditúan más lana, como la presentada por la familia de Simi o la Ley televisa que aprobaron por unanimidad o el eterno cuoteo en el IFE.
Nada nuevo bajo el sol.
Actúan en función de sus intereses. No hay engaño en ello.
Tienen en sus manos legalizar las drogas y punto.
Fox aparece declarando su apoyo a la legalización. ¿Por qué no la promovió durante su sexenio?
Incluso los que han manifestado su apoyo, tardío, a la legalización de las drogas, lo hacen como si tratase de una plegaria y ninguno ha propuesto y exigido que el Congreso de la Unión proceda a cumplir sus funciones legislativas mínimas.
Sólo lo han planteado grupos de activistas, ignorados por los media.
No es un tema nuevo.
En el mitin efectuado en el cine Cosmos en junio de 1985, dije, en el discurso más breve de una campaña política, Vamos a legalizar las drogas. Obviamente nunca fui diputado, no iba en las “listas” plurinominales, ni era la época del carro completo del PRD en el DF.
En el libro Narcotráfico, crisis social, derechos humanos y gobernabilidad, coordinado por Pedro Peñaloza, el Búho nos recuerda el origen de éste trágico margayate: la Opium Poppy Control Act,1942, mediante la cual los gringos coordinados con el Estado mexicano, sembraron extensos campos de amapola y sus correspondientes cosechas de goma y opio en Sinaloa, para dotar a sus tropas.
Va a tener que meter la cara en la taza del excusado, toda la clase política, si gana el Si en el referéndum de California del próximo martes 2.
No le den vueltas, señores diputados y senadores, elaboren y aprueben la legalización de las drogas Ya. Si en verdad quieren parar este terrible baño de sangre, cuya crueldad es cada vez más infernal.
Mientras el narco sea un negocio multimillonario, por su ilegalidad, nunca acabaran los cárteles, por más soldados y armas que pongan en su contra.
El efecto California y otros impactos externos en la historia de la marihuana
El efecto California y otros impactos externos en la historia de la marihuana
Juan Pablo García Vallejo
Ciudad de México a 30 de octubre de 2010.- Grandes expectativas ha creado en México, en el ambiente cannábico y político progresista, la realización del próximo referéndum para la despenalización gradual de la marihuana en el Estado de California, en los Estados Unidos, porque de resultar exitoso cambiara drásticamente las políticas prohibicionistas criminalizadoras y anticientíficas mantenidas por este país en el mundo entero y por el Estado mexicano desde el año de 1917.
Pero este efecto California nos sirve para explicar también como en otros tiempos o circunstancias la existencia de otros “impactos externos” que influyeron inexorablemente en lo que hoy conocemos como la cultura cannábica mexicana.
Comenzando por el error providencial de Colón, en 1492, que posibilitó el contacto del cáñamo con el Nuevo Mundo descubierto, dejo aquí a un lado las incursiones tempranas de los vikingos en las costas de lo que ahora es Canadá, porque no tuvo el impacto tan grande como el del gran almirante genovés, ni las desastrosas consecuencias como el genocidio étnico de los pueblos indígenas en toda Latinoamérica.
Hay que agregar, que la empresa de Colón no se salva de las fuertes críticas aún, porque muchos académicos mexicanos consideran a Capitán del Mar Océano como un criminal o algo parecido por su descubrimiento del nuevo continente, influenciados por creencias anti-españolas, esto lo escuche en días pasados en boca de un maestro de la FES Acatlán en el encuentro de cronistas en la Delegación Iztapalapa. Y muestra que los prejuicios anticientíficos surgen en todas partes, en los ámbitos sociales y académicos.
Otro efecto externo fue la satanización religiosa, la persecución a la marihuana, desde el año de 1484, impuesta por el papa Inocencio VII. Un legado religioso de la pugna entre Occidente y Oriente, porque cada cultura consumía estimulantes distintos, unos consumían vino y los otros hashish, pero al mismo tiempo demonizaron cada una el estimulante consumido por la otra, los occidentales no consumen hashish ni los musulmanes alcohol. Así para combatir la idolatría de los indígenas y lograr su conversión al cristianismo era necesario no sólo eliminar las plantas alucinógenas que se utilizaban en sus ritos religiosos sino expulsarlas o erradicarlas, cosa que no se logro completamente y fueron colocadas en la lista de delitos contra la fe.
Un impacto externo de gran trascendencia en los cambios de consumo de marihuana en México sucedió en el siglo XIX con la combinación del hechizo francés (proveniente de Francia) y el ambiente bohemio (proveniente de Alemania) durante los treinta años de Porfiriato, una época considerada de civilizadora por conseguir la paz social luego e 70 años de inestabilidad política y social y por querer imitar a las naciones europeas como los modelos a seguir. Así todo el siglo XIX será francés en México y no sólo el consumo de marihuana se extiende en las diversiones populares de los léperos sino que se publicita en periódicos y revistas y es de venta accesible y barata en farmacias, boticas y droguerías, además de mercados populares, bajo un aparente control oficial, que nunca ha existido plenamente.
Pero será el ascenso social de su consumo, motivado por las aspiraciones modernizadoras y europeizantes surgidas en los círculos literarios mexicanos, románticos y modernistas, de imitar a los poetas malditos franceses que la marihuana y otras drogas serán utilizadas como puerta de entrada para la inspiración artística literaria. (Treinta años más adelante otros creadores la utilizarán como inspiración plástica, los pintores)
Este notable cambio no dejara, sin embargo, a la poesía y poetas mexicanos de seguir siendo considerados en todo el siglo XIX como una actividad de malvivientes, a los poetas se les consideraba entonces, y ahora, como sujetos improductivos. ¿De qué vas a vivir, les decían sus padres?
Este uso estético de la marihuana traerá como consecuencia la creación del tabú hacia las drogas en la sociedad burguesa decimonónica en tanto que la marihuana fuera consumida por una numerosa legión de léperos, los pobres urbanos en la periferia de la ciudad de México, no había ningún problema, era solo una mala costumbre propia de los bajos fondos de la sociedad. Esto representa, en términos culturales, el paso de la marihuana de la baja cultura a la alta cultura, hecho solo y para los letrados, la gente culta.
Pero cuando comenzó a expandirse el consumo entre los miembros de la clase media urbana, educada, la clase refinada, sonaron estrepitosamente las campanas de alarma en toda la sociedad mexicana.
Pues este consumo de drogas ponían en peligro la respetabilidad de la clase burguesa, su buen gusto y sus afanes de control y autodisciplina individual y colectiva. Mientras que las drogas fueran consumidas por los pobres no había ningún problema para la sociedad entera, pero cuando fue hecho por gentes de cultura, de bien, comenzaron las prohibiciones morales, su consumo se convirtió en una amenaza social.
Y es necesario aclarar que eran miembros de la oligarquía porfirista quienes discretamente y violando el recientemente creado tabú prohibicionista, consumían drogas en los salones y casas de citas que frecuentaban como el opio, la cocaína, heroína, la marihuana y el ajenjo era para los poetas, como lo ha señalado el historiador Ricardo Pérez Monfort en sus diversas investigaciones sobre drogas en esta época.
Aunque al maestro Pérez Monfort le falto mencionar la experiencia particular que vivió el poeta simbolista José Juan Tablada, porque como otros poetas fueron influenciados por el hechizo francés y rodeados por recientemente creado ambiente bohemio, es decir, donde se toleraba una conducta social y moral licenciosa y pobre (en ese tiempo ser bohemio era sinónimo de pobreza, y antes como ahora, a todos ofende esta condición social, como si todos nacieran en sabanas de seda, con cuantiosas cuentas bancarias, siendo herederos de grandes propiedades o descendiente de parientes prominentes, etc.).
El mismo Tablada es el primer poeta consumidor en exceso de drogas que ingresa a un hospital, el de San Hipólito, para desintoxicarse y que fue dado a conocer públicamente en la Revista Azul. Siendo la primera celebridad consumidora que es atendida medicamente.
Esta experiencia le servirá a Tablada para escribir un artículo sobre los peligros del consumo de drogas titulándolo la epidemia baudeleriana pues también algunos de sus amigos se excedieron en el consumo de hashish, en una clara referencia al poeta maldito Charles Baudelaire y su obra Los paraísos artificiales. A los poetas franceses y mexicanos el consumo de drogas les sirvió de iniciación a la creación estética, no sin algunos inconvenientes como ya mencionamos. Finalmente, es necesario señalar que con Tablada fue inmortalizado por Diego Rivera en uno de sus murales del Palacio Nacional, con ojeras moradas y la pupila roja por el consumo de marihuana.
Oro efecto externo en la cultura de las drogas en México fue la importación de la política prohibicionista que Estados Unidos impuso a todo el mundo, dese 1937, creando una exagerada estigmatización de la planta como planta asesina de la juventud. Sobre esto se ha escrito mucho, así que no abundare más, pero si señalar el carácter sumiso del gobierno mexicano.
Otro efecto externo fue a mediados de los años 1960 el impacto de la cultura hippie norteamericana, que aquí se llamo hippiteca y la marihuana se convirtió en la droga generacional de la juventud de esos tiempos de la llamada Década prodigiosa y del turismo psicotrópico a Oaxaca. Sin olvidar, la realización del Festival de Avándaro, en 1971, a imitación de los grandes festivales masivos de rock en Estados Unidos y en Europa. Al que asistieron 250 mil jóvenes, de los cuales el 90% fumo marihuana.
Quizás esto no lo entiendan las nuevas generaciones X, Y o Emo, porque desde Salinas, el rock fue permitido masivamente en México y ahora los jóvenes asisten a ellos como antes lo hicieron sus abuelos, padres y demás parientes a al espectáculo social y de prestigio a una función de cine, que también debe ser desconocida para estos jóvenes.
Un efecto externo lo dio la globalización en el año 2000 cuando en los Estados Unidos se impulsa conmemorar el Día Mundial de la Liberación de la Marihuana el primer sábado de mes de mayo. Aquí en México se reúnen una quincena de jóvenes en el Parque México, de la licenciosa Colonia Condesa, no sólo para conocerse entre pares sino para comenzar a organizarse y cambiar la política prohibicionista del gobierno mexicano. Algo que propios y extraños consideraban una locura de extrema peligrosidad, principalmente las gentes afines a la corrupción, los fieles seguidores de los múltiples dogmas pseudocientíficos anti-marihuana y los que mantienen creencias conservadoras, sin dejar de lado a la izquierda antidemocrática y pseudo-revolucionaria y sus políticas anti juveniles.
Aunque no hay que olvidar que la defensa y promoción de la cultura cannábica tenía ya varios lustros de habitar las páginas de la prensa contracultural mexicana como la revista La Guillotina, Generación, La Tinta Suelta, por mencionar algunas (hay muchas otras pero no sé si defiendan la marihuana sus reporteros o editores).
La globalización no solo impacto la economía, los medios de comunicación, el intercambio intercultural, el narcotráfico sino también las formas de lucha por el reconocimiento de minorías sociales y culturales antes completamente discriminadas por todos los poderes (civil, religioso, médico, militar y mediático).
Y esta globalización posibilitó que a los cannábicos no los encerraran inmediatamente durante sus primeras movilizaciones públicas como hubiera sucedido en cualquier otro sexenio de la Dictadura perfecta priista y su larga tradición de intolerancia hacia las drogas y, por supuesto, hacia los jóvenes cuando estos se organizan alejados de los mecanismos de mediación y control político gubernamental.
Los cannábicos rompieron de inicio con la imagen tradicional del consumidor de marihuana como un monstruo social, vicioso o delincuente potencial, para comenzar el camino por la defensa y promoción de los derechos humanos y culturales de los consumidores de marihuana, conscientes y organizados.
Porque todavía quedan millones de marihuanos encerrados en el closet, avergonzados de su práctica cultural e inconscientes de sus derechos y, también de sus responsabilidades sociales. Esto último es necesario señalarlo, porque hay una gran masa de consumidores vergonzantes que aceptaron la legalización de la marihuana por Calderón, pero que les falta mucha conciencia ciudadana y mucha cultura de autonomía para saber que eso es solo fingido. Y no aceptan que hay responsabilidades sociales para los consumidores de marihuana, creen que la legalización es universal sin restricción alguna, algo que no ha existido ni existirá nunca, todas las drogas tiene una regulación social.
Y finalmente, llegamos al efecto California, que de ser aprobado el día 2 de noviembre, dará al traste con los temores del gobierno mexicano para legalizar la marihuana porque siempre han esgrimido el argumento de que primero es allá, en los Estados Unidos donde debe hacerse. Este pretexto de poner la solución en el exterior ya no les funcionara para seguir imponiendo una prohibición innecesaria a la marihuana y que está costando cada vez más muertos en todos los ámbitos sociales.
El único inconveniente en mi opinión es que no se puede comparar, nunca de los nuncas, lo hecho en California, la octava economía del mundo, con el México subdesarrollado, colonizado y conservador que tenemos. Aquí se tiene que encontrar las soluciones propias. En California tienen más de 15 años luchando por el uso médico del cannabis, son olvidar que fueron los friales franciscanos que la llevaron allá a fines del siglo XVIII y que fue la única experiencia exitosa de cultivo de cáñamo en la Nueva España.
Esperemos que tenga éxito este referéndum tan solo para romper los dogmas morales y anticientíficos de los prohibicionistas mexicanos.
Juan Pablo García Vallejo
Ciudad de México a 30 de octubre de 2010.- Grandes expectativas ha creado en México, en el ambiente cannábico y político progresista, la realización del próximo referéndum para la despenalización gradual de la marihuana en el Estado de California, en los Estados Unidos, porque de resultar exitoso cambiara drásticamente las políticas prohibicionistas criminalizadoras y anticientíficas mantenidas por este país en el mundo entero y por el Estado mexicano desde el año de 1917.
Pero este efecto California nos sirve para explicar también como en otros tiempos o circunstancias la existencia de otros “impactos externos” que influyeron inexorablemente en lo que hoy conocemos como la cultura cannábica mexicana.
Comenzando por el error providencial de Colón, en 1492, que posibilitó el contacto del cáñamo con el Nuevo Mundo descubierto, dejo aquí a un lado las incursiones tempranas de los vikingos en las costas de lo que ahora es Canadá, porque no tuvo el impacto tan grande como el del gran almirante genovés, ni las desastrosas consecuencias como el genocidio étnico de los pueblos indígenas en toda Latinoamérica.
Hay que agregar, que la empresa de Colón no se salva de las fuertes críticas aún, porque muchos académicos mexicanos consideran a Capitán del Mar Océano como un criminal o algo parecido por su descubrimiento del nuevo continente, influenciados por creencias anti-españolas, esto lo escuche en días pasados en boca de un maestro de la FES Acatlán en el encuentro de cronistas en la Delegación Iztapalapa. Y muestra que los prejuicios anticientíficos surgen en todas partes, en los ámbitos sociales y académicos.
Otro efecto externo fue la satanización religiosa, la persecución a la marihuana, desde el año de 1484, impuesta por el papa Inocencio VII. Un legado religioso de la pugna entre Occidente y Oriente, porque cada cultura consumía estimulantes distintos, unos consumían vino y los otros hashish, pero al mismo tiempo demonizaron cada una el estimulante consumido por la otra, los occidentales no consumen hashish ni los musulmanes alcohol. Así para combatir la idolatría de los indígenas y lograr su conversión al cristianismo era necesario no sólo eliminar las plantas alucinógenas que se utilizaban en sus ritos religiosos sino expulsarlas o erradicarlas, cosa que no se logro completamente y fueron colocadas en la lista de delitos contra la fe.
Un impacto externo de gran trascendencia en los cambios de consumo de marihuana en México sucedió en el siglo XIX con la combinación del hechizo francés (proveniente de Francia) y el ambiente bohemio (proveniente de Alemania) durante los treinta años de Porfiriato, una época considerada de civilizadora por conseguir la paz social luego e 70 años de inestabilidad política y social y por querer imitar a las naciones europeas como los modelos a seguir. Así todo el siglo XIX será francés en México y no sólo el consumo de marihuana se extiende en las diversiones populares de los léperos sino que se publicita en periódicos y revistas y es de venta accesible y barata en farmacias, boticas y droguerías, además de mercados populares, bajo un aparente control oficial, que nunca ha existido plenamente.
Pero será el ascenso social de su consumo, motivado por las aspiraciones modernizadoras y europeizantes surgidas en los círculos literarios mexicanos, románticos y modernistas, de imitar a los poetas malditos franceses que la marihuana y otras drogas serán utilizadas como puerta de entrada para la inspiración artística literaria. (Treinta años más adelante otros creadores la utilizarán como inspiración plástica, los pintores)
Este notable cambio no dejara, sin embargo, a la poesía y poetas mexicanos de seguir siendo considerados en todo el siglo XIX como una actividad de malvivientes, a los poetas se les consideraba entonces, y ahora, como sujetos improductivos. ¿De qué vas a vivir, les decían sus padres?
Este uso estético de la marihuana traerá como consecuencia la creación del tabú hacia las drogas en la sociedad burguesa decimonónica en tanto que la marihuana fuera consumida por una numerosa legión de léperos, los pobres urbanos en la periferia de la ciudad de México, no había ningún problema, era solo una mala costumbre propia de los bajos fondos de la sociedad. Esto representa, en términos culturales, el paso de la marihuana de la baja cultura a la alta cultura, hecho solo y para los letrados, la gente culta.
Pero cuando comenzó a expandirse el consumo entre los miembros de la clase media urbana, educada, la clase refinada, sonaron estrepitosamente las campanas de alarma en toda la sociedad mexicana.
Pues este consumo de drogas ponían en peligro la respetabilidad de la clase burguesa, su buen gusto y sus afanes de control y autodisciplina individual y colectiva. Mientras que las drogas fueran consumidas por los pobres no había ningún problema para la sociedad entera, pero cuando fue hecho por gentes de cultura, de bien, comenzaron las prohibiciones morales, su consumo se convirtió en una amenaza social.
Y es necesario aclarar que eran miembros de la oligarquía porfirista quienes discretamente y violando el recientemente creado tabú prohibicionista, consumían drogas en los salones y casas de citas que frecuentaban como el opio, la cocaína, heroína, la marihuana y el ajenjo era para los poetas, como lo ha señalado el historiador Ricardo Pérez Monfort en sus diversas investigaciones sobre drogas en esta época.
Aunque al maestro Pérez Monfort le falto mencionar la experiencia particular que vivió el poeta simbolista José Juan Tablada, porque como otros poetas fueron influenciados por el hechizo francés y rodeados por recientemente creado ambiente bohemio, es decir, donde se toleraba una conducta social y moral licenciosa y pobre (en ese tiempo ser bohemio era sinónimo de pobreza, y antes como ahora, a todos ofende esta condición social, como si todos nacieran en sabanas de seda, con cuantiosas cuentas bancarias, siendo herederos de grandes propiedades o descendiente de parientes prominentes, etc.).
El mismo Tablada es el primer poeta consumidor en exceso de drogas que ingresa a un hospital, el de San Hipólito, para desintoxicarse y que fue dado a conocer públicamente en la Revista Azul. Siendo la primera celebridad consumidora que es atendida medicamente.
Esta experiencia le servirá a Tablada para escribir un artículo sobre los peligros del consumo de drogas titulándolo la epidemia baudeleriana pues también algunos de sus amigos se excedieron en el consumo de hashish, en una clara referencia al poeta maldito Charles Baudelaire y su obra Los paraísos artificiales. A los poetas franceses y mexicanos el consumo de drogas les sirvió de iniciación a la creación estética, no sin algunos inconvenientes como ya mencionamos. Finalmente, es necesario señalar que con Tablada fue inmortalizado por Diego Rivera en uno de sus murales del Palacio Nacional, con ojeras moradas y la pupila roja por el consumo de marihuana.
Oro efecto externo en la cultura de las drogas en México fue la importación de la política prohibicionista que Estados Unidos impuso a todo el mundo, dese 1937, creando una exagerada estigmatización de la planta como planta asesina de la juventud. Sobre esto se ha escrito mucho, así que no abundare más, pero si señalar el carácter sumiso del gobierno mexicano.
Otro efecto externo fue a mediados de los años 1960 el impacto de la cultura hippie norteamericana, que aquí se llamo hippiteca y la marihuana se convirtió en la droga generacional de la juventud de esos tiempos de la llamada Década prodigiosa y del turismo psicotrópico a Oaxaca. Sin olvidar, la realización del Festival de Avándaro, en 1971, a imitación de los grandes festivales masivos de rock en Estados Unidos y en Europa. Al que asistieron 250 mil jóvenes, de los cuales el 90% fumo marihuana.
Quizás esto no lo entiendan las nuevas generaciones X, Y o Emo, porque desde Salinas, el rock fue permitido masivamente en México y ahora los jóvenes asisten a ellos como antes lo hicieron sus abuelos, padres y demás parientes a al espectáculo social y de prestigio a una función de cine, que también debe ser desconocida para estos jóvenes.
Un efecto externo lo dio la globalización en el año 2000 cuando en los Estados Unidos se impulsa conmemorar el Día Mundial de la Liberación de la Marihuana el primer sábado de mes de mayo. Aquí en México se reúnen una quincena de jóvenes en el Parque México, de la licenciosa Colonia Condesa, no sólo para conocerse entre pares sino para comenzar a organizarse y cambiar la política prohibicionista del gobierno mexicano. Algo que propios y extraños consideraban una locura de extrema peligrosidad, principalmente las gentes afines a la corrupción, los fieles seguidores de los múltiples dogmas pseudocientíficos anti-marihuana y los que mantienen creencias conservadoras, sin dejar de lado a la izquierda antidemocrática y pseudo-revolucionaria y sus políticas anti juveniles.
Aunque no hay que olvidar que la defensa y promoción de la cultura cannábica tenía ya varios lustros de habitar las páginas de la prensa contracultural mexicana como la revista La Guillotina, Generación, La Tinta Suelta, por mencionar algunas (hay muchas otras pero no sé si defiendan la marihuana sus reporteros o editores).
La globalización no solo impacto la economía, los medios de comunicación, el intercambio intercultural, el narcotráfico sino también las formas de lucha por el reconocimiento de minorías sociales y culturales antes completamente discriminadas por todos los poderes (civil, religioso, médico, militar y mediático).
Y esta globalización posibilitó que a los cannábicos no los encerraran inmediatamente durante sus primeras movilizaciones públicas como hubiera sucedido en cualquier otro sexenio de la Dictadura perfecta priista y su larga tradición de intolerancia hacia las drogas y, por supuesto, hacia los jóvenes cuando estos se organizan alejados de los mecanismos de mediación y control político gubernamental.
Los cannábicos rompieron de inicio con la imagen tradicional del consumidor de marihuana como un monstruo social, vicioso o delincuente potencial, para comenzar el camino por la defensa y promoción de los derechos humanos y culturales de los consumidores de marihuana, conscientes y organizados.
Porque todavía quedan millones de marihuanos encerrados en el closet, avergonzados de su práctica cultural e inconscientes de sus derechos y, también de sus responsabilidades sociales. Esto último es necesario señalarlo, porque hay una gran masa de consumidores vergonzantes que aceptaron la legalización de la marihuana por Calderón, pero que les falta mucha conciencia ciudadana y mucha cultura de autonomía para saber que eso es solo fingido. Y no aceptan que hay responsabilidades sociales para los consumidores de marihuana, creen que la legalización es universal sin restricción alguna, algo que no ha existido ni existirá nunca, todas las drogas tiene una regulación social.
Y finalmente, llegamos al efecto California, que de ser aprobado el día 2 de noviembre, dará al traste con los temores del gobierno mexicano para legalizar la marihuana porque siempre han esgrimido el argumento de que primero es allá, en los Estados Unidos donde debe hacerse. Este pretexto de poner la solución en el exterior ya no les funcionara para seguir imponiendo una prohibición innecesaria a la marihuana y que está costando cada vez más muertos en todos los ámbitos sociales.
El único inconveniente en mi opinión es que no se puede comparar, nunca de los nuncas, lo hecho en California, la octava economía del mundo, con el México subdesarrollado, colonizado y conservador que tenemos. Aquí se tiene que encontrar las soluciones propias. En California tienen más de 15 años luchando por el uso médico del cannabis, son olvidar que fueron los friales franciscanos que la llevaron allá a fines del siglo XVIII y que fue la única experiencia exitosa de cultivo de cáñamo en la Nueva España.
Esperemos que tenga éxito este referéndum tan solo para romper los dogmas morales y anticientíficos de los prohibicionistas mexicanos.
viernes, 29 de octubre de 2010
La legalización de la marihuana, el camino para México
La legalización de la marihuana, el camino para México
Juan Pablo García Vallejo
* Debe dejar de ser un tabú
** No se justifica su prohibición
*** El movimiento lleva más de once años de lucha por la reforma legal
Ciudad de México a 27 de octubre de 2010. Esta fue una de las conclusiones a que llegaron varios políticos de izquierda y activistas cannábicos de la sociedad civil hoy durante su participación en el Foro: Un movimiento, un referéndum y siete iniciativas por la cannabis en el Palacio Legislativo de San Lázaro, organizado por la Asociación Mexicana de Estudios de la Cannabis (AMECA) y Colectivo por una Política Integral Hacia las Drogas (CUPIHD).
La diputada Teresa Inchaústegui Romero, del PRD, dio la bienvenida a los asistentes a la Cámara de Diputados para seguir dando a conocer las siete iniciativas legislativas sobre la despenalización de las drogas que se han presentado por partidos de izquierda, en años recientes, que actualmente se encuentran en dictamen.
Estas iniciativas son oportunas por que vivimos la pero crisis de estabilidad y gobernabilidad en la historia reciente del país, afirmó. Y que está condicionado por lo que va a pasar en días próximos, el 2 de noviembre, con el referéndum en el estado de California, en los Estados Unidos.
“De ser positivo, señala la legisladora, se abriría un marco de situaciones paradójicas en la Unión Americana, porque desde 1980, se señalo al narcotráfico como un problema de seguridad nacional”. La estrategia para combatir a los narcotraficantes es diversa que incluye el descabezamiento de los carteles, legislar sobre el lavado de dinero y otras medidas de inteligencia pero no ha tenido éxito. Y se continúa en la guerra contra las drogas por la ocupación de territorios por el poder fáctico del narcotráfico.
La legisladora considera que lo de California crearía un escenario paradójico porque florecerían los ingresos en EU, aquí en México se continúa con el esquema punitivo y seguimos poniendo los muertos, dice.
Por su parte, Alejandro Encinas, coordinador parlamentario del PRD, señalo que es reconocida la importancia del debate sobre la liberación de la marihuana, de forma abierta en la que participen todos los grupos interesados a favor y en contra de esta propuesta.
Agrego que se debe dejar atrás el tabú en la cámara de Diputados, porque todo debe discutirse en una cultura democrática. A continuación explico que debe ser discutida de forma integral, en sus aspectos social, político y económico: “México está en la duda de qué hacer con el problema, en Estados Unidos la consumen y aquí se produce”.
Explico que los campesinos en México cambiaron sus cultivos por sembrar marihuana y amapola debido al abandono del Estado mexicano al desarrollo rural, pero esto no lo hicieron de forma voluntaria sino obligados por el abandono del Estado. “En este cultivo los campesinos encontraron un refugio y el cultivo de marihuana y amapola se hace en el 30% de tierras cultivables.”
Finalmente expresó que este tema tiene que generar una corriente de opinión pública, no solo entre los partidos políticos, “estamos a favor de su legalización en el PRD, aunque hay voces al interior que se oponen a esta medida”, reconoció. No está demás agregar que está corriente de opinión ha ido construyéndose poco a poco desde hace más de una década por el Movimiento Cannábico Mexicano.
Jorge Javier Romero explicó que es benéfico continuar con estos debates en la Cámara de Diputados porque existe un enorme desconocimiento de lo que se está tratando. El movimiento es de larga data, más de 10 años y desde el año 2000 Democracia social abordo la cuestión de la política de drogas como un problema de salud y no como un problema punitivo.
Recordó las iniciativas legislativas a favor de la cannabis, las tres presentadas por la diputada Elsa Conde Rodríguez la primera referida al uso medicinal, otra al uso recreativo y la tercera para el uso industrial; la presentada por Víctor Hugo Círigo y la de René Arce en la Asamblea de Representantes del DF y la iniciativa ciudadana presentada en el Congreso local del Estado de México.
Y subrayo que no se justifica la prohibición de la marihuana, que hay que discutir con información científica, no moral.
El secretario general de la AMECA, Alfonso García Pérez, expuso detenidamente la iniciativa ciudadana que pone al Estado de México a la vanguardia en las propuestas de legalización de la marihuana porque cambia el modelo de regulación, sustituyendo el trato policiaco a la planta y los consumidores por un trato de salud.
Agregó que desde hace once años el Frente Por la Liberación de la Marihuana en México integrado por la AMECA, CUPIHD, la revista Generación, la Gaceta Cannábica, La Pirámide, Organi-k, Hemp México, Fanzine Ilegal, entre otras organizaciones ciudadanas. Ha organizado eventos, marchas, festivales, mítines en apoyo a esta reforma legislativa.
Critico el debate simulado propuesto por Calderón porque escogió a sus interlocutores de forma intencionada sin invitar a ninguna de las organizaciones ciudadanas cannábicas.
Finalmente, Jorge Hernández Tinajero, de CUPIDH, explico algunas de las ventajas e inconvenientes que tiene la Propuesta 19 que se pondrá a referéndum en el Estado de California.
De parte de las organizaciones ciudadanas la Gaceta Cannábica propuso que se dé el reconocimiento a la identidad psicoactiva cannábica así como hay identidades políticas, religiosas, étnicas y sexuales, se debe reconocer a los consumidores sin estigmatizarlos de antemano ni imponerles categorías minusvalorizadoras, degradantes u humillantes y, por tanto, se tiene que reconocer los derechos humanos y derechos culturales de los consumidores.
Y la AMECA presentó una serie de fotografías de las movilizaciones cannábicas que muestran que sus demostraciones públicas son pacíficas, festivas y propositivas sin buscar insultar a la policía ni mucho menos desestabilizar la vida de la ciudad de México.
Y el doctor Alfredo Rustrían Azamar expuso su proyecto de salud para la desintoxicación de los consumidores y tratarlo como enfermos no como delincuentes.
Juan Pablo García Vallejo
* Debe dejar de ser un tabú
** No se justifica su prohibición
*** El movimiento lleva más de once años de lucha por la reforma legal
Ciudad de México a 27 de octubre de 2010. Esta fue una de las conclusiones a que llegaron varios políticos de izquierda y activistas cannábicos de la sociedad civil hoy durante su participación en el Foro: Un movimiento, un referéndum y siete iniciativas por la cannabis en el Palacio Legislativo de San Lázaro, organizado por la Asociación Mexicana de Estudios de la Cannabis (AMECA) y Colectivo por una Política Integral Hacia las Drogas (CUPIHD).
La diputada Teresa Inchaústegui Romero, del PRD, dio la bienvenida a los asistentes a la Cámara de Diputados para seguir dando a conocer las siete iniciativas legislativas sobre la despenalización de las drogas que se han presentado por partidos de izquierda, en años recientes, que actualmente se encuentran en dictamen.
Estas iniciativas son oportunas por que vivimos la pero crisis de estabilidad y gobernabilidad en la historia reciente del país, afirmó. Y que está condicionado por lo que va a pasar en días próximos, el 2 de noviembre, con el referéndum en el estado de California, en los Estados Unidos.
“De ser positivo, señala la legisladora, se abriría un marco de situaciones paradójicas en la Unión Americana, porque desde 1980, se señalo al narcotráfico como un problema de seguridad nacional”. La estrategia para combatir a los narcotraficantes es diversa que incluye el descabezamiento de los carteles, legislar sobre el lavado de dinero y otras medidas de inteligencia pero no ha tenido éxito. Y se continúa en la guerra contra las drogas por la ocupación de territorios por el poder fáctico del narcotráfico.
La legisladora considera que lo de California crearía un escenario paradójico porque florecerían los ingresos en EU, aquí en México se continúa con el esquema punitivo y seguimos poniendo los muertos, dice.
Por su parte, Alejandro Encinas, coordinador parlamentario del PRD, señalo que es reconocida la importancia del debate sobre la liberación de la marihuana, de forma abierta en la que participen todos los grupos interesados a favor y en contra de esta propuesta.
Agrego que se debe dejar atrás el tabú en la cámara de Diputados, porque todo debe discutirse en una cultura democrática. A continuación explico que debe ser discutida de forma integral, en sus aspectos social, político y económico: “México está en la duda de qué hacer con el problema, en Estados Unidos la consumen y aquí se produce”.
Explico que los campesinos en México cambiaron sus cultivos por sembrar marihuana y amapola debido al abandono del Estado mexicano al desarrollo rural, pero esto no lo hicieron de forma voluntaria sino obligados por el abandono del Estado. “En este cultivo los campesinos encontraron un refugio y el cultivo de marihuana y amapola se hace en el 30% de tierras cultivables.”
Finalmente expresó que este tema tiene que generar una corriente de opinión pública, no solo entre los partidos políticos, “estamos a favor de su legalización en el PRD, aunque hay voces al interior que se oponen a esta medida”, reconoció. No está demás agregar que está corriente de opinión ha ido construyéndose poco a poco desde hace más de una década por el Movimiento Cannábico Mexicano.
Jorge Javier Romero explicó que es benéfico continuar con estos debates en la Cámara de Diputados porque existe un enorme desconocimiento de lo que se está tratando. El movimiento es de larga data, más de 10 años y desde el año 2000 Democracia social abordo la cuestión de la política de drogas como un problema de salud y no como un problema punitivo.
Recordó las iniciativas legislativas a favor de la cannabis, las tres presentadas por la diputada Elsa Conde Rodríguez la primera referida al uso medicinal, otra al uso recreativo y la tercera para el uso industrial; la presentada por Víctor Hugo Círigo y la de René Arce en la Asamblea de Representantes del DF y la iniciativa ciudadana presentada en el Congreso local del Estado de México.
Y subrayo que no se justifica la prohibición de la marihuana, que hay que discutir con información científica, no moral.
El secretario general de la AMECA, Alfonso García Pérez, expuso detenidamente la iniciativa ciudadana que pone al Estado de México a la vanguardia en las propuestas de legalización de la marihuana porque cambia el modelo de regulación, sustituyendo el trato policiaco a la planta y los consumidores por un trato de salud.
Agregó que desde hace once años el Frente Por la Liberación de la Marihuana en México integrado por la AMECA, CUPIHD, la revista Generación, la Gaceta Cannábica, La Pirámide, Organi-k, Hemp México, Fanzine Ilegal, entre otras organizaciones ciudadanas. Ha organizado eventos, marchas, festivales, mítines en apoyo a esta reforma legislativa.
Critico el debate simulado propuesto por Calderón porque escogió a sus interlocutores de forma intencionada sin invitar a ninguna de las organizaciones ciudadanas cannábicas.
Finalmente, Jorge Hernández Tinajero, de CUPIDH, explico algunas de las ventajas e inconvenientes que tiene la Propuesta 19 que se pondrá a referéndum en el Estado de California.
De parte de las organizaciones ciudadanas la Gaceta Cannábica propuso que se dé el reconocimiento a la identidad psicoactiva cannábica así como hay identidades políticas, religiosas, étnicas y sexuales, se debe reconocer a los consumidores sin estigmatizarlos de antemano ni imponerles categorías minusvalorizadoras, degradantes u humillantes y, por tanto, se tiene que reconocer los derechos humanos y derechos culturales de los consumidores.
Y la AMECA presentó una serie de fotografías de las movilizaciones cannábicas que muestran que sus demostraciones públicas son pacíficas, festivas y propositivas sin buscar insultar a la policía ni mucho menos desestabilizar la vida de la ciudad de México.
Y el doctor Alfredo Rustrían Azamar expuso su proyecto de salud para la desintoxicación de los consumidores y tratarlo como enfermos no como delincuentes.
martes, 26 de octubre de 2010
La historia de la marihuana en México
La Historia de la Marihuana en México
Juan Pablo García Vallejo
* Se presento en el corazon de México
** No habla de narcos ni de policías
*** Aparecen distintos protagonistas, escenarios y las consecuencias públicas de su consumo durante 500 años en México
En la pasada X Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la ciudad de México, dentro de las múltiples actividades realizadas en la Carpa de Revistas Independientes, en el estand de Arte-facto, se presentó el libro La disipada historia de la marihuana en México, 1492-2010, publicado por Eterno Femenino Ediciones dirigida por Noemí Luna García y un servidor.
A ninguna otra cultura del planeta Tierra la cannabis indica se ha integrado como a la mexicana, tanto que universalizo su noble náhuatl, de marihuana, y llevó al pintor Manuel Rodríguez Lozano, en 1959, a afirmar que “México era el país de la marihuana”.
La historia de esta planta asiática es desconocida por muchos mexicanos y ha sido distorsionada por el poder eclesiástico, médico, político. Y es hasta estos días del siglo XXI que comienza a escribirse su historia y la constante presencia de esta planta amiga en toda la historia de México.
El libro comienza con la explicación detallada de cómo el cultivo de cáñamo fue legal y fomentado por la Corona española durante tres siglos de Colonia para proveerse de materias primas para su industria naviera en la Era oceánica. Ésta documentada y sencilla exposición demuestran que la prohibición a las drogas en México no ha sido perpetua, ni inmutable, sino que es un fenómeno muy reciente.
También se explica una de los extraordinarias transformaciones que ha tenido el uso del cáñamo, cuando los indígenas atacados por las enfermedades infecciosas traídas por los españoles que estaban causando gran mortandad entre ellos recurren a ella descubriendo sus propiedades medicinales. Y será la medicina tradicional indígena el escenario donde el cáñamo adquirida el nombre universal de marihuana, proveniente de los nombres más comunes que tenían las curanderas, María y Juana, y dodne permanecerá refugiada y protegida durante trescientos años.
La visibilización de marihuana se dará con otro cambio en su forma de consumo en las diversiones populares de la primera contracultura novohispana de los léperos, a mediados del siglo XIX, que es un sector de la población bastante numeroso, cerca de 20 mil, y muy contestatario que desafía cualquier tipo de autoridad (civil, militar, religiosa), que mantenían relaciones extramaritales, utilizaban un lenguaje soez y les gustaba muchísimo la disipación. El consumo de marihuana entre estos pobres urbanos de la ciudad de México será considerado una mala costumbre por la gente de bien, de buen gusto o refinado, la burguesía decimonónica.
Y es con los poetas románticos y modernistas, la gente de cultura, que se dará otro uso a la marihuana, no ya medicinal, ni de diversión sino como una forma de iniciación artística literaria, influenciados por el hechizo francés de los poetas malditos. Pero esta incursión en los paraísos artificiales traerá consigo el tabú moral hacia las drogas porque visibilizara su peligrosidad tanto en la salud por el consumo excesivo como en su aspecto social porque amenaza la cohesión social. Varios poetas se ven muy afectados por el consumo de drogas.
No obstante este inconveniente, la marihuana se institucionaliza en la contracultura carcelaria de la Cárcel de Belem, donde las autoridades penitenciarias la meten de contrabando para venderla ilegalmente a los presos. Y se quedara como un hábito de los soldados. Y serán éstos últimos que definitivamente la popularicen durante los años convulsos de la revolución Mexicana, como ya lo explique anteriormente aquí.
Será en el Constituyente de 1917 que uno políticos completamente desinformados y manipuladores que le quitaran el estatus de remedios caseros a las drogas para considerarlas, de un día para otro, sustancias ilegales y peligrosas. Estos políticos querían evitar la “degeneración de la raza”, olvidando la profunda raíz ancestral del consumo de plantas alucinógenas en las culturas mesoamericanas y, todavía peor, su enorme ceguera de evitar las drogas llevaron a México a un mal mayor: la corrupción de la justicia y de todas las policías. Con esto comienza la Era de la intolerancia hacia las drogas.
En los años pos-revolucionarios, son los snobs, pintores, poetas y músicos quienes consumirán marihuana. Y son estos mismos que se encargaran de hacer el nacionalismo revolucionario de los años 1920 y 1930, algo que muchos desconocen.
Es en 1936 que se da la primera epidemia de pánico moral contra las drogas y que lleva al gobierno mexicano adoptar las políticas prohibicionistas impuestas por los Estados Unidos, en 1937. No obstante la marihuana no perderá su popularidad, sino por el contrario tendrá una presencia constante en el ambiente del cabaret, en la Época de Oro del Cine Mexicano y en la literatura.
Es con la aparición de la juventud en el teatro del mundo, en los años 1950, que la marihuana se convertirá en un símbolo de protesta contra el sistema autoritario, opresor y anti-jóvenes, volviéndose la droga generacional en 1966. “Contra la pared marihuanos”, será la consigna de los policías para detener y extorsionar a los jóvenes de pelo largo, principales sujetos de la persecución social.
Y es ya en la Década perdida de los años 1980 que comenzará la lucha por el reconocimiento de los consumidores y por la despenalización de la marihuana con el Primer Manifiesto Pacheco, la defensa de la mariguana en publicaciones contraculturales. Para el año 2000 con su visibilización pública y la posterior formulación de iniciativas legislativas para conseguir su des-criminalización, la planta amiga y su cultura cannábica tiene un lugar en la sociedad mexicana.
Tosas de estas cosas han sido publicadas, desde adenenates, mucho desantenantes, aquí mismo, en esta primera plana, como no lo han hecho los periódicos dizque nacionales o fabricantes de mentiras. Solo aquí desde Ecatepec de Morelos de los más pobres, se inicio la reflexión de la planta amiga. En las páginas de Acontecer y la famosa Tinta Suelta que nutrió a todo el perreidsmo mexiquense carente de ideología política, sin ser chatoyeta, desde hace años sin ninguna censura. Esta es una historia benéfica no de narcos fragmentarizados ni de otros personajes intranscendentes.
Por eso que nadie se asombre, ni se espante y contengan sus gandallas intenciones de censurar una cultura cannábica, que nada les pide, esto es solo la historia de la planta amiga, no de narcos, no de corrupción de policías y políticos, eso es ya una historia muy petrolada. Esto es la otra historia, una historia a favor de la planta amiga, ya sin corrupción, sin tontería, pero con una constante permanencia en la cultura mexicana. Querámoslo o no.
La prohibición no es eterna
Juan Pablo García Vallejo
* Se presento en el corazon de México
** No habla de narcos ni de policías
*** Aparecen distintos protagonistas, escenarios y las consecuencias públicas de su consumo durante 500 años en México
En la pasada X Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la ciudad de México, dentro de las múltiples actividades realizadas en la Carpa de Revistas Independientes, en el estand de Arte-facto, se presentó el libro La disipada historia de la marihuana en México, 1492-2010, publicado por Eterno Femenino Ediciones dirigida por Noemí Luna García y un servidor.
A ninguna otra cultura del planeta Tierra la cannabis indica se ha integrado como a la mexicana, tanto que universalizo su noble náhuatl, de marihuana, y llevó al pintor Manuel Rodríguez Lozano, en 1959, a afirmar que “México era el país de la marihuana”.
La historia de esta planta asiática es desconocida por muchos mexicanos y ha sido distorsionada por el poder eclesiástico, médico, político. Y es hasta estos días del siglo XXI que comienza a escribirse su historia y la constante presencia de esta planta amiga en toda la historia de México.
El libro comienza con la explicación detallada de cómo el cultivo de cáñamo fue legal y fomentado por la Corona española durante tres siglos de Colonia para proveerse de materias primas para su industria naviera en la Era oceánica. Ésta documentada y sencilla exposición demuestran que la prohibición a las drogas en México no ha sido perpetua, ni inmutable, sino que es un fenómeno muy reciente.
También se explica una de los extraordinarias transformaciones que ha tenido el uso del cáñamo, cuando los indígenas atacados por las enfermedades infecciosas traídas por los españoles que estaban causando gran mortandad entre ellos recurren a ella descubriendo sus propiedades medicinales. Y será la medicina tradicional indígena el escenario donde el cáñamo adquirida el nombre universal de marihuana, proveniente de los nombres más comunes que tenían las curanderas, María y Juana, y dodne permanecerá refugiada y protegida durante trescientos años.
La visibilización de marihuana se dará con otro cambio en su forma de consumo en las diversiones populares de la primera contracultura novohispana de los léperos, a mediados del siglo XIX, que es un sector de la población bastante numeroso, cerca de 20 mil, y muy contestatario que desafía cualquier tipo de autoridad (civil, militar, religiosa), que mantenían relaciones extramaritales, utilizaban un lenguaje soez y les gustaba muchísimo la disipación. El consumo de marihuana entre estos pobres urbanos de la ciudad de México será considerado una mala costumbre por la gente de bien, de buen gusto o refinado, la burguesía decimonónica.
Y es con los poetas románticos y modernistas, la gente de cultura, que se dará otro uso a la marihuana, no ya medicinal, ni de diversión sino como una forma de iniciación artística literaria, influenciados por el hechizo francés de los poetas malditos. Pero esta incursión en los paraísos artificiales traerá consigo el tabú moral hacia las drogas porque visibilizara su peligrosidad tanto en la salud por el consumo excesivo como en su aspecto social porque amenaza la cohesión social. Varios poetas se ven muy afectados por el consumo de drogas.
No obstante este inconveniente, la marihuana se institucionaliza en la contracultura carcelaria de la Cárcel de Belem, donde las autoridades penitenciarias la meten de contrabando para venderla ilegalmente a los presos. Y se quedara como un hábito de los soldados. Y serán éstos últimos que definitivamente la popularicen durante los años convulsos de la revolución Mexicana, como ya lo explique anteriormente aquí.
Será en el Constituyente de 1917 que uno políticos completamente desinformados y manipuladores que le quitaran el estatus de remedios caseros a las drogas para considerarlas, de un día para otro, sustancias ilegales y peligrosas. Estos políticos querían evitar la “degeneración de la raza”, olvidando la profunda raíz ancestral del consumo de plantas alucinógenas en las culturas mesoamericanas y, todavía peor, su enorme ceguera de evitar las drogas llevaron a México a un mal mayor: la corrupción de la justicia y de todas las policías. Con esto comienza la Era de la intolerancia hacia las drogas.
En los años pos-revolucionarios, son los snobs, pintores, poetas y músicos quienes consumirán marihuana. Y son estos mismos que se encargaran de hacer el nacionalismo revolucionario de los años 1920 y 1930, algo que muchos desconocen.
Es en 1936 que se da la primera epidemia de pánico moral contra las drogas y que lleva al gobierno mexicano adoptar las políticas prohibicionistas impuestas por los Estados Unidos, en 1937. No obstante la marihuana no perderá su popularidad, sino por el contrario tendrá una presencia constante en el ambiente del cabaret, en la Época de Oro del Cine Mexicano y en la literatura.
Es con la aparición de la juventud en el teatro del mundo, en los años 1950, que la marihuana se convertirá en un símbolo de protesta contra el sistema autoritario, opresor y anti-jóvenes, volviéndose la droga generacional en 1966. “Contra la pared marihuanos”, será la consigna de los policías para detener y extorsionar a los jóvenes de pelo largo, principales sujetos de la persecución social.
Y es ya en la Década perdida de los años 1980 que comenzará la lucha por el reconocimiento de los consumidores y por la despenalización de la marihuana con el Primer Manifiesto Pacheco, la defensa de la mariguana en publicaciones contraculturales. Para el año 2000 con su visibilización pública y la posterior formulación de iniciativas legislativas para conseguir su des-criminalización, la planta amiga y su cultura cannábica tiene un lugar en la sociedad mexicana.
Tosas de estas cosas han sido publicadas, desde adenenates, mucho desantenantes, aquí mismo, en esta primera plana, como no lo han hecho los periódicos dizque nacionales o fabricantes de mentiras. Solo aquí desde Ecatepec de Morelos de los más pobres, se inicio la reflexión de la planta amiga. En las páginas de Acontecer y la famosa Tinta Suelta que nutrió a todo el perreidsmo mexiquense carente de ideología política, sin ser chatoyeta, desde hace años sin ninguna censura. Esta es una historia benéfica no de narcos fragmentarizados ni de otros personajes intranscendentes.
Por eso que nadie se asombre, ni se espante y contengan sus gandallas intenciones de censurar una cultura cannábica, que nada les pide, esto es solo la historia de la planta amiga, no de narcos, no de corrupción de policías y políticos, eso es ya una historia muy petrolada. Esto es la otra historia, una historia a favor de la planta amiga, ya sin corrupción, sin tontería, pero con una constante permanencia en la cultura mexicana. Querámoslo o no.
La prohibición no es eterna
Iniciativaciudadana de despenalizacion
EL MOVIMIENTO MÁS PACÍFICO Y RESPETUOSO DE MÉXICO. “¡DESPENALIZAR LA MARIGUANA¡”
11 AÑOS DE MARCHAS-FESTs EN: LA ALAMEDA, PARQUE MÉXICO Y MONUMENTO A LA REVOLUCIÓN DF, SIN GRAFFITIS O PINTAS, SIN CERRAR EL TRANSITO VEHICULAR Y SIN OFENDER A LA POLICÍA.
Alfonso Jesús García Pérez
La Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis AC, AMECA, hace un reconocimiento a las organizaciones ciudadanas y a los colectivos culturales que construyeron, desde hace más de una década, al Frente por la Liberación de la Mariguana en México, que vienen organizando cada año, el primer sábado de cada mayo, las marchas y los festivales del DIA MUNIDAL POR LA LIBERACION DEL CANNABIS, resultando las más avanzadas expresiones del arte, sin consignas en contra del gobierno, con sólo propuestas y sólo exigiendo el debate de las ideas, sin grafitis y sin afectar al tránsito vehicular y sin conflictos entre las diferentes las tribus asistentes.
Estos eventos anuales han tenidos una asistencia promedio de 2 mil personas, salvo este mayo de 2010 donde asistieron alrededor de 4 mil, que incluso marcharon del Zócalo a la Alameda. Se han organizado 2 eventos fuera de mayo, siendo el más reciente este 5 de septiembre donde, a pesar de la lluvia, asistieron 1,500 personas. Los esperamos el próximo festival en apoyo a la INICIATIVA CIUADANA Y AL REFERENDUM POR LA MARIGUANA EN EL DF 5 DE DICIEMBRE, junto al MONUMENTO A LA REVOLUCION, df.
Saludamos a las 2 organizaciones que se suman a este frente: la Coordinadora Nacional Plan de Ayala y el movimiento de policías contra la corrupción, que encabeza el valiente oficial del estado México Ricardo López Galindo, cuyas denuncias corroboran nuestras afirmaciones de que, una causa de la inseguridad es que los altos mandos policiacos o judiciales exigen a sus trabajadores, cuotas de corrupción por chantaje a ciudadanos y que además, hacen sus redes de narcomenudeo u otras cajas chicas. Por lo menos en el estado de México hay pruebas de que en rigor no existe el narco-tráfico sino corrupción gubernamental.
Las organizaciones y colectivos del Frente por la Liberación de la Mariguana en México son:
· ASOCIACIÓN MEXICANA DE ESTUDIOS SOBRE CANNABIS.
· COLECTIVO POR UNA POLÍTICA ANTERNATIVA HACIA LAS DROGAS A.C.
· REVISTA GENERACIÓN.
· GACETA CANNABICA.
· COLECTIVO CANNABICO DE MÉXICO Y FANZINE ILEGAL.
· CENTRO CULTURAL LA PIRÁMIDE.
· MULTI FORO ALICIA.
· CONVIVE Y ESPACIO PÚBLICO A.C.
· COLECTIVO ARTE&MAS
· MÚSICA PACHECA.COM
· EL GHETTO.
· ORGANI-K.
· HEMP DE MÉXICO.
· COMUNICADORES Y PERIODISTAS ASOCIADOS DE MÉXICO, A.C.
· UNIÓN CAMPESINA DEMOCRÁTICA DEL ESTADO DE MÉXICO A.C.
INICIATIVA CIUDADANA PARA DESPENALIZAR EL CONSUMO DE LA MARIGUANA EN MÉXICO.
La ASOCIACION MEXICANA DE ESTUDIOS SOBRE CANNABIS AC y las revistas LA TINTA SUELTA del estado de México y GACETA CANNABICA, presentaron el 12 de enero de 2010 en Toluca, una iniciativa ciudadana para que el poder legislativo local proponga al Congreso de la Unión una reforma a la LEY GENERAL DE SALUD para despenalizar la mariguana, eliminando la prohibición, siendo rubricada la iniciativa por Alfonso Jesús García Pérez y Leopoldo Rivera Rivera de Naucalpan, por Juan Pablo García Vallejo de Ecatepec y por María del Carmen Aguilar Franco de Villa Luvianos.
Solo diputados, senadores, gobernadores y presidentes de la República pueden reformar y crear leyes salvo una excepción: en la cámara local de diputados del estado de México, donde permite a ciudadanos comunes presentar iniciativas de reforma.
La iniciativa pretende acabar con el trato penal y policiaco a los consumidores de mariguana y sustituir este trato con programas educativos y de salud, creando para este objeto un consejo interinstitucional de regulación, haciendo valer los derechos culturales y el respeto a los cuerpos físicos de cada quien, proponiendo que este proyecto sea dictaminado en la Comisión de Derechos Humanos. Así que, en tanto no se comprueben delitos o actos violentos de parte de un consumidor de mariguana, no se justifica el trato penal.
Más allá del cambio en la ley, centramos este proyecto en la exigencia primordial por un debate público, científico, amplio y sin censuras. Nos interesa que evolucione la cultura mexicana y que la población y el gobierno abandonen las semi-verdades y los prejuicios.
Esta iniciativa ciudadana lleva el apoyo de 6 mil firmas por internet a través de la red social FACEBOOK: MARIGUANA INICIATIVA CIUDADANA. http://apps.facebook.com/causes/443282?m= http://www.drogasmexico.org/?nota=963
POR UN DEBATE PÚBLICO, CIENTIFICO Y SIN SIMULACIÓN DEL GOBIERNO CON EL FRENTE POR LA LIBERACION DE LA MARIGUANA.
El Gobierno Federal de México organizó un foro-debate y publicó afirmaciones falsas, en contra de la despenalización de la mariguana:
REPLICA DEL FRENTE POR LA MARIGUANA.
Que el gobierno fué víctima de censura y hasta ese momento, no había podido dar su punto de vista respecto a la despenalización.
Ahora resulta que nosotros y el Congreso censuramos al gobierno, cuando su punto de vista se repite obsesivamente en todas las televisoras y las radios, en todas las escuelas y las iglesias.
Que las organizaciones civiles habían expuesto libremente su idea de despenalizar y que no tuvieron una justa réplica.
Nunca invitaron a las organizaciones de nuestro frente, a pesar de décadas de movilizar a miles de personas y de publicar decenas de revistas o libros pidiendo el debate. Ignoraron y ocultaron nuestra existencia.
Que dichas organizaciones manifestaron que existen usos médicos de la mariguana, y que así justifican su despenalización.
No hemos defendido el uso médico, sino los derechos humanos y culturales de los consumidores, para no ser arrestados si no hemos cometido algún delito o violencia alguna. El gobierno escoge con quien debatir sobre drogas y les inventan sus argumentos adhoc.
Que supuestamente, con la ciencia, el gobierno comprueba que dichas organizaciones civiles están en el error.
El gobierno no es científico. Solo una parte de los consumidores de mariguana son considerables adictos y la persecución penal o policiaca no redujo las adicciones. Ocultan que solo los ciudadanos que no pagan la mordida a los policías o a los jueces son los acusados de adictos, que llegan al tratamiento forzoso, y son su única fuente de investigación. El gobierno no tiene estudios serios que prueben los delitos o la violencia de los consumidores, ni los riesgos o daños a la sociedad.
El responsable y representante del gobierno mexicano en este debate unilateral, fue Jesús Kumate, quien no convenció, pero que solo sospechó y acusó a priori a todo aquel que proponga la despenalización.
Las prohibiciones nunca han reducido el consumo de drogas ni su liberación ha implicado incremento del consumo. El narco existe gracias a la prohibición y gracias a la corrupción gubernamental. En rigor, son los policías quienes venden la droga a los menores de edad y luego los chantajean. La realidad es exactamente al revés de lo que afirma Kumate, él es el sospechoso de defender al narcotráfico y no la mayoría de intelectuales y científicos que plantean la despenalización.
Convocamos al Presidente de México y al Congreso de la Unión a que participen y organicen una mesa bilateral de debate sobre la despenalización de la Mariguana, frente a los medios de comunicación, donde el Frente por la Liberación de la Mariguana y la Asociación de Estudios sobre Cannabis designen a 7 disertadores que defiendan la posición de la despenalización y donde el gobierno designe a oros 7 en contra, donde pedimos incluyan al Dr. Jesús Kumate y al senador que declaró que despenalizar la mariguana es una “TONTEZ”, y a los 2 únicos legisladores en el mundo que se oponen al debate: Alejandra Barrales de la ALDF y Gustavo Parra del Poder Legislativo del estado de México.
SI SE PUEDE PUBLICAR EL CARTEL O LA INVITACION RESUMIDA del FORO DEL MIERCOLES 27, aunque sea recuadro-
11 AÑOS DE MARCHAS-FESTs EN: LA ALAMEDA, PARQUE MÉXICO Y MONUMENTO A LA REVOLUCIÓN DF, SIN GRAFFITIS O PINTAS, SIN CERRAR EL TRANSITO VEHICULAR Y SIN OFENDER A LA POLICÍA.
Alfonso Jesús García Pérez
La Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis AC, AMECA, hace un reconocimiento a las organizaciones ciudadanas y a los colectivos culturales que construyeron, desde hace más de una década, al Frente por la Liberación de la Mariguana en México, que vienen organizando cada año, el primer sábado de cada mayo, las marchas y los festivales del DIA MUNIDAL POR LA LIBERACION DEL CANNABIS, resultando las más avanzadas expresiones del arte, sin consignas en contra del gobierno, con sólo propuestas y sólo exigiendo el debate de las ideas, sin grafitis y sin afectar al tránsito vehicular y sin conflictos entre las diferentes las tribus asistentes.
Estos eventos anuales han tenidos una asistencia promedio de 2 mil personas, salvo este mayo de 2010 donde asistieron alrededor de 4 mil, que incluso marcharon del Zócalo a la Alameda. Se han organizado 2 eventos fuera de mayo, siendo el más reciente este 5 de septiembre donde, a pesar de la lluvia, asistieron 1,500 personas. Los esperamos el próximo festival en apoyo a la INICIATIVA CIUADANA Y AL REFERENDUM POR LA MARIGUANA EN EL DF 5 DE DICIEMBRE, junto al MONUMENTO A LA REVOLUCION, df.
Saludamos a las 2 organizaciones que se suman a este frente: la Coordinadora Nacional Plan de Ayala y el movimiento de policías contra la corrupción, que encabeza el valiente oficial del estado México Ricardo López Galindo, cuyas denuncias corroboran nuestras afirmaciones de que, una causa de la inseguridad es que los altos mandos policiacos o judiciales exigen a sus trabajadores, cuotas de corrupción por chantaje a ciudadanos y que además, hacen sus redes de narcomenudeo u otras cajas chicas. Por lo menos en el estado de México hay pruebas de que en rigor no existe el narco-tráfico sino corrupción gubernamental.
Las organizaciones y colectivos del Frente por la Liberación de la Mariguana en México son:
· ASOCIACIÓN MEXICANA DE ESTUDIOS SOBRE CANNABIS.
· COLECTIVO POR UNA POLÍTICA ANTERNATIVA HACIA LAS DROGAS A.C.
· REVISTA GENERACIÓN.
· GACETA CANNABICA.
· COLECTIVO CANNABICO DE MÉXICO Y FANZINE ILEGAL.
· CENTRO CULTURAL LA PIRÁMIDE.
· MULTI FORO ALICIA.
· CONVIVE Y ESPACIO PÚBLICO A.C.
· COLECTIVO ARTE&MAS
· MÚSICA PACHECA.COM
· EL GHETTO.
· ORGANI-K.
· HEMP DE MÉXICO.
· COMUNICADORES Y PERIODISTAS ASOCIADOS DE MÉXICO, A.C.
· UNIÓN CAMPESINA DEMOCRÁTICA DEL ESTADO DE MÉXICO A.C.
INICIATIVA CIUDADANA PARA DESPENALIZAR EL CONSUMO DE LA MARIGUANA EN MÉXICO.
La ASOCIACION MEXICANA DE ESTUDIOS SOBRE CANNABIS AC y las revistas LA TINTA SUELTA del estado de México y GACETA CANNABICA, presentaron el 12 de enero de 2010 en Toluca, una iniciativa ciudadana para que el poder legislativo local proponga al Congreso de la Unión una reforma a la LEY GENERAL DE SALUD para despenalizar la mariguana, eliminando la prohibición, siendo rubricada la iniciativa por Alfonso Jesús García Pérez y Leopoldo Rivera Rivera de Naucalpan, por Juan Pablo García Vallejo de Ecatepec y por María del Carmen Aguilar Franco de Villa Luvianos.
Solo diputados, senadores, gobernadores y presidentes de la República pueden reformar y crear leyes salvo una excepción: en la cámara local de diputados del estado de México, donde permite a ciudadanos comunes presentar iniciativas de reforma.
La iniciativa pretende acabar con el trato penal y policiaco a los consumidores de mariguana y sustituir este trato con programas educativos y de salud, creando para este objeto un consejo interinstitucional de regulación, haciendo valer los derechos culturales y el respeto a los cuerpos físicos de cada quien, proponiendo que este proyecto sea dictaminado en la Comisión de Derechos Humanos. Así que, en tanto no se comprueben delitos o actos violentos de parte de un consumidor de mariguana, no se justifica el trato penal.
Más allá del cambio en la ley, centramos este proyecto en la exigencia primordial por un debate público, científico, amplio y sin censuras. Nos interesa que evolucione la cultura mexicana y que la población y el gobierno abandonen las semi-verdades y los prejuicios.
Esta iniciativa ciudadana lleva el apoyo de 6 mil firmas por internet a través de la red social FACEBOOK: MARIGUANA INICIATIVA CIUDADANA. http://apps.facebook.com/causes/443282?m= http://www.drogasmexico.org/?nota=963
POR UN DEBATE PÚBLICO, CIENTIFICO Y SIN SIMULACIÓN DEL GOBIERNO CON EL FRENTE POR LA LIBERACION DE LA MARIGUANA.
El Gobierno Federal de México organizó un foro-debate y publicó afirmaciones falsas, en contra de la despenalización de la mariguana:
REPLICA DEL FRENTE POR LA MARIGUANA.
Que el gobierno fué víctima de censura y hasta ese momento, no había podido dar su punto de vista respecto a la despenalización.
Ahora resulta que nosotros y el Congreso censuramos al gobierno, cuando su punto de vista se repite obsesivamente en todas las televisoras y las radios, en todas las escuelas y las iglesias.
Que las organizaciones civiles habían expuesto libremente su idea de despenalizar y que no tuvieron una justa réplica.
Nunca invitaron a las organizaciones de nuestro frente, a pesar de décadas de movilizar a miles de personas y de publicar decenas de revistas o libros pidiendo el debate. Ignoraron y ocultaron nuestra existencia.
Que dichas organizaciones manifestaron que existen usos médicos de la mariguana, y que así justifican su despenalización.
No hemos defendido el uso médico, sino los derechos humanos y culturales de los consumidores, para no ser arrestados si no hemos cometido algún delito o violencia alguna. El gobierno escoge con quien debatir sobre drogas y les inventan sus argumentos adhoc.
Que supuestamente, con la ciencia, el gobierno comprueba que dichas organizaciones civiles están en el error.
El gobierno no es científico. Solo una parte de los consumidores de mariguana son considerables adictos y la persecución penal o policiaca no redujo las adicciones. Ocultan que solo los ciudadanos que no pagan la mordida a los policías o a los jueces son los acusados de adictos, que llegan al tratamiento forzoso, y son su única fuente de investigación. El gobierno no tiene estudios serios que prueben los delitos o la violencia de los consumidores, ni los riesgos o daños a la sociedad.
El responsable y representante del gobierno mexicano en este debate unilateral, fue Jesús Kumate, quien no convenció, pero que solo sospechó y acusó a priori a todo aquel que proponga la despenalización.
Las prohibiciones nunca han reducido el consumo de drogas ni su liberación ha implicado incremento del consumo. El narco existe gracias a la prohibición y gracias a la corrupción gubernamental. En rigor, son los policías quienes venden la droga a los menores de edad y luego los chantajean. La realidad es exactamente al revés de lo que afirma Kumate, él es el sospechoso de defender al narcotráfico y no la mayoría de intelectuales y científicos que plantean la despenalización.
Convocamos al Presidente de México y al Congreso de la Unión a que participen y organicen una mesa bilateral de debate sobre la despenalización de la Mariguana, frente a los medios de comunicación, donde el Frente por la Liberación de la Mariguana y la Asociación de Estudios sobre Cannabis designen a 7 disertadores que defiendan la posición de la despenalización y donde el gobierno designe a oros 7 en contra, donde pedimos incluyan al Dr. Jesús Kumate y al senador que declaró que despenalizar la mariguana es una “TONTEZ”, y a los 2 únicos legisladores en el mundo que se oponen al debate: Alejandra Barrales de la ALDF y Gustavo Parra del Poder Legislativo del estado de México.
SI SE PUEDE PUBLICAR EL CARTEL O LA INVITACION RESUMIDA del FORO DEL MIERCOLES 27, aunque sea recuadro-
miércoles, 22 de septiembre de 2010
celebridades de la literatura consumidoras de marihuana
Juasn Pablo garcía Vallejo
22 de septiembre de 2010. Un año después de la muerte del premio Nobel de Literatura Octavio Paz, su díscipulo Aurelio Asiain, en un artículo titulado Octavio Paz, Jaime Sabines, tabaco y otras yerbas, fechado el día 20 de marzo de 1999, afirma que "que el poeta una vez le confirmo que en su juventud había fumado marihuana. Que los jóvenes de Himno entre ruinas, eran él y sus amigos."
donde espumoso el mar siciliano…
Góngora
Coronado de sí el día extiende sus plumas.
¡Alto grito amarillo,
caliente surtidor en el centro de un cielo
imparcial y benéfico!
Las apariencias son hermosas en esta verdad momentánea.
El mar trepa la costa,
se afianza entre las peñas, araña deslumbrante;
la herida cárdena del monte resplandece;
un puñado de cabras en un rebaño de piedras;
el sol pone su huevo de oro y se derrama sobre el mar.
Todo es dios.
¡Estatua rota,
columnas comidas por la luz
ruinas vivas en un mundo de muertos en vida!
Cae la noche sobre Teotihuacan.
En lo alto de la pirámide los muchachos fuman marihuana,
suenan guitarras roncas.
¿Qué yerba, qué agua de vida ha de darnos la vida,
dónde desenterrar la palabra,
la proporción que rige al himno y al discurso,
el baile, a la ciudad y a la balanza?
El canto mexicano estalla en un carajo,
estrella de colores que se apaga,
piedra que nos cierra las puertas del contacto.
Sabe la tierra a tierra envejecida.
Los ojos ven, las manos tocan.
Bastan aquí unas cuantas cosas:
tuna, espinoso planeta coral,
higos encapuchados,
uvas con gusto a resurrección,
almejas, virginidades ariscas,
sal, queso, vino, pan solar.
Desde lo alto de su morena una isleña me mira,
esbelta catedral vestida de luz.
Torres de sal, contra los pinos verdes de la orilla
surgen las velas blancas de las barcas.
La luz crea templos en el mar.
Nueva York, Londres, Moscú.
La sombra cubre al llano con su yedra fantasma,
con su vacilante vegetación de escalofrío,
su vello ralo, su tropel de ratas.
A trechos tirita un sol anémico.
Acodado en montes que ayer fueron ciudades, Polifemo bosteza.
Abajo, entre los hoyos, se arrastra un rebaño de hombres.
(Bípedos domésticos, su carne
-a pesar de recientes interdicciones religiosas-
es muy gustada por las clases ricas.
Hasta hace poco el vulgo los consideraba animales impuros.)
Ver, tocar formas hermosas, diarias.
Zumba la luz, dardos y alas.
Huele a sangre la mancha de vino en el mantel.
Como el coral sus ramas en el agua
extiendo mis sentidos en la hora viva:
el instante se cumple en una concordancia amarilla,
¡oh mediodía, espiga henchida de minutos,
copa de eternidad!
Mis pensamientos se bifurcan, serpean, se enredan
recomienzan,
y al fin se inmovilizan, ríos que no desembocan,
delta de sangre bajo un sol sin crepúsculo.
¿Y todo ha de parar en este chapoteo de aguas muertas?
¡Día, redondo día,
luminosa naranja de veinticuatro gajos,
todos atravesados por una misma y amarilla dulzura!
La inteligencia al fin encarna,
se reconcilian las dos mitades enemigas
y la conciencia-espejo se licúa,
vuelve a ser fuente, manantial de fábulas:
Hombre, árbol de imágenes,
palabras que son flores que son frutos que son actos.
Nápoles, 1948
Esta experiencia sirve y basta para comprobar que el consumo de marihuana no es una enfermedad mortal ni incurable, como creen los prohibicionistas, moralistas y medicos de escaso conocimiento cultural.
Y que gracias a los escritores, desde los poetas románticos la marihuana comenzo a tener celebridades consumidoras, no ya los cientos de anónimos y desgraciados leperos, los miles de indigenas que eran soldados y ladrones. Sino hombres nutridos en las letras, las artes y demás actividades creadoras.
Con el poeta Manuel M. Flores, que Monsivaís dice que fumaba mota y que su biográfo autorizado Marco Antonio Campos dice que no es cierto, quizás para no evidenciar sus deficiencias cognitivas sobre su biografiado o por doble moral o fobia a la marihuana lo niega, es que comienza una larga lista de celebridades literarias consumidoras.
Es decir, que todas las generaciones de literatos y creadores mexicanos del siglo XX le han entrado a la marihuana...
Entre ellas se encuentra José Juan Tablada y su poema El hombre de la Hierbabuena, que fue plasmado por Diego Rivera en un mural del Palacio Nacional con ojeras moradas y ojos rojas por su hábito marihuanaero.
Una actitud contradictoria del Sapo-Rana porque también él se queria aprovechar de su consumo creyéndolo de orígenes mesoamericanos y como única herencia de México al mundo, cuando en 1923, quizo legalizar su distribución e imponer oficialmente fumar mota entre sus cuates los muralistas.
Pero la carrera trepadora de Rivera, no hay otra forma de decirlo porque llego luego de una estancia en París becado por Obregón y terminada la Revolución, lo llevo a dejar un lado la mota y pontificar sobre lo que si es o no es mexicano.
También a los poetas contemporáneos, el grupo sin grupo o también conocidos como los descastados, por no afiliarse a la moda del nacionalismo estatal, le entrar con ahinco a la mota y otras drogas duras gracias a que algunos de ellos eran médicos. Salvador Novo relata el pazón que se dio en La estatua de sal, Elías Nandino en su biografia hace menciona sus aventuras psicotrópicas.
¿Cómo es posible que los contructores de la identidad nacional (Rivera y amigos) y de las instituciones culturales más importantes de México en el siglo XX ( Contemporáneos) con la música sinfónica, el teatro, la crítica literarua y cinematográfica, la traducción de poesía sean también aficcionados a Doña Juanita?
Gracias la doble moral capitalista, que dice: sobríos de día, borrachos de noche.
Por eso no es extraño que Paz de joven también haya fumado marihuana y que por ello se le permitiera escribir el prólogo del libro de Carlos Castaneda Las enseñanzas de Don Juan. en 1967. Nadie racional podria entender ese texto por más abstinencia, racionalidad y ciencia que le pusiera a su explicación.
Tambien los del Taller de la Gráfica Popular tenian su sección cannábica y no era para menos, siguiendo la gran tradicion estetica y cannabica de su maestro Posada.
Para inicios de los 60, en la Epoca de Oro del periodismo cultural, muchos escriotres fumaban marihuana, a escondidas, les daba temor que se supiera su aficción. Y el mismisimo Monsivás estaba viajando en el eclipse de 1970, de otra forma no hubiera podido entender nada de las movimientos sociales, politicos y economicos de la Década Prodigiosa. Aunque despues ya no le hizo, proque fue llamado Mr. Memory y como sabemos la mota disminuye la memoria reciente.
A quien si no le dio pena decir que fumaban marihuana fue a los reprsentantes de la efímer, fugaz y comercial literatura de la Onda, José Agustín, Parménides García y Gustavo Sainz.
También los miembros jovenes de la Camada maldita, Alejandro Ariceaga, Huberto Musaccio, Jose Luis Martinez, aparte de los viejos.
Y a los que no les dio tampoco miedo manifestar su gusto por la marihuana fue a los poetas irreverentes del establishment literario, los infrarrealista Mario Santiago Papasquiaru, Roberto Bolaño, Cuahtémoc Mendez, etc.
Y ahora, tambien los de la Generacion del Crack, la generacion de enterradores de Carlos Fuentes, casi todos han consumido cannabis y esto no les ha impedido escribir sus novelas, ganar sus becas, dar clases en México y en EU, hacer peliculas ni nada, hasta dirigir la politica cultural en estos gobiernos de derecha que solo hacen mal las cosas no por ignorancia sino por que no saben nada.
22 de septiembre de 2010. Un año después de la muerte del premio Nobel de Literatura Octavio Paz, su díscipulo Aurelio Asiain, en un artículo titulado Octavio Paz, Jaime Sabines, tabaco y otras yerbas, fechado el día 20 de marzo de 1999, afirma que "que el poeta una vez le confirmo que en su juventud había fumado marihuana. Que los jóvenes de Himno entre ruinas, eran él y sus amigos."
donde espumoso el mar siciliano…
Góngora
Coronado de sí el día extiende sus plumas.
¡Alto grito amarillo,
caliente surtidor en el centro de un cielo
imparcial y benéfico!
Las apariencias son hermosas en esta verdad momentánea.
El mar trepa la costa,
se afianza entre las peñas, araña deslumbrante;
la herida cárdena del monte resplandece;
un puñado de cabras en un rebaño de piedras;
el sol pone su huevo de oro y se derrama sobre el mar.
Todo es dios.
¡Estatua rota,
columnas comidas por la luz
ruinas vivas en un mundo de muertos en vida!
Cae la noche sobre Teotihuacan.
En lo alto de la pirámide los muchachos fuman marihuana,
suenan guitarras roncas.
¿Qué yerba, qué agua de vida ha de darnos la vida,
dónde desenterrar la palabra,
la proporción que rige al himno y al discurso,
el baile, a la ciudad y a la balanza?
El canto mexicano estalla en un carajo,
estrella de colores que se apaga,
piedra que nos cierra las puertas del contacto.
Sabe la tierra a tierra envejecida.
Los ojos ven, las manos tocan.
Bastan aquí unas cuantas cosas:
tuna, espinoso planeta coral,
higos encapuchados,
uvas con gusto a resurrección,
almejas, virginidades ariscas,
sal, queso, vino, pan solar.
Desde lo alto de su morena una isleña me mira,
esbelta catedral vestida de luz.
Torres de sal, contra los pinos verdes de la orilla
surgen las velas blancas de las barcas.
La luz crea templos en el mar.
Nueva York, Londres, Moscú.
La sombra cubre al llano con su yedra fantasma,
con su vacilante vegetación de escalofrío,
su vello ralo, su tropel de ratas.
A trechos tirita un sol anémico.
Acodado en montes que ayer fueron ciudades, Polifemo bosteza.
Abajo, entre los hoyos, se arrastra un rebaño de hombres.
(Bípedos domésticos, su carne
-a pesar de recientes interdicciones religiosas-
es muy gustada por las clases ricas.
Hasta hace poco el vulgo los consideraba animales impuros.)
Ver, tocar formas hermosas, diarias.
Zumba la luz, dardos y alas.
Huele a sangre la mancha de vino en el mantel.
Como el coral sus ramas en el agua
extiendo mis sentidos en la hora viva:
el instante se cumple en una concordancia amarilla,
¡oh mediodía, espiga henchida de minutos,
copa de eternidad!
Mis pensamientos se bifurcan, serpean, se enredan
recomienzan,
y al fin se inmovilizan, ríos que no desembocan,
delta de sangre bajo un sol sin crepúsculo.
¿Y todo ha de parar en este chapoteo de aguas muertas?
¡Día, redondo día,
luminosa naranja de veinticuatro gajos,
todos atravesados por una misma y amarilla dulzura!
La inteligencia al fin encarna,
se reconcilian las dos mitades enemigas
y la conciencia-espejo se licúa,
vuelve a ser fuente, manantial de fábulas:
Hombre, árbol de imágenes,
palabras que son flores que son frutos que son actos.
Nápoles, 1948
Esta experiencia sirve y basta para comprobar que el consumo de marihuana no es una enfermedad mortal ni incurable, como creen los prohibicionistas, moralistas y medicos de escaso conocimiento cultural.
Y que gracias a los escritores, desde los poetas románticos la marihuana comenzo a tener celebridades consumidoras, no ya los cientos de anónimos y desgraciados leperos, los miles de indigenas que eran soldados y ladrones. Sino hombres nutridos en las letras, las artes y demás actividades creadoras.
Con el poeta Manuel M. Flores, que Monsivaís dice que fumaba mota y que su biográfo autorizado Marco Antonio Campos dice que no es cierto, quizás para no evidenciar sus deficiencias cognitivas sobre su biografiado o por doble moral o fobia a la marihuana lo niega, es que comienza una larga lista de celebridades literarias consumidoras.
Es decir, que todas las generaciones de literatos y creadores mexicanos del siglo XX le han entrado a la marihuana...
Entre ellas se encuentra José Juan Tablada y su poema El hombre de la Hierbabuena, que fue plasmado por Diego Rivera en un mural del Palacio Nacional con ojeras moradas y ojos rojas por su hábito marihuanaero.
Una actitud contradictoria del Sapo-Rana porque también él se queria aprovechar de su consumo creyéndolo de orígenes mesoamericanos y como única herencia de México al mundo, cuando en 1923, quizo legalizar su distribución e imponer oficialmente fumar mota entre sus cuates los muralistas.
Pero la carrera trepadora de Rivera, no hay otra forma de decirlo porque llego luego de una estancia en París becado por Obregón y terminada la Revolución, lo llevo a dejar un lado la mota y pontificar sobre lo que si es o no es mexicano.
También a los poetas contemporáneos, el grupo sin grupo o también conocidos como los descastados, por no afiliarse a la moda del nacionalismo estatal, le entrar con ahinco a la mota y otras drogas duras gracias a que algunos de ellos eran médicos. Salvador Novo relata el pazón que se dio en La estatua de sal, Elías Nandino en su biografia hace menciona sus aventuras psicotrópicas.
¿Cómo es posible que los contructores de la identidad nacional (Rivera y amigos) y de las instituciones culturales más importantes de México en el siglo XX ( Contemporáneos) con la música sinfónica, el teatro, la crítica literarua y cinematográfica, la traducción de poesía sean también aficcionados a Doña Juanita?
Gracias la doble moral capitalista, que dice: sobríos de día, borrachos de noche.
Por eso no es extraño que Paz de joven también haya fumado marihuana y que por ello se le permitiera escribir el prólogo del libro de Carlos Castaneda Las enseñanzas de Don Juan. en 1967. Nadie racional podria entender ese texto por más abstinencia, racionalidad y ciencia que le pusiera a su explicación.
Tambien los del Taller de la Gráfica Popular tenian su sección cannábica y no era para menos, siguiendo la gran tradicion estetica y cannabica de su maestro Posada.
Para inicios de los 60, en la Epoca de Oro del periodismo cultural, muchos escriotres fumaban marihuana, a escondidas, les daba temor que se supiera su aficción. Y el mismisimo Monsivás estaba viajando en el eclipse de 1970, de otra forma no hubiera podido entender nada de las movimientos sociales, politicos y economicos de la Década Prodigiosa. Aunque despues ya no le hizo, proque fue llamado Mr. Memory y como sabemos la mota disminuye la memoria reciente.
A quien si no le dio pena decir que fumaban marihuana fue a los reprsentantes de la efímer, fugaz y comercial literatura de la Onda, José Agustín, Parménides García y Gustavo Sainz.
También los miembros jovenes de la Camada maldita, Alejandro Ariceaga, Huberto Musaccio, Jose Luis Martinez, aparte de los viejos.
Y a los que no les dio tampoco miedo manifestar su gusto por la marihuana fue a los poetas irreverentes del establishment literario, los infrarrealista Mario Santiago Papasquiaru, Roberto Bolaño, Cuahtémoc Mendez, etc.
Y ahora, tambien los de la Generacion del Crack, la generacion de enterradores de Carlos Fuentes, casi todos han consumido cannabis y esto no les ha impedido escribir sus novelas, ganar sus becas, dar clases en México y en EU, hacer peliculas ni nada, hasta dirigir la politica cultural en estos gobiernos de derecha que solo hacen mal las cosas no por ignorancia sino por que no saben nada.
martes, 21 de septiembre de 2010
El origen de La cucaracha, la amrihuana en la Revolución mexicana
Juan Pablo García Vallejo
Ciudda de Méxuco a 11 de septiembre de 2010.-
En 1910, El consumo de marihuana aparece en las hojas volantes que tratan temas de nota roja sucedidas en la cárcel de Belem, como lo constatan las historiadoras Pilar Gonzalvo Aizpuru y Verónica Zárate, en su libro Gozo y sufrimientos en la historia de México, al comentar un homicidio sucedido en ese sitio:
“Y en los relatos sobre riñas registradas en el interior de la cárcel. Por ejemplo, la hoja que narra el pleito de Eligio Rodríguez Hernández y Albino Linares Escudero. El primero había fumado marihuana y “se encontraba loco de remate”. Según el redactor: “En ese estado de terrible excitación nerviosa, recordó las injurias que días antes le había dirigido Linares Escudero en ocasión de una disputa y resolvió tomar cumplida venganza. Entonces se arrojó sobre él y, sin advertirlo, lo mató con su puñal.”
Es necesario destacar que el ilustrador de estas hojas volantes era el grabador José Guadalupe Posada, que según las investigaciones más recientes de Agustín González sobre la vida de este popular artista era un frecuente consumidor de marihuana. Algo que no tenía mucha importancia, era muy común eta práctica psicoactiva.
Pero las cosas van a cambiar en cuanto al consumo de marihuana en la ciudad de México, con la caída del dictador Porfirio Díaz y los años convulsos de la revolución mexicana.
Pues durante los años que duro el movimiento armado revolucionario se tolerara el consumo entre los soldados federales, luego vueltos anti-reeleccionistas o de cualquier otra facción rebelde, de acuerdo a la opinión del historiador Ricardo Pérez Monfort.
Es importante destacar las aportaciones que hace el doctor Jorge Segura Millán en su excelente libro Marihuana cuando afirma que en la época revolucionaria la popularización del consumo de marihuana fue realizada por el ejército federal, “él fue el encargado de hacer la difusión de su empleo.”
En 1913, se populariza con el corrido La cucaracha, que nos identifica en el mundo entero desde entonces, pero su origen poco conocido es explicado por Segura Millán. Porque se tienen varios mitos populares de su origen, por una parte mucha gente piensa que La cucaracha era el apodo o sobrenombre de un soldado raso que fumaba marihuana, algo común y corriente y tolerado por los autoridades militares como ya vimos.
Pero el doctor Millán, opina sin temor a equivocarse, que se refiere al combustible utilizado en los ferrocarriles, porque los ferrocarrileros así llamaban a las máquinas de vapor, así la estrofa principal de La cucaracha sería de la siguiente manera: “La cucaracha, la cucaracha, / ya no quiere caminar, porque no tiene, / porque le falta leña que quemar.” El último verso fue cambiado por “Marihuana que fumar”, como aclara Antonio García Medina.
Actualmente, en el último de los casos si se piensa que el corrido revolucionario universal se refiere al insecto depredador que conocemos, los entomólogos dicen que la cucaracha no necesita marihuana para caminar porque es muy holgazana. Existen varias versiones de este corrido, cada facción armada la acomodaba a su conveniencia.
Pero se identificara más con el ejército villista, como dice Steven Wishnia:
“En México, después de la revolución de 1910, “La Cucaracha” era el himno del ejército de campesinos de Pancho Villa: “La Cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, marihuana que fuma.”
La cucaracha
La cucaracha, la cucaracha
Ya no puede caminar
Porque no tiene, porque le falta
Marihuana pa´ fumar.
Ya murió la cucaracha;
Ya la llevan a enterrar
Entre cuatro zopilotes,
Y un ratón de sacristán.
En el norte vive Villa
En el sur vive Zapata
Lo que quiero yo es venganza
Por la muerte de Madero
De las patillas de un moro
tengo que hacer una escoba,
para barrer el cuartel de
la infantería española.
Presentamos otra versión más completa de este famoso corrido
LA CUCARACHA
La cucaracha, la cucaracha
Ya no quiere caminar; porque le falta
porque le falta
marihuana que fumar.
Con las barbas de Forey
Voy a hacer un vaquerillo,
Pa’ ponérselo al caballo
Del valiente don Porfirio.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Para sarapes, Saltillo;
Chihuahua, para soldados;
Para mujeres, Jalisco;
Para amar, toditos lados.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Un panadero fue a misa,
no encontrando que rezar,
le pidió a la Virgen pura
marihuana que fumar.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Un zapatero fue misa,
No encontrando que rezar,
andaba por todas partes
Zapatos que remendar.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Con las barbas de Carranza
Voy hacer una toquilla,
pa’ ponérsela al sombrero
de su padre Pancho Villa.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Una cosa me da risa;
Pancho Villa sin camisa.
Ya se van los carrancistas;
porque vienen los villistas.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Necesito un automóvil
para hacer la caminata
al lugar donde mandó
a la Convención Zapata.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Ya murió la cucaracha,
ya la llevan a enterrar,
entre cuatro zopilotes
y un ratón de sacristán.
Julián Calleja,
Los mejores corridos mexicanos con acompañamiento para guitarra,
El libro español, México, 1972.
1913: Un año muy turbulento pues sucede la derrota del primer gobierno democrático en México con el asesinato del presidente Madero y Pino Suarez por el golpe de Estado del general Victoriano Huerta, que instala la efímera y trágica dictadura militar, que se sintetiza en una frase bastante fuerte del historiador de la Revolución mexicana el historiador José T. Meléndez: “Fue una orgía de sangre, alcohol y marihuana”.
Son muchos los testimonios de la afición a la marihuana del usurpador Huerta, pero el siguiente nos deja bastante claro que sus acciones autoritarias y de abuso de poder, del agandalle como forma de gobierno, aparentemente tenían que ver con el consumo de la marihuana pero más directamente con el virus del poder.
“A principios de noviembre, se fue Mr. Lind (embajador de los Estados Unidos), con la impresión pésima del Gobierno de Huerta y de su persona, pues ya sin freno alguno cometía todo género de atentados; vivía constantemente ebrio y fumaba marihuana con frecuencia; no salía del Café Colón y del Globo, que era un sitio elegante, adonde concurrían familias, pero desde que huerta sentó sus reales, lo abandonaron. Muchas veces, en estos lugares, despachaba los asuntos de Gobierno, y sus Ministros tenían que ir a acordar con él. Algunas veces tenía la humorada de ir a los mercados, en las poblaciones foráneas, y públicamente se ponía a comer tacos de las diferentes fritangas que se expenden en esos sitios; y en estos casos, públicamente tomaba jarros de pulque; en fin, la dignidad la arrojaba por los suelos. Cuando fumaba, se volvía completamente loco, y hubo veces que mandó fusilar a sus amigos que lo acompañaban en sus francachelas, y después que preguntaba por ellos, se le había olvidado el crimen que había cometido en el apogeo de su orgías; como ya conocían estas genialidades los Jefes militares a quienes ordenaba estas ejecuciones, no le obedecían, pero la presumible víctima se escondía y no se presentaba, sino hasta que huerta, preguntaba por él.”
No solamente él fumaba marihuana, también lo hacían algunos de sus colaboradores como el Gobernador del Distrito, Enrique Zepeda que lo imitaba con sus desplantes violentos. El desprestigio de Huerta es enorme debido a las innumerables víctimas de su Gobierno y le construyen inevitablemente una mala fama que sin embargo logra inspirar varios corridos revolucionarios.
¡Pobre Huerta! el agua surca
y aunque el mar va tranquila
le hace efecto de una turca
de una turca de tequila
Un calor como de fragua
le sofoca diariamente
y se pone a tomar agua
pero aquella es de agua ardiente.
Sólo puede en la mañana
darse un pobre gusto que es
el fumar su marihuana
y ponerse a dar las tres.
--- La Banda del automóvil gris, es un grupo de militares que se aprovechaba de su cargo para asaltar algunas residencias en la ciudad de México. Se refugiaban en la calle de Liverpool, en la cosmopolita Colonia Juárez.
Ciudda de Méxuco a 11 de septiembre de 2010.-
En 1910, El consumo de marihuana aparece en las hojas volantes que tratan temas de nota roja sucedidas en la cárcel de Belem, como lo constatan las historiadoras Pilar Gonzalvo Aizpuru y Verónica Zárate, en su libro Gozo y sufrimientos en la historia de México, al comentar un homicidio sucedido en ese sitio:
“Y en los relatos sobre riñas registradas en el interior de la cárcel. Por ejemplo, la hoja que narra el pleito de Eligio Rodríguez Hernández y Albino Linares Escudero. El primero había fumado marihuana y “se encontraba loco de remate”. Según el redactor: “En ese estado de terrible excitación nerviosa, recordó las injurias que días antes le había dirigido Linares Escudero en ocasión de una disputa y resolvió tomar cumplida venganza. Entonces se arrojó sobre él y, sin advertirlo, lo mató con su puñal.”
Es necesario destacar que el ilustrador de estas hojas volantes era el grabador José Guadalupe Posada, que según las investigaciones más recientes de Agustín González sobre la vida de este popular artista era un frecuente consumidor de marihuana. Algo que no tenía mucha importancia, era muy común eta práctica psicoactiva.
Pero las cosas van a cambiar en cuanto al consumo de marihuana en la ciudad de México, con la caída del dictador Porfirio Díaz y los años convulsos de la revolución mexicana.
Pues durante los años que duro el movimiento armado revolucionario se tolerara el consumo entre los soldados federales, luego vueltos anti-reeleccionistas o de cualquier otra facción rebelde, de acuerdo a la opinión del historiador Ricardo Pérez Monfort.
Es importante destacar las aportaciones que hace el doctor Jorge Segura Millán en su excelente libro Marihuana cuando afirma que en la época revolucionaria la popularización del consumo de marihuana fue realizada por el ejército federal, “él fue el encargado de hacer la difusión de su empleo.”
En 1913, se populariza con el corrido La cucaracha, que nos identifica en el mundo entero desde entonces, pero su origen poco conocido es explicado por Segura Millán. Porque se tienen varios mitos populares de su origen, por una parte mucha gente piensa que La cucaracha era el apodo o sobrenombre de un soldado raso que fumaba marihuana, algo común y corriente y tolerado por los autoridades militares como ya vimos.
Pero el doctor Millán, opina sin temor a equivocarse, que se refiere al combustible utilizado en los ferrocarriles, porque los ferrocarrileros así llamaban a las máquinas de vapor, así la estrofa principal de La cucaracha sería de la siguiente manera: “La cucaracha, la cucaracha, / ya no quiere caminar, porque no tiene, / porque le falta leña que quemar.” El último verso fue cambiado por “Marihuana que fumar”, como aclara Antonio García Medina.
Actualmente, en el último de los casos si se piensa que el corrido revolucionario universal se refiere al insecto depredador que conocemos, los entomólogos dicen que la cucaracha no necesita marihuana para caminar porque es muy holgazana. Existen varias versiones de este corrido, cada facción armada la acomodaba a su conveniencia.
Pero se identificara más con el ejército villista, como dice Steven Wishnia:
“En México, después de la revolución de 1910, “La Cucaracha” era el himno del ejército de campesinos de Pancho Villa: “La Cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, marihuana que fuma.”
La cucaracha
La cucaracha, la cucaracha
Ya no puede caminar
Porque no tiene, porque le falta
Marihuana pa´ fumar.
Ya murió la cucaracha;
Ya la llevan a enterrar
Entre cuatro zopilotes,
Y un ratón de sacristán.
En el norte vive Villa
En el sur vive Zapata
Lo que quiero yo es venganza
Por la muerte de Madero
De las patillas de un moro
tengo que hacer una escoba,
para barrer el cuartel de
la infantería española.
Presentamos otra versión más completa de este famoso corrido
LA CUCARACHA
La cucaracha, la cucaracha
Ya no quiere caminar; porque le falta
porque le falta
marihuana que fumar.
Con las barbas de Forey
Voy a hacer un vaquerillo,
Pa’ ponérselo al caballo
Del valiente don Porfirio.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Para sarapes, Saltillo;
Chihuahua, para soldados;
Para mujeres, Jalisco;
Para amar, toditos lados.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Un panadero fue a misa,
no encontrando que rezar,
le pidió a la Virgen pura
marihuana que fumar.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Un zapatero fue misa,
No encontrando que rezar,
andaba por todas partes
Zapatos que remendar.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Con las barbas de Carranza
Voy hacer una toquilla,
pa’ ponérsela al sombrero
de su padre Pancho Villa.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Una cosa me da risa;
Pancho Villa sin camisa.
Ya se van los carrancistas;
porque vienen los villistas.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Necesito un automóvil
para hacer la caminata
al lugar donde mandó
a la Convención Zapata.
La cucaracha, la cucaracha, etc.
Ya murió la cucaracha,
ya la llevan a enterrar,
entre cuatro zopilotes
y un ratón de sacristán.
Julián Calleja,
Los mejores corridos mexicanos con acompañamiento para guitarra,
El libro español, México, 1972.
1913: Un año muy turbulento pues sucede la derrota del primer gobierno democrático en México con el asesinato del presidente Madero y Pino Suarez por el golpe de Estado del general Victoriano Huerta, que instala la efímera y trágica dictadura militar, que se sintetiza en una frase bastante fuerte del historiador de la Revolución mexicana el historiador José T. Meléndez: “Fue una orgía de sangre, alcohol y marihuana”.
Son muchos los testimonios de la afición a la marihuana del usurpador Huerta, pero el siguiente nos deja bastante claro que sus acciones autoritarias y de abuso de poder, del agandalle como forma de gobierno, aparentemente tenían que ver con el consumo de la marihuana pero más directamente con el virus del poder.
“A principios de noviembre, se fue Mr. Lind (embajador de los Estados Unidos), con la impresión pésima del Gobierno de Huerta y de su persona, pues ya sin freno alguno cometía todo género de atentados; vivía constantemente ebrio y fumaba marihuana con frecuencia; no salía del Café Colón y del Globo, que era un sitio elegante, adonde concurrían familias, pero desde que huerta sentó sus reales, lo abandonaron. Muchas veces, en estos lugares, despachaba los asuntos de Gobierno, y sus Ministros tenían que ir a acordar con él. Algunas veces tenía la humorada de ir a los mercados, en las poblaciones foráneas, y públicamente se ponía a comer tacos de las diferentes fritangas que se expenden en esos sitios; y en estos casos, públicamente tomaba jarros de pulque; en fin, la dignidad la arrojaba por los suelos. Cuando fumaba, se volvía completamente loco, y hubo veces que mandó fusilar a sus amigos que lo acompañaban en sus francachelas, y después que preguntaba por ellos, se le había olvidado el crimen que había cometido en el apogeo de su orgías; como ya conocían estas genialidades los Jefes militares a quienes ordenaba estas ejecuciones, no le obedecían, pero la presumible víctima se escondía y no se presentaba, sino hasta que huerta, preguntaba por él.”
No solamente él fumaba marihuana, también lo hacían algunos de sus colaboradores como el Gobernador del Distrito, Enrique Zepeda que lo imitaba con sus desplantes violentos. El desprestigio de Huerta es enorme debido a las innumerables víctimas de su Gobierno y le construyen inevitablemente una mala fama que sin embargo logra inspirar varios corridos revolucionarios.
¡Pobre Huerta! el agua surca
y aunque el mar va tranquila
le hace efecto de una turca
de una turca de tequila
Un calor como de fragua
le sofoca diariamente
y se pone a tomar agua
pero aquella es de agua ardiente.
Sólo puede en la mañana
darse un pobre gusto que es
el fumar su marihuana
y ponerse a dar las tres.
--- La Banda del automóvil gris, es un grupo de militares que se aprovechaba de su cargo para asaltar algunas residencias en la ciudad de México. Se refugiaban en la calle de Liverpool, en la cosmopolita Colonia Juárez.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
El cultivo del cáñamo en la Alta California en el siglo XVIII
Se conoce que los jesuitas llevaron el cáñamo al noroeste de México, Sinaloa, Sonora y Baja California. Luego de su expulsión de la Nueva España, en 1767, la colonización de la Alta California quedo en manos de los frailes franciscanos.
El cultivo del cáñamo en la Alta California en el siglo XVIII
Martha Ortega Soto *
En 1781 la Corona española ordenó fomentar el cultivo de lino y cáñamo en las colonias. La idea era obtener la materia prima en ellas para la fabricación de lonas y velas en la metrópoli. Tan grande era el interés que en la Real Ordenanza de Intendentes se señala que en caso necesario se repartieran tierras realengas entre los nativos para producir dichas fibras. Parece que el proyecto fracasó porque en el centro de Nueva España no se interesaron por estos cultivos. (1)
Entre 1780-1781 y 1786-1788 se intentó cultivar cáñamo en la región de San Blas. Dado que en puerto se desarrollaba la industria naval, la producción de cáñamo hubiera resultado beneficiosa para autoabastecerse de materia prima para fabricar lonas y jarcias, así el Erario Real se hubiera ahorrado los altos gastos de transporte. Al parecer no se tuvo éxito en esta empresa. (2)
En 1975 llegaron órdenes a Alta California para cultivar lino y cáñamo en el pueblo de San José. El gobierno envió al condestable Joaquín Sánchez, en 1801, para que enseñara a los habitantes cómo sembrar y cosechare el cáñamo, pues aunque habían empezado a plantarlo, la producción cesó repentinamente. Una de las medidas que se acordó fue que la producción se compraría de inmediato a los productores para que así no dejaran de cultivarlo. A fin de obtener una producción mayor para el año siguiente, se ordenó que se introdujeran el cultivo en todo el distrito de Santa Bárbara, incluso en los Ángeles y en las misiones de San Luis Obispo, San José y en la nueva la nueva de Santa Inés (1804). En 1807 se aprobó a 4 pesos por arroba de cáñamo.
Fue tal éxito de la siembra del cáñamo, que en 1809 Arrillaga informo que se había sin embarcar 4 138 arrobas y 8 libras de fibra pero habían quedado sin sembrar 1 896 arrobas media libra. Por eso pedía que en su próximo viaje los barcos abastecedores condujeran de regreso solamente el cáñamo cosechado. Asimismo, solicitaba permiso para que se tejiera el cáñamo en la Alta California y para que abriera una fábrica de jarcias en Tepic, de esta manera se absorbería toda la producción almacenada.(3) Pero no se adoptó ninguna medida al respecto, así que a pesar de que las cosechas de cáñamo fueron exitosas, dejó de producirse porque nos e tuvo la capacidad suficiente para transportarlo al interior del virreinato.
En resumen, la situación de la agricultura entre 1791 y 1805 fue más o menos la siguiente: las misiones, que contaban con la mayor extensión de tierras de cultivo y la mayor cantidad de habitantes –aunque no todos eran mano de obra capacitada--, produjeron 83.3% de las cosechas totales de la provincia. La misión de San Gabriel fue la más productiva y San Juan Capistrano le siguió en importancia. No podemos especificar qué centro tenía la mayor capacidad productiva porque aunque sabemos que la población de San Juan Capistrano era mediana en relación con la de San Gabriel, no conocemos la extensión de sus tierras de labranza. Por otra parte, las tremendas oscilaciones en la producción particular en cada una de ellas impide hablar de un progreso constante.
_______
Fragmento del libro Alta California una frontera olvidada del noroeste de México 1769-1846, Plaza y Valdés Editores / UAM Iztapalapa, Col. CSH, México, 2001.
Notas
1.- E. Florescano e I. Gil, “La época de las reformas borbónicas y el crecimiento, 1750-1808”, en Historia General de México, vol. II, 2ª. Ed., México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 1977, pp. 183-301, mapas y cuadros, p. 230.
2.- R. M. Serrera Contreras, Cultivo y manufactura de lino y cáñamo en Nueva España (1777-1800), vol. II, 2ª. , ed., Sevilla, ESCUELA DE Estudios Hispano-americanos de Sevilla, 1974, láminas, cuadros (CCCXXX), pp. 144-146, 254.
3.- Californias, AGNM, vol. 2, segunda parte, exp, 8 completo, 1807; nota de romanage de cáñamo, Sal., Monterrey, 30 de septiembre de 1800, en ibidem, vol. 16, f. 240; ibidem, vol. 17, fs. 121-146, exp. completo, 1809-1810; ibidem, vol. 21, exp. 1 completo, 1805-1809, Arrillaga al virrey, Monterrey, 21 de diciembre de 1809, en ibídem, vol. 41, f. 225.
El cultivo del cáñamo en la Alta California en el siglo XVIII
Martha Ortega Soto *
En 1781 la Corona española ordenó fomentar el cultivo de lino y cáñamo en las colonias. La idea era obtener la materia prima en ellas para la fabricación de lonas y velas en la metrópoli. Tan grande era el interés que en la Real Ordenanza de Intendentes se señala que en caso necesario se repartieran tierras realengas entre los nativos para producir dichas fibras. Parece que el proyecto fracasó porque en el centro de Nueva España no se interesaron por estos cultivos. (1)
Entre 1780-1781 y 1786-1788 se intentó cultivar cáñamo en la región de San Blas. Dado que en puerto se desarrollaba la industria naval, la producción de cáñamo hubiera resultado beneficiosa para autoabastecerse de materia prima para fabricar lonas y jarcias, así el Erario Real se hubiera ahorrado los altos gastos de transporte. Al parecer no se tuvo éxito en esta empresa. (2)
En 1975 llegaron órdenes a Alta California para cultivar lino y cáñamo en el pueblo de San José. El gobierno envió al condestable Joaquín Sánchez, en 1801, para que enseñara a los habitantes cómo sembrar y cosechare el cáñamo, pues aunque habían empezado a plantarlo, la producción cesó repentinamente. Una de las medidas que se acordó fue que la producción se compraría de inmediato a los productores para que así no dejaran de cultivarlo. A fin de obtener una producción mayor para el año siguiente, se ordenó que se introdujeran el cultivo en todo el distrito de Santa Bárbara, incluso en los Ángeles y en las misiones de San Luis Obispo, San José y en la nueva la nueva de Santa Inés (1804). En 1807 se aprobó a 4 pesos por arroba de cáñamo.
Fue tal éxito de la siembra del cáñamo, que en 1809 Arrillaga informo que se había sin embarcar 4 138 arrobas y 8 libras de fibra pero habían quedado sin sembrar 1 896 arrobas media libra. Por eso pedía que en su próximo viaje los barcos abastecedores condujeran de regreso solamente el cáñamo cosechado. Asimismo, solicitaba permiso para que se tejiera el cáñamo en la Alta California y para que abriera una fábrica de jarcias en Tepic, de esta manera se absorbería toda la producción almacenada.(3) Pero no se adoptó ninguna medida al respecto, así que a pesar de que las cosechas de cáñamo fueron exitosas, dejó de producirse porque nos e tuvo la capacidad suficiente para transportarlo al interior del virreinato.
En resumen, la situación de la agricultura entre 1791 y 1805 fue más o menos la siguiente: las misiones, que contaban con la mayor extensión de tierras de cultivo y la mayor cantidad de habitantes –aunque no todos eran mano de obra capacitada--, produjeron 83.3% de las cosechas totales de la provincia. La misión de San Gabriel fue la más productiva y San Juan Capistrano le siguió en importancia. No podemos especificar qué centro tenía la mayor capacidad productiva porque aunque sabemos que la población de San Juan Capistrano era mediana en relación con la de San Gabriel, no conocemos la extensión de sus tierras de labranza. Por otra parte, las tremendas oscilaciones en la producción particular en cada una de ellas impide hablar de un progreso constante.
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Fragmento del libro Alta California una frontera olvidada del noroeste de México 1769-1846, Plaza y Valdés Editores / UAM Iztapalapa, Col. CSH, México, 2001.
Notas
1.- E. Florescano e I. Gil, “La época de las reformas borbónicas y el crecimiento, 1750-1808”, en Historia General de México, vol. II, 2ª. Ed., México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 1977, pp. 183-301, mapas y cuadros, p. 230.
2.- R. M. Serrera Contreras, Cultivo y manufactura de lino y cáñamo en Nueva España (1777-1800), vol. II, 2ª. , ed., Sevilla, ESCUELA DE Estudios Hispano-americanos de Sevilla, 1974, láminas, cuadros (CCCXXX), pp. 144-146, 254.
3.- Californias, AGNM, vol. 2, segunda parte, exp, 8 completo, 1807; nota de romanage de cáñamo, Sal., Monterrey, 30 de septiembre de 1800, en ibidem, vol. 16, f. 240; ibidem, vol. 17, fs. 121-146, exp. completo, 1809-1810; ibidem, vol. 21, exp. 1 completo, 1805-1809, Arrillaga al virrey, Monterrey, 21 de diciembre de 1809, en ibídem, vol. 41, f. 225.
Y SIGUE LA MATA DANDO¡¡¡ MARIGUANA FEST Y LA INICIATIVA CIUDADANA POR LA DESPENALIZACION
Alfonso Jesús García Pérez, Secretario General de AMECA.
Este domingo 5 de septiembre se llevó a cabo en el kiosko de la Alameda Central del DF, un gran festival desde las 12 del día hasta casi las 10 de la noche, en apoyo a la INICIATIVA CIUDADANA POR LA DESPENALIZACION DE LA MARIGUANA, con participación de súper bandas como Stupidschool, Casa Verde, Uni DUB Estación, Antidoto Asocial, Cannnabis Social Club y Xicury DUB. A diferencia de los últimos 10 festivales y marchas del primer sábado de cada mes en el día mundial por la liberación del cannabis (con un promedio en México de 3 mil asistentes), en esta ocasión la convocatoria fue totalmente conforme a una agenda nacional. Y a pesar de la lluvia, se congregaron más de 1,500 personas.
El movimiento por la liberación de la mariguana en México está en su mejor momento. Antes, durante y después de que el “Presidente” de México dio la supuesta apertura al debate sobre la despenalización de las drogas, todo el underground mexicano estaba más vivo que nunca y empujando para salir a la luz con gritos de libertad, ciencia y arte hasta hoy censurados. No sólo seguimos marchando con todas las ciudades del mundo que conmemoran el día del cannabis, sino que hemos perfeccionado nuestra agenda nacional de debate y de lucha a niveles de precisión que considero están por encima de los activistas norteamericanos.
Revistas promotoras de la despenalización desde hace mas de 20 años, como La Guillotina, La Tinta Suelta o Generación, hoy actualizan sus tesis y se coordinan con los nuevos colectivos libertarios para esta etapa decisiva de la batalla contracultural. Así también los diferentes grupos de activistas hemos constituido notarialmente algunas organizaciones especializadas en la libertad y educación como: CONVIVE Y ESPACIO PUBLICO, COLECTIVO POR UNA NUEVA POLITICA HACIA LAS DROGAS y la ASOCIACION MEXICANA DE ESTUDIOS SOBRE CANNABIS, entre otras, entidades que han articulado los trabajos y las opiniones de muchos académicos e intelectuales que también llevan años pronunciándose en favor de la despenalización.
En este contexto de organización, nuestro movimiento ha logrado pasar a otra etapa, promoviendo en el Poder Legislativo del Estado de México una INICIATIVA CIUDADANA para que a su vez, ésta cámara de diputados mexiquense pueda proponer al Congreso de la Unión la reforma a la Ley General de Salud y acabar con la prohibición del consumo de mariguana. Esto fue posible gracias al único resquicio legal en todo México que permite a ciudadanos comunes, sin ser diputados, promover reformas legales.
También desarrollamos un programa de investigación que permite la despenalización local en el DF y estamos promoviendo un referéndum. Organizamos una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados con los diputados federales del PRD José Narro y Teresa Inchaustegui, donde por primera vez en la historia el punto de vista de libertarios o de consumidores es expuesto y tomado en cuenta. Hasta el momento, el debate ha sido y es simulado, los prohibicioncitas declaran unilateralmente y debaten con fantasmas, o peor aún, designan a los defensores de nuestro punto de vista pero realmente prohíben darnos voz. Por eso tomarles la palabra y salir a la luz es un triunfo inesperado. Hasta el momento no ha habido debate real y con nuestra campaña será inevitable que la opinión libertaria trascienda. El 22 de septiembre, salvo confirmación, tendremos nuestro foro en San Lázaro y seguramente obligaremos al presidente a dar una respuesta sin simulación.
Muy sorprendente es que las fuerzas más conservadoras no resultaron los panistas santurrones gatos de los gringos, como debiéramos esperarlo. Vemos como algunos priistas se preparan para el debate, pues no les conviene el fin del negocio de la corrupción que hoy favorece a sus gobiernos y policías locales, pero eso sí, aceptan el debate, ni modos. Pero resulta que existen personajes muy atrasados, tan… pero tan atrasados que hasta en contra del debate se han pronunciado. La diputada del PRD Alejandra Barrales, con trayectoria y discursiva de derecha totalmente ajenas y de hecho opuestas a las siglas de su partido, ha venido dando una campaña de corte faccista en contra de la despenalización, al grado que ahora es el único personaje que rechaza el debate y trata de prohibirlo en la ASAMBLEA LEGISLATIVA del DF. Nuestras siguientes movilizaciones y declaraciones ante la prensa serán para obligar ese debate y acabar, en la mesa de la elocuencia, con estas personas reaccionarias y analfabetas. Nunca pensé que fuera tan fácil ¡MARIGUANA LEGAL YA¡
Este domingo 5 de septiembre se llevó a cabo en el kiosko de la Alameda Central del DF, un gran festival desde las 12 del día hasta casi las 10 de la noche, en apoyo a la INICIATIVA CIUDADANA POR LA DESPENALIZACION DE LA MARIGUANA, con participación de súper bandas como Stupidschool, Casa Verde, Uni DUB Estación, Antidoto Asocial, Cannnabis Social Club y Xicury DUB. A diferencia de los últimos 10 festivales y marchas del primer sábado de cada mes en el día mundial por la liberación del cannabis (con un promedio en México de 3 mil asistentes), en esta ocasión la convocatoria fue totalmente conforme a una agenda nacional. Y a pesar de la lluvia, se congregaron más de 1,500 personas.
El movimiento por la liberación de la mariguana en México está en su mejor momento. Antes, durante y después de que el “Presidente” de México dio la supuesta apertura al debate sobre la despenalización de las drogas, todo el underground mexicano estaba más vivo que nunca y empujando para salir a la luz con gritos de libertad, ciencia y arte hasta hoy censurados. No sólo seguimos marchando con todas las ciudades del mundo que conmemoran el día del cannabis, sino que hemos perfeccionado nuestra agenda nacional de debate y de lucha a niveles de precisión que considero están por encima de los activistas norteamericanos.
Revistas promotoras de la despenalización desde hace mas de 20 años, como La Guillotina, La Tinta Suelta o Generación, hoy actualizan sus tesis y se coordinan con los nuevos colectivos libertarios para esta etapa decisiva de la batalla contracultural. Así también los diferentes grupos de activistas hemos constituido notarialmente algunas organizaciones especializadas en la libertad y educación como: CONVIVE Y ESPACIO PUBLICO, COLECTIVO POR UNA NUEVA POLITICA HACIA LAS DROGAS y la ASOCIACION MEXICANA DE ESTUDIOS SOBRE CANNABIS, entre otras, entidades que han articulado los trabajos y las opiniones de muchos académicos e intelectuales que también llevan años pronunciándose en favor de la despenalización.
En este contexto de organización, nuestro movimiento ha logrado pasar a otra etapa, promoviendo en el Poder Legislativo del Estado de México una INICIATIVA CIUDADANA para que a su vez, ésta cámara de diputados mexiquense pueda proponer al Congreso de la Unión la reforma a la Ley General de Salud y acabar con la prohibición del consumo de mariguana. Esto fue posible gracias al único resquicio legal en todo México que permite a ciudadanos comunes, sin ser diputados, promover reformas legales.
También desarrollamos un programa de investigación que permite la despenalización local en el DF y estamos promoviendo un referéndum. Organizamos una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados con los diputados federales del PRD José Narro y Teresa Inchaustegui, donde por primera vez en la historia el punto de vista de libertarios o de consumidores es expuesto y tomado en cuenta. Hasta el momento, el debate ha sido y es simulado, los prohibicioncitas declaran unilateralmente y debaten con fantasmas, o peor aún, designan a los defensores de nuestro punto de vista pero realmente prohíben darnos voz. Por eso tomarles la palabra y salir a la luz es un triunfo inesperado. Hasta el momento no ha habido debate real y con nuestra campaña será inevitable que la opinión libertaria trascienda. El 22 de septiembre, salvo confirmación, tendremos nuestro foro en San Lázaro y seguramente obligaremos al presidente a dar una respuesta sin simulación.
Muy sorprendente es que las fuerzas más conservadoras no resultaron los panistas santurrones gatos de los gringos, como debiéramos esperarlo. Vemos como algunos priistas se preparan para el debate, pues no les conviene el fin del negocio de la corrupción que hoy favorece a sus gobiernos y policías locales, pero eso sí, aceptan el debate, ni modos. Pero resulta que existen personajes muy atrasados, tan… pero tan atrasados que hasta en contra del debate se han pronunciado. La diputada del PRD Alejandra Barrales, con trayectoria y discursiva de derecha totalmente ajenas y de hecho opuestas a las siglas de su partido, ha venido dando una campaña de corte faccista en contra de la despenalización, al grado que ahora es el único personaje que rechaza el debate y trata de prohibirlo en la ASAMBLEA LEGISLATIVA del DF. Nuestras siguientes movilizaciones y declaraciones ante la prensa serán para obligar ese debate y acabar, en la mesa de la elocuencia, con estas personas reaccionarias y analfabetas. Nunca pensé que fuera tan fácil ¡MARIGUANA LEGAL YA¡
martes, 7 de septiembre de 2010
La identidad psicoactiva tema emergente de la sociedad mexicana
Juan Pablo García Vallejo
La prohibición al consumo de drogas es muy reciente, tanto como fenómeno global como en la política interna de México, lo que quiere decir, entonces, que debemos admitir que la condena internación a las drogas no es eterna, ni perpetua ni inmutable.
Por lo contrario, lo que sí es un hecho de mayor alcance, casi universal, que es poco conocido y aceptado por la mayoría de la población, es la existencia y práctica del derecho a la embriaguez, documentado científicamente por la reciente ciencia de la Historia de las drogas y la historia cultural.
En este contexto de intolerancia, de discriminación social y legal y de una abierta e innecesaria violación de los derechos humanos de los consumidores de sustancias psicoactivas, se está expresando actualmente en una naciente identidad psicoactiva frente a las múltiples, graves y costosas consecuencias de la actual política prohibicionista criminalizadora de drogas, que tiene como objetico proponer una solución concertada e incluyente a este problema social y de salud.
Mientras que la práctica psicoactiva está muy bien definida por el consumo de la sustancia, la identidad psicoactiva es múltiple, polifónica, debido a la diversidad de drogas que se consumen en nuestra sociedad actualmente.
La identidad psicoactiva cannábica, en particular o específicamente, es la expresión social, cultural y política del Movimiento Cannábico Mexicano (MCM), en el que confluyen los esfuerzos de diversos sectores sociales interesados en la despenalización de las drogas, así como en la promoción y defensa de la cultura cannábica en México: principalmente los consumidores organizados, los profesionales que defiende las libertades civiles y los medios de comunicación impresos y electrónico cannábicos.
La identidad psicoactiva cannábica si bien es un tema emergente en la sociedad mexicana del siglo XXI, es necesario reconocer que como fenómeno social tiene una larga y rica tradición cultural en México y que desgraciadamente ésta ha sido negada o reprimida, invisibilizada o enterrada, manipulada o desvirtuada por la historia oficial que ha respaldado la política prohibicionista criminalizadora.
Esta laguna cognitiva fortalece la política prohibicionista porque se desconoce la historia social de la marihuana, de cómo ha sido la relación de los mexicanos con esta planta amiga, cómo se han transformado sus usos, el cambio en los sectores de población que la consumen y saber los resultados y consecuencias públicas de esta práctica social.
Prefiriendo entonces, solo establecer una identidad proscrita, deteriorada, subvalorada de los consumidores y subordinarlos a los ordenamientos de la policía sanitaria desde fines del siglo XIX. El proceso de construcción identitario va de este territorio de exclusión y marginación a un panorama de mayor tolerancia, en tanto, se restablece esta identidad psicoactiva cannábica que ha sido reconocida desde hace 10 años por los gobiernos democráticos de la Ciudad de México al permitir visibilizarse públicamente en el mes de mayo durante la celebración del Día Mundial de la Marihuana.
Con la identidad psicoactiva cannábica los consumidores dejaran de ser los “no actores” de la errónea política prohibicionista o un minoría social silenciada y marginada por la persecución social y penal al consumo de marihuana, y que busca de forma organizada e incluyente que todo esto tienda a desaparecer en un futuro próximo con una re-legalización de la marihuana como resultado del esfuerzo concertado de los integrantes del movimiento cannábico, sus aliados sociales y la nueva gama de consumidores potenciales que aparecerán cuando se legalice su producción, cultivo y consumo.
Si aumentaran los consumidores recreativos al des-tabuizarse el consumo, al quitarle su carácter prohibido y por la baja de precios, el consumo dejara de ser considerado un delito, pero lo importante es que habrá más formas de consumo al ser considerada una materia prima ecológica y por la infinidad de productos que se pueden obtener de esta. En este aspecto se refiere a considerar que las nuevas formas de consumo de cannabis van a ser múltiples, no reduciéndose a su forma recreativa o medicinal.
La organización por la despenalización del cannabis no es solo deseable sino que se tiene que reconocer su valiosa aportación al múltiple problema de las drogas que enfrenta la sociedad mexicana, y por otra parte, admitir y reconocer el derecho de los consumidores de cannabis a manifestar el orgullo cannábico para terminar con la estigmatización y la discriminación social con que se señala a estos desde hace un siglo.
Por tanto es necesario atender la discriminación social en tanto que la CNDH de acuerdo a la Encuesta sobre Nacional de discriminación afirma que 75 % de los mexicanos no vivirían con un vecino que consume drogas.
Lo que significa que hay un grandísimo terreno fértil para la potencial de discriminación social de los consumidores cannábicos en todo el país, pues aumenta la exclusión y marginación por algo que ya no debe ser considerado inmoral o un delito, sino un problema de salud y un derecho humano en lo que se llama el derecho al cuerpo y un derecho cultural en lo que se llama la diversidad cultural y, más particularmente, la diversidad de las conciencias.
La doble moral practicada actualmente por el gobierno de la ciudad de México, es argumentar el derecho al cuerpo en distintos escenarios como la interrupción ilegal del embarazo (ILE), la reasignación de sexo para transexuales, la inseminación artificial para parejas estériles, los trasplantes de órganos, pero niega y reprime el derecho al cuerpo y al placer en el consumo de sustancias psicoactivas algo que contradice todos sus anhelos democráticos y de construir una sociedad democrática incluyente y tolerante cuando en realidad está haciendo una sociedad intolerante, excluyente y discriminatoria.
La doble moral es también practica da por el gobierno federal al autorizar oficialmente un debate de las drogas pero negándolo radicalmente la despenalización de estas, algo que solo dificulta el dialogo social para resolver este problema de salud.
La prohibición al consumo de drogas es muy reciente, tanto como fenómeno global como en la política interna de México, lo que quiere decir, entonces, que debemos admitir que la condena internación a las drogas no es eterna, ni perpetua ni inmutable.
Por lo contrario, lo que sí es un hecho de mayor alcance, casi universal, que es poco conocido y aceptado por la mayoría de la población, es la existencia y práctica del derecho a la embriaguez, documentado científicamente por la reciente ciencia de la Historia de las drogas y la historia cultural.
En este contexto de intolerancia, de discriminación social y legal y de una abierta e innecesaria violación de los derechos humanos de los consumidores de sustancias psicoactivas, se está expresando actualmente en una naciente identidad psicoactiva frente a las múltiples, graves y costosas consecuencias de la actual política prohibicionista criminalizadora de drogas, que tiene como objetico proponer una solución concertada e incluyente a este problema social y de salud.
Mientras que la práctica psicoactiva está muy bien definida por el consumo de la sustancia, la identidad psicoactiva es múltiple, polifónica, debido a la diversidad de drogas que se consumen en nuestra sociedad actualmente.
La identidad psicoactiva cannábica, en particular o específicamente, es la expresión social, cultural y política del Movimiento Cannábico Mexicano (MCM), en el que confluyen los esfuerzos de diversos sectores sociales interesados en la despenalización de las drogas, así como en la promoción y defensa de la cultura cannábica en México: principalmente los consumidores organizados, los profesionales que defiende las libertades civiles y los medios de comunicación impresos y electrónico cannábicos.
La identidad psicoactiva cannábica si bien es un tema emergente en la sociedad mexicana del siglo XXI, es necesario reconocer que como fenómeno social tiene una larga y rica tradición cultural en México y que desgraciadamente ésta ha sido negada o reprimida, invisibilizada o enterrada, manipulada o desvirtuada por la historia oficial que ha respaldado la política prohibicionista criminalizadora.
Esta laguna cognitiva fortalece la política prohibicionista porque se desconoce la historia social de la marihuana, de cómo ha sido la relación de los mexicanos con esta planta amiga, cómo se han transformado sus usos, el cambio en los sectores de población que la consumen y saber los resultados y consecuencias públicas de esta práctica social.
Prefiriendo entonces, solo establecer una identidad proscrita, deteriorada, subvalorada de los consumidores y subordinarlos a los ordenamientos de la policía sanitaria desde fines del siglo XIX. El proceso de construcción identitario va de este territorio de exclusión y marginación a un panorama de mayor tolerancia, en tanto, se restablece esta identidad psicoactiva cannábica que ha sido reconocida desde hace 10 años por los gobiernos democráticos de la Ciudad de México al permitir visibilizarse públicamente en el mes de mayo durante la celebración del Día Mundial de la Marihuana.
Con la identidad psicoactiva cannábica los consumidores dejaran de ser los “no actores” de la errónea política prohibicionista o un minoría social silenciada y marginada por la persecución social y penal al consumo de marihuana, y que busca de forma organizada e incluyente que todo esto tienda a desaparecer en un futuro próximo con una re-legalización de la marihuana como resultado del esfuerzo concertado de los integrantes del movimiento cannábico, sus aliados sociales y la nueva gama de consumidores potenciales que aparecerán cuando se legalice su producción, cultivo y consumo.
Si aumentaran los consumidores recreativos al des-tabuizarse el consumo, al quitarle su carácter prohibido y por la baja de precios, el consumo dejara de ser considerado un delito, pero lo importante es que habrá más formas de consumo al ser considerada una materia prima ecológica y por la infinidad de productos que se pueden obtener de esta. En este aspecto se refiere a considerar que las nuevas formas de consumo de cannabis van a ser múltiples, no reduciéndose a su forma recreativa o medicinal.
La organización por la despenalización del cannabis no es solo deseable sino que se tiene que reconocer su valiosa aportación al múltiple problema de las drogas que enfrenta la sociedad mexicana, y por otra parte, admitir y reconocer el derecho de los consumidores de cannabis a manifestar el orgullo cannábico para terminar con la estigmatización y la discriminación social con que se señala a estos desde hace un siglo.
Por tanto es necesario atender la discriminación social en tanto que la CNDH de acuerdo a la Encuesta sobre Nacional de discriminación afirma que 75 % de los mexicanos no vivirían con un vecino que consume drogas.
Lo que significa que hay un grandísimo terreno fértil para la potencial de discriminación social de los consumidores cannábicos en todo el país, pues aumenta la exclusión y marginación por algo que ya no debe ser considerado inmoral o un delito, sino un problema de salud y un derecho humano en lo que se llama el derecho al cuerpo y un derecho cultural en lo que se llama la diversidad cultural y, más particularmente, la diversidad de las conciencias.
La doble moral practicada actualmente por el gobierno de la ciudad de México, es argumentar el derecho al cuerpo en distintos escenarios como la interrupción ilegal del embarazo (ILE), la reasignación de sexo para transexuales, la inseminación artificial para parejas estériles, los trasplantes de órganos, pero niega y reprime el derecho al cuerpo y al placer en el consumo de sustancias psicoactivas algo que contradice todos sus anhelos democráticos y de construir una sociedad democrática incluyente y tolerante cuando en realidad está haciendo una sociedad intolerante, excluyente y discriminatoria.
La doble moral es también practica da por el gobierno federal al autorizar oficialmente un debate de las drogas pero negándolo radicalmente la despenalización de estas, algo que solo dificulta el dialogo social para resolver este problema de salud.
Una década de orgullo cannábico
Texto leido en el Canfest del 5 de septiembre en la Alameda Central de la Ciudad de MÉXICO
Juan Pablo García Vallejo, director de la Gaceta Cannábica
El debate de las drogas nos reúne hoy para conmemorar una década de orgullo cannábico de los consumidores de marihuana de México para conseguir el establecimiento de la despenalización de la marihuana en la sociedad mexicana.
El debate de las drogas forma parte desde hace más de 25 años de la sociedad civil, más particularmente del sector contracultural, para el cual el consumo de drogas es una forma de vida, que no tiene que ser estigmatizada ni negada o reprimida por el Estado. La prensa underground en los años 1980 y 1990 reiteraron muchísimas veces la despenalización de drogas terminar con la venta ilícita de drogas y las consecuencias desastrosas múltiples que ocasiona a la sociedad mexicana, se redactaron manifiestos a favor de la causa de la marihuana. Lo que era una utopía ahora es una realidad.
Luego se da una visibilización pública, en el año 2000, cuando aparecen las organizaciones y colectivos cannábicos que realizan la conmemoración del Día Internacional de Liberación de la Marihuana, se crean foros de discusión en la web, surgen publicaciones especializadas de la cultura cannábica, y en los años recientes se da también una leve simpatía o coqueteo anecdótico con la “izquierda parlamentaria” por formalizar una reforma legislativa de despenalización del cánnabis, sin olvidar la importancia de la realización de debates internos en las instituciones de educación superior y en la misma Cámara de Diputados. Cada día voces se unen a esta propuesta, como los ONG de ciudadanos pro-seguridad, escritores para discutir el papel de las drogas en la sociedad actual y buscar una regularización legal y social a esta situación cada vez más problemática.
Ahora en días pasados con los Diálogos para la seguridad, se avanzo más en la despenalización de las drogas porque se le dio una carta de ciudadanía institucional, a este término, por parte del Presidente Calderón. Eso está muy bien, porque los primeros que se tienen que enterar de los nuevos temas y retos que afectan a la sociedad es la clase en el poder.
Hablar de drogas ya no va a ser un tema tabú, incómodo en muchos lugares, hogares e instituciones gubernamentales y educativas, en los medios de comunicación (que son aliados de la prohibición); se volverá el término, debate de las drogas, de uso común y generalmente aceptado e inevitablemente ayudara a crear un ambiente de tolerancia social, y una mayor visibilización digna de los consumidores para disminuir los efectos anormales de discriminación y estigmatización social hacia ellos.
El reconocimiento presidencial es un victoria contundente del movimiento cannábico mexicano porque “para quienes históricamente han carecido de poder, el otorgamiento de derechos es un reconocimiento simbólico de todos los aspectos de su humanidad: los derechos conllevan un respeto que coloca a uno en el rango referencial de sí mismo respecto a otros, y que eleva el propio estatus, pasando de cuerpo humano a ser social”, dice Patricia Williams.
O lo que es lo mismo, que los marginales, estigmatizados y excluidos consumidores de drogas tienen ahora una nueva representación social, ser sujetos sociales con derechos propios, específicos. Y no individuos incompletos, fragmentados y manipulados por el poder institucional para justificar las epidemias de pánico moralista contra las drogas y el uso de la fuerza para terminar con este negocio ilegal.
Aunque se intenta limitar los alcances de la despenalización de las drogas, porque en opinión de Calderón no resolverá el problema, con esto él desecho o neutralizo cualquier reforma legislativa en lo que resta de este sexenio. Poniendo como principal argumento que la despenalización de las drogas tiene que hacerse primero en los Estados Unidos para no romper los acuerdos internacionales de drogas firmados en años anteriores por México.
La condena internacional a las drogas impuesta al mundo de forma unilateral y hegemónica por los Estados Unidos, en 1937, es violada por este gobierno con la campaña Cáñamo para la victoria, en 1942, se permite a México cultivar amapola y marihuana, en el estado de Sinaloa, para proveer al ejército norteamericano. O sea que si se puede saltar estos acuerdos internacionales sin tener un conflicto internacional y diplomático alguno, y saber que en estos acuerdos también se establece que cada país tendrá que implementar su propia solución o programas de salud de acuerdo a su contexto social particular. Como se hizo en Holanda desde 1975, el 36 estados de los Estado Unidos. Son soluciones para cada caso nacional.
La contradicción presidencial de, por una parte, reconocer la necesidad del debate social de las drogas y, a los días siguientes expresar una negativa radical a la despenalización es una gran victoria para el movimiento cannábico. Pues al quitarle su carácter polémico, controversial y hasta molesto para muchos al tema de las drogas mucha gente podrá hablar de estas, pero para nosotros la despenalización de las drogas sigue teniendo todo su potencial crítico y propositivo ante el fracaso de la política militar del actual gobierno.
El avance de la causa de la marihuana va conquistando una mayor tolerancia social, y para tener un impacto más sólido en los próximos años se requiere aumentar la producción de conocimiento cannábico, hacer la reescritura de la historia desde la perspectiva de las drogas, recuperar toda la historia cultural de la marihuana en México desde hace 500 años, difundir el capital cultural cannábico que representan toda una galería de iconos de la cultura popular y de la República de las Letras que han consumido cánnabis y no fueron ni son tachados ni de viciosos ni de criminales. Sino todo lo contrario fueron personas creativas, productivas.
Los partidarios, aliados y simpatizantes del orgullo cannábico reconocen que la práctica psicoactiva como relación social produce una gama de identidades psicoactivas entre los consumidores de drogas, que es necesario re-conceptualizarla identidad cannábica, y promover y defender los derechos culturales cannábicos para crear una visibilización digna de los consumidores de cannabis y que se revalorice la identidad deteriorada y manipulada desde hace un siglo, del marihuano como anti-social, como sujeto peligroso por ser un potencial monstruo que desestabiliza el orden social. Ahora los consumidores de drogas son ya son sujetos sociales con derechos culturales cannábicos.
La despenalización de las drogas tiene que seguir el camino de la propuesta preventiva en salud y en la educación. Si se descalifica la despenalización es porque el Estado mexicano tiene muchos déficits que resolver: como la falta de preparación de todas las policías, la carencia de recursos, la lentitud del mundo legal, de la política y de la cultura criminal actual para asimilar la reforma legal que se busca lograr y consensuar la despenalización de las drogas.
No hay libertad política sino no hay libertad psicoactiva.
La despenalización de las drogas no sólo es deseable sino que vale la pena esforzarse por conseguirla.
Juan Pablo García Vallejo, director de la Gaceta Cannábica
El debate de las drogas nos reúne hoy para conmemorar una década de orgullo cannábico de los consumidores de marihuana de México para conseguir el establecimiento de la despenalización de la marihuana en la sociedad mexicana.
El debate de las drogas forma parte desde hace más de 25 años de la sociedad civil, más particularmente del sector contracultural, para el cual el consumo de drogas es una forma de vida, que no tiene que ser estigmatizada ni negada o reprimida por el Estado. La prensa underground en los años 1980 y 1990 reiteraron muchísimas veces la despenalización de drogas terminar con la venta ilícita de drogas y las consecuencias desastrosas múltiples que ocasiona a la sociedad mexicana, se redactaron manifiestos a favor de la causa de la marihuana. Lo que era una utopía ahora es una realidad.
Luego se da una visibilización pública, en el año 2000, cuando aparecen las organizaciones y colectivos cannábicos que realizan la conmemoración del Día Internacional de Liberación de la Marihuana, se crean foros de discusión en la web, surgen publicaciones especializadas de la cultura cannábica, y en los años recientes se da también una leve simpatía o coqueteo anecdótico con la “izquierda parlamentaria” por formalizar una reforma legislativa de despenalización del cánnabis, sin olvidar la importancia de la realización de debates internos en las instituciones de educación superior y en la misma Cámara de Diputados. Cada día voces se unen a esta propuesta, como los ONG de ciudadanos pro-seguridad, escritores para discutir el papel de las drogas en la sociedad actual y buscar una regularización legal y social a esta situación cada vez más problemática.
Ahora en días pasados con los Diálogos para la seguridad, se avanzo más en la despenalización de las drogas porque se le dio una carta de ciudadanía institucional, a este término, por parte del Presidente Calderón. Eso está muy bien, porque los primeros que se tienen que enterar de los nuevos temas y retos que afectan a la sociedad es la clase en el poder.
Hablar de drogas ya no va a ser un tema tabú, incómodo en muchos lugares, hogares e instituciones gubernamentales y educativas, en los medios de comunicación (que son aliados de la prohibición); se volverá el término, debate de las drogas, de uso común y generalmente aceptado e inevitablemente ayudara a crear un ambiente de tolerancia social, y una mayor visibilización digna de los consumidores para disminuir los efectos anormales de discriminación y estigmatización social hacia ellos.
El reconocimiento presidencial es un victoria contundente del movimiento cannábico mexicano porque “para quienes históricamente han carecido de poder, el otorgamiento de derechos es un reconocimiento simbólico de todos los aspectos de su humanidad: los derechos conllevan un respeto que coloca a uno en el rango referencial de sí mismo respecto a otros, y que eleva el propio estatus, pasando de cuerpo humano a ser social”, dice Patricia Williams.
O lo que es lo mismo, que los marginales, estigmatizados y excluidos consumidores de drogas tienen ahora una nueva representación social, ser sujetos sociales con derechos propios, específicos. Y no individuos incompletos, fragmentados y manipulados por el poder institucional para justificar las epidemias de pánico moralista contra las drogas y el uso de la fuerza para terminar con este negocio ilegal.
Aunque se intenta limitar los alcances de la despenalización de las drogas, porque en opinión de Calderón no resolverá el problema, con esto él desecho o neutralizo cualquier reforma legislativa en lo que resta de este sexenio. Poniendo como principal argumento que la despenalización de las drogas tiene que hacerse primero en los Estados Unidos para no romper los acuerdos internacionales de drogas firmados en años anteriores por México.
La condena internacional a las drogas impuesta al mundo de forma unilateral y hegemónica por los Estados Unidos, en 1937, es violada por este gobierno con la campaña Cáñamo para la victoria, en 1942, se permite a México cultivar amapola y marihuana, en el estado de Sinaloa, para proveer al ejército norteamericano. O sea que si se puede saltar estos acuerdos internacionales sin tener un conflicto internacional y diplomático alguno, y saber que en estos acuerdos también se establece que cada país tendrá que implementar su propia solución o programas de salud de acuerdo a su contexto social particular. Como se hizo en Holanda desde 1975, el 36 estados de los Estado Unidos. Son soluciones para cada caso nacional.
La contradicción presidencial de, por una parte, reconocer la necesidad del debate social de las drogas y, a los días siguientes expresar una negativa radical a la despenalización es una gran victoria para el movimiento cannábico. Pues al quitarle su carácter polémico, controversial y hasta molesto para muchos al tema de las drogas mucha gente podrá hablar de estas, pero para nosotros la despenalización de las drogas sigue teniendo todo su potencial crítico y propositivo ante el fracaso de la política militar del actual gobierno.
El avance de la causa de la marihuana va conquistando una mayor tolerancia social, y para tener un impacto más sólido en los próximos años se requiere aumentar la producción de conocimiento cannábico, hacer la reescritura de la historia desde la perspectiva de las drogas, recuperar toda la historia cultural de la marihuana en México desde hace 500 años, difundir el capital cultural cannábico que representan toda una galería de iconos de la cultura popular y de la República de las Letras que han consumido cánnabis y no fueron ni son tachados ni de viciosos ni de criminales. Sino todo lo contrario fueron personas creativas, productivas.
Los partidarios, aliados y simpatizantes del orgullo cannábico reconocen que la práctica psicoactiva como relación social produce una gama de identidades psicoactivas entre los consumidores de drogas, que es necesario re-conceptualizarla identidad cannábica, y promover y defender los derechos culturales cannábicos para crear una visibilización digna de los consumidores de cannabis y que se revalorice la identidad deteriorada y manipulada desde hace un siglo, del marihuano como anti-social, como sujeto peligroso por ser un potencial monstruo que desestabiliza el orden social. Ahora los consumidores de drogas son ya son sujetos sociales con derechos culturales cannábicos.
La despenalización de las drogas tiene que seguir el camino de la propuesta preventiva en salud y en la educación. Si se descalifica la despenalización es porque el Estado mexicano tiene muchos déficits que resolver: como la falta de preparación de todas las policías, la carencia de recursos, la lentitud del mundo legal, de la política y de la cultura criminal actual para asimilar la reforma legal que se busca lograr y consensuar la despenalización de las drogas.
No hay libertad política sino no hay libertad psicoactiva.
La despenalización de las drogas no sólo es deseable sino que vale la pena esforzarse por conseguirla.
sábado, 21 de agosto de 2010
UNA GUERRA INÚTIL Y CONTRAPRODUCENTE: CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS
1
Gustavo Ortiz Millán*
* Doctor en filosofía por la Universidad de Columbia. Investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, investigador visitante de la Universidad de California en Berkeley y miembro de El Colegio de Bioética. Recientemente publicó La moralidad del aborto (Siglo XXI, México, 2009).
1. Una guerra perdida y contraproducente
Cada vez más gente en México piensa que la llamada “guerra contra las drogas” es una guerra perdida, de que es y será siempre inútil; al mismo tiempo mucha gente está llegando a la conclusión de que una manera de acabar con la violencia que ha generado el narcotráfico es a través de la despenalización del consumo de drogas. Eso es difícil de saber. Sin embargo, desde el gobierno escuchamos lo contrario: Felipe Calderón, en diciembre de 2006, declaró la guerra a las drogas y su retórica se ha radicalizado, a pesar de que la realidad nos muestra que la violencia generada por esta guerra es mucho peor que nunca antes. A pesar de la retórica gubernamental, esta estrategia no ha tenido éxito en el pasado ni lo tendrá, básicamente porque crea muchos de los problemas que dice tratar de solucionar. En otras palabras, la guerra contra las drogas no sólo es inútil, sino que también es contraproducente: las consecuencias negativas de la prohibición y de la guerra contra las drogas son mucho más perjudiciales para la sociedad de las que podría tener la despenalización. De hecho, mientras más tiempo se prologue esta guerra, peores serán las consecuencias. Todo esto, claro, requiere datos y argumentos.
2. Un poco de historia
Hoy en día se nos dice que existen razones de salud pública, de seguridad y de moralidad para prohibir las drogas. Sin embargo, vale la pena analizar brevemente de dónde salieron estos argumentos que hoy parecen convencer a sociedades enteras.
El prohibicionismo es la posición en la que el Estado prohíbe parcial o totalmente la producción, tráfico, tenencia y consumo de drogas y los penaliza. El prohibicionismo es un fenómeno reciente en la historia de las drogas: durante literalmente miles de años, las drogas han estado disponibles para su consumo en distintas culturas, sin que, en general, éstas hayan considerado que era necesario prohibirlas y penalizar a quienes las produjeran o las consumieran. El prohibicionismo que conocemos hoy en día surge a fines del siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos, en voz de políticos puritanos que exigen la penalización de cualquier uso “no médico” de las drogas. Este puritanismo, a su vez, fue una reacción xenófoba ante la ola de migraciones que se dieron en Estados Unidos en el último tercio del siglo XIX: así, se culpaba al opio por la “conducta inmoral” de los chinos, a la cocaína por los ultrajes sexuales de los negros, y al alcohol por los excesos de los irlandeses. Así, se prohibió la cocaína, la heroína y drogas relacionadas en 1914. La marihuana se prohibió en 1937 luego de la inmigración de mexicanos poco antes de la Gran Depresión.1 De este modo, este puritanismo xenófobo terminó satanizando el uso de cualquier droga y abogando por su penalización. Por otro lado, la Asociación Farmacéutica y la Asociación Médica Americana vieron la oportunidad de aliarse con el puritanismo para obtener el control del mercado de las drogas. Desde entonces, las grandes compañías farmacéuticas han abogado por el prohibicionismo, dado que es mucho más conveniente para ellas tener el mayor control posible del mercado, que no se consigue si las drogas están disponibles para su libre acceso, que es lo que sucedía antes de la prohibición, que se cristaliza con la llamada Ley Seca, de 1919 a 1933. No es casual que las grandes compañías farmacéuticas —que habían sido fundadas a fines del siglo XIX o principios del XX— tuvieran un periodo de auge tras la prohibición. Fue a partir de entonces que el Estado empezó a penalizar la producción y el consumo de drogas. Pero a pesar de que el prohibicionismo tiene su origen históricamente en una posición puritana y en los intereses económicos de las grandes farmacéuticas, nada de esto podía servir para justificar teóricamente la prohibición. Eran necesarios los argumentos de que las drogas son un problema de salud pública, de que generan conductas antisociales y pérdida de autonomía, para justificar el uso de la maquinaria del Estado para prohibir que un individuo adulto y autónomo consuma drogas o se haga adicto a ellas —que, por cierto, son cosas muy diferentes—. Sin embargo, hay que notar que antes de la Prohibición esos argumentos nunca se usaron para prohibirlas. Aunque esto es algo que no argumentaré aquí,2 creo que los argumentos que usa el prohibicionista no son tan sólidos como parecen y que más que el uso, o incluso el abuso, de las drogas, ha sido la prohibición la que ha tenido consecuencias indirectas en la salud pública y en la generación de conductas antisociales. Las consecuencias que tuvo el prohibicionismo de los años 20 son muy ilustrativas para nuestra época. Dado que los consumidores de alcohol pasaron a considerarse como criminales, tuvieron que crearse nuevas prisiones; el alcohol se siguió consumiendo de manera clandestina, pero en vez de consumir el alcohol nacional, que dejó de producirse, el alcohol extranjero se introducía de contrabando a través de México, Canadá o las Bahamas; esto, obviamente socavó el respeto por la ley dado que los bebedores la violaban cotidianamente, y corrompió a miles de funcionarios públicos y policías, que se hacían cómplices de las poderosas mafias italianas y judías que surgían. Esos fueron algunos de los efectos de la prohibición, pero la disminución del consumo de alcohol fue mínima. En 1933, el gobierno decidió levantar la Ley Seca, pero tengo la impresión de que las razones para hacerlo no fueron lo inútil y lo contraproducente de la prohibición, sino la presión de las compañías productoras de alcohol. Sin embargo, la prohibición a otras drogas recreativas continuó; tal vez porque los productores de opio o marihuana no podían ejercer la influencia que ejercieron los productores de alcohol. Las mafias que ya se habían creado se enfocaron entonces al mercado de estas drogas. Con la prohibición a las drogas los Estados contemporáneos están cometiendo los mismos errores que se cometieron con el alcohol, pero los efectos se han multiplicado y de esto quiero hacer un recuento aquí. Tras este recuento, espero haber justificado mi hipótesis de que mientras más tiempo se mantenga la prohibición, peores serán los efectos.
3. Una guerra inútil
Empecemos por donde mucha gente que critica la guerra contra las drogas empieza: con consideraciones económicas. México gastó alrededor de 6,400 millones de dólares (alrededor de 90 millones de pesos) entre 2007 y 2008 en su guerra contra las drogas3 (a estos deberíamos añadirle los 1,400 millones de dólares de la Iniciativa Mérida, que Estados Unidos desembolsará a partir de 2010). Los miles de millones que México gasta anualmente en esta guerra están siendo despilfarrados: a pesar de los miles de narcotraficantes arrestados cada año (por ejemplo, de 2006 a 2008 fueron detenidos 33,280 narcotraficantes), de las miles de armas de todos tipos que son confiscadas (sólo un 1.35% en valor monetario de lo que constituye el negocio del narcotráfico en México) y de la cantidad de droga incautada por el gobierno federal (un 4.65%),4 las drogas a disposición de los consumidores no han disminuido. Prueba de ello es que el precio de la droga en las calles se ha mantenido e incluso en muchos casos ha bajado (por ejemplo, el precio del gramo de cocaína a nivel mundial ha pasado de $70 dólares por gramo en 1990 a $30 en 2006); esto sólo quiere decir que en lugar de haber disminuido la oferta, ésta se ha incrementado. Todo esto también quiere decir que a pesar de los esfuerzos de la justicia penal, de la lucha del ejército, de la AFI y de la policía judicial federal para detener el tráfico de drogas, estos han tenido poco efecto en el precio, la disponibilidad y el consumo de drogas. El presupuesto que destina el gobierno federal al combate al narcotráfico está siendo desperdiciado en la aplicación de las leyes contra las drogas. Lo peor del caso es que el presupuesto destinado a esta guerra tiende siempre a incrementarse. Cuando aumenta el consumo de drogas, el gobierno aumenta el presupuesto para luchar contra la amenaza creciente; si el consumo disminuye, se argumenta que sería erróneo bajar los esfuerzos cuando las cosas van mejorando. Sea cual sea el escenario, el gasto estatal se mantiene o se incrementa, pero nunca disminuye. El análisis económico a favor de la despenalización de las drogas suele decirnos, no sólo que todo el dinero que se gasta en esa guerra está siendo desperdiciado, sino que la despenalización traería como consecuencia que la industria de las drogas, que ahora está en la informalidad y en la ilegalidad, ingresara al sector formal y le permitiera al Estado recaudar mucho dinero en impuestos.
Más allá de que se esté tirando el dinero destinado a la lucha contra el narcotráfico, esta guerra es inútil y no hay forma de ganarla porque, por más que se encarcele a los narcotraficantes y se les incauten armas y droga, el negocio es tan redituable, que nuevos narcotraficantes siempre cubrirán los lugares que han dejado los que han sido arrestados. Como ha afirmado el narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada recientemente, en una entrevista con Julio Scherer: “En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí.”5 Eso es algo que todos sabemos: que si se detiene a los capos actuales de los principales cárteles, otros nuevos vendrán a cubrir sus lugares (por ejemplo, tras el encarcelamiento de Miguel Ángel Félix Gallardo en 1989, sus sobrinos, los hermanos Arellano Félix, tomaron el mando de una parte del cártel; a su vez, tras su arresto, ellos fueron sustituidos por su sobrino Luis Fernando Sánchez Arellano). También sabemos que si, por ejemplo, se descabezara al cártel de Sinaloa (que lideran El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada), entonces es probable que sólo se esté beneficiando al cártel de Juárez, a los Beltrán Leyva y a los Zetas, todos ellos sus acérrimos rivales.6 Pero más que los grandes capos, es a nivel de la distribución y de la intermediación entre los cárteles y los consumidores finales donde los narcotraficantes son más que sustituibles. Como nos dice la especialista en temas de drogas, la psicóloga María Elena Medina-Mora:
Cuando se habla de distribución de drogas se piensa en narcotráfico y crimen organizado; sin embargo el mercado más importante ocurre en las calles a través de redes de individuos fácilmente sustituibles, organizaciones pequeñas que operan en forma descentralizada y que colocan una amplia red de intermediarios entre el individuo y el vendedor; es en este escenario en donde nuestros jóvenes tienen acceso a las drogas. Por ello, detener a un gran número de distribuidores no tiene efectos si no se reduce simultáneamente la demanda a través de programas de tratamiento y prevención.7
Son esos narcomenudistas los que son más fácilmente detectables, a los que se suele arrestar y los que son más fácilmente sustituibles. También son ellos los que están encargados de fomentar el consumo entre los jóvenes, o sea, son los encargados de ampliar el mercado y conseguir nuevos clientes. Como se ha afirmado repetidamente, la penalización crea a los narcotraficantes, y los narcotraficantes crean a los adictos (son muchos adictos arruinados quienes actúan como incitadores de consumo para los traficantes, y muchas veces son recompensados con regalos de droga o con créditos sobre la mercancía). Si es cierto que la penalización crea a los narcotraficantes y éstos a los adictos, entonces, como he afirmado, mientras más tiempo continúe la penalización, más adictos se habrán creado.
La cuestión de por qué los narcotraficantes se reproducen rápidamente y de por qué son tan fácilmente sustituibles tiene que ver con que en un contexto de pobreza y de falta de oportunidades, la producción ilícita de drogas y el narcotráfico encuentran un campo muy propicio de desarrollo. Aun cuando las ganancias suelen ser muy desiguales en los distintos momentos de la cadena de producción y distribución de drogas, y aun cuando la corrupción merme muchísimo sus ganancias y llegue en ocasiones a generar pérdidas, incluso quienes menos ganan suelen ganar más, por ejemplo, reemplazando cultivos de productos agrícolas mal pagados por cultivos de drogas, o vendiendo drogas en la calle que vendiendo otros productos en el mercado informal o que en un empleo formal con sueldo mínimo. No es casual que se haya trazado una correlación negativa entre la producción ilícita de drogas y el desarrollo económico de un país.8 Si un país no le ofrece oportunidades de desarrollo económico a sus habitantes, muchos de ellos se verán obligados (aunque en muchos casos literalmente obligados por los narcotraficantes) a buscarlas en el negocio de las drogas. En México, donde cada vez más gente ve limitadas sus oportunidades de desarrollo económico, es natural que muchos estén dispuestos a aceptar tomar los riesgos que presenta el narcotráfico. Pero no sólo la pobreza y la desigualdad económica, sino también la escasez de recursos vitales, los conflictos, la degradación del medio ambiente están creando condiciones en las que los miembros más vulnerables de la sociedad suelen ser los más golpeados. Todos estos factores han llevado a mucha gente a optar por el camino de la producción o la distribución de droga. Si todo esto es cierto, entonces en el futuro veremos cómo se acrecienta este fenómeno.
Por otro lado, los esfuerzos de controlar la producción parecen también estar condenados al fracaso, por lo que se ha llamado el efecto “aprieta aquí y se hincha allá”: cuando se destruye el suministro de drogas en un lugar, éste reaparece en otro lado.9 Cuando se mina el poder de un cártel, entonces se beneficia a otro; cuando se erradica la producción de una droga, entonces aparece una nueva.
Hasta aquí he argumentado que la guerra contra las drogas es inútil y es una guerra perdida, porque no hay forma de ganarla, básicamente porque aunque se siga encarcelando a los narcotraficantes y a quienes producen las drogas, siempre habrá gente dispuesta a cubrir los puestos vacantes. Mientras no se mejoren las condiciones económicas del país, entonces se seguirá viendo en el narcotráfico un incentivo para salir adelante.
4. Una guerra contraproducente
Ahora, una cosa es que la guerra sea inútil y otra que sea contraproducente. Se dice de algo que es contraproducente cuando tiene efectos opuestos a la intención con que se ejecuta. Quiero hacer un breve recuento de algunos de los males que la penalización y la guerra contra las drogas generan, muchos de ellos son mayores que los que causa el uso mismo de las drogas.
a) La guerra contra las drogas genera cada día más violencia
Muere más gente por violencia relacionada con el narcotráfico que por conducta antisocial relacionada con el consumo de drogas, para lo cual no hay datos, ya que éste es un fenómeno clandestino e ilegal. Supongo que debe ser un número muy menor, dado que la droga de mayor consumo en nuestro país es la marihuana, que es una droga que más que incitar a conducta antisocial, apacigua. (Obviamente, sobra decir que muere más gente por violencia relacionada con el narcotráfico que por el consumo de drogas, pero de nuevo, no existen datos precisos.)
De lo que sí tenemos datos es de ejecuciones atribuidas al narcotráfico: en 2008, hubo 4,281 muertos en todo el país (incluyendo hombres, mujeres y niños) relacionadas con el narcotráfico, mientras que en 2007, que fue de 2,794.10 Se calcula en casi 22 mil 700 las muertes que ha ocasionado la guerra contra las drogas en la administración de Calderón.11 (Quienes favorecen un análisis económico de la despenalización añadirán que el horror y lo sanguinario con que las cifras de ejecutados se anuncian diariamente amenazan las inversiones y el turismo.12) Dado que los cárteles de la droga se manejan en la ilegalidad, y dada la gran competencia que existe entre ellos para ganar el mercado, y que no tienen recursos legales para hacer cumplir sus contratos y solucionar sus diferencias, entonces se ven obligados a recurrir al uso de violencia. Esto muy probablemente no lo harían si se tratara de negocios legítimos que se manejaran en el marco de la ley. Muchos teóricos, pero también muchos ciudadanos que sufren diariamente la violencia generada por el narcotráfico, sostienen que la despenalización pondría fin a la violencia del narco. Es difícil saber exactamente qué sucedería con la despenalización, pero lo que sí sabemos es lo que está sucediendo con la prohibición y con la guerra a las drogas. Ahora, a la violencia generada por la competencia entre cárteles de narcotraficantes hay que añadir la violencia que genera el Estado en su guerra contra los narcos. Una opinión muy extendida es que el número de muertos en esta administración ha aumentado porque el gobierno ha tomado una política mucho más agresiva en contra de los narcotraficantes (que ha incluido extradiciones sin justificación judicial y el uso del ejército en el combate a las drogas, entre otras estrategias), generando así reacomodos de poder y de zonas de influencia, ajustes de cuentas que han llevado a más competencia y han disparado más violencia interna entre cárteles. Si esto es así, entonces mientras más combata el gobierno a los narcotraficantes, más violencia interna y más inseguridad se generará.
Por otro lado, las limitaciones que ha impuesto el gobierno al tráfico de drogas han obligado a los narcotraficantes a diversificar sus actividades, de modo que ahora abarcan 25 figuras delictivas, como secuestro, tráfico de personas, piratería, extorsiones, entre otras muchas.13 Esto sólo ha tenido como consecuencia que los cárteles sean más violentos, dado que el mercado es cada vez más competido.
b) La guerra contra las drogas genera más corrupción
Las ganancias gigantescas que produce el narcotráfico, así como el hecho de que éste se mantenga en la ilegalidad, han hecho casi inevitable la corrupción en la policía, el ejército, el poder judicial, en muchos funcionarios públicos, pero también entre los empresarios.
Informes de inteligencia civiles y militares estiman que alrededor de 62% de los agentes policíacos del país (ya sean de corporaciones estatales, ministeriales, municipales o federales), han sido controlados por el narcotráfico, y las sumas que reciben mensualmente van de los 5 mil hasta 70 mil pesos, cantidad que depende del rango, el desempeño, el sector o la zona en que cada uno labora.14 Es difícil sucumbir a la corrupción cuando se ofrecen enormes sumas de dinero, mientras por otro lado la alternativa es arriesgar la vida en esfuerzos ineficaces por parar algo que a muchos parece imparable.
Ahora, si se limpian los cuerpos policíacos, esto también puede resultar contraproducente, ya que, dado el conocimiento que los policías suelen tener del negocio del tráfico de drogas, y en muchas ocasiones, sus vinculaciones con traficantes, es relativamente sencillo para ellos pasarse al bando que antes supuestamente combatían. El ejército no se ha mantenido al margen: se calcula en un 11.2 el promedio de deserción del ejército en 2007;15 no es irreal pensar que un buen porcentaje de esta gente está pasando al bando del narcotráfico (de hecho, los zetas y los kaibiles son ejemplos de este fenómeno). Sin embargo, otra vez no es posible contar con información precisa sobre este fenómeno. La corrupción, como todos sabemos, no sólo se limita a los cuerpos policíacos, sino también a los funcionarios públicos e incluso al poder judicial. El poder corruptor del narcotráfico ha llegado hasta la compra de presidentes municipales, como parecen mostrarlo las recientes detenciones de alcaldes y funcionarios de seguridad en Michoacán, pero incluso de gobernadores (recuérdese el célebre caso de Mario Villanueva en Quintana Roo) y también de jueces.
Finalmente, el narcotráfico se ha infiltrado de tal modo en la sociedad que ha pactado con muchos empresarios en operaciones de lavado de dinero o de venta de seguridad, entre otras actividades. Cada día son más los empresarios que están bajo sospecha de vínculos con el narcotráfico. Se sospecha cada vez más que algunos bancos, protegiéndose bajo el secreto bancario, sólo encubren delitos como el tráfico de drogas, armas o el lavado de dinero.
c) Prisiones más congestionadas y “narcotización del sistema judicial”
Se habla de 150 a 300 mil personas involucradas con el narcotráfico: ya sea en la producción o en la distribución de drogas. Según información de la Procuraduría General de la República, durante los seis años del gobierno de Vicente Fox se logró la captura de 64 mil personas involucradas en el narcotráfico, crimen y delincuencia organizada, de los 7 cárteles que operan en México.16 Por otro lado, la capacidad total del sistema penitenciario en México es de 217,457 internos (51,181 de los cuales son presos del fuero federal), que ya desde hace tiempo ha sido rebasada en 51,710 internos.17 Esto nos lleva a pensar en un colapso del sistema penitenciario en México. Ahora, en 2007, de los 31,264 delincuentes sentenciados del fuero federal, 15,339 estaban relacionados con materias de narcóticos y 10,695 con uso de armas de fuego (un delito estrechamente vinculado al anterior). Esto querría decir que el 83.2% de los procesos judiciales del fuero federal que se llevan a cabo en México tienen que ver con el narcotráfico (esto es 15% más con respecto a 2002). A esto lo podemos llamar la “narcotización del sistema judicial mexicano”.18 Los tribunales federales se han convertido en tribunales de drogas. Esto ha hecho que los procesos no relacionados con drogas se demoren más. En resumen, la guerra contra las drogas hace más ineficientes a nuestros tribunales federales y también puede llevar al colapso a nuestro sistema penitenciario.
d) Se lesionan libertades civiles
En el nombre de la guerra contra las drogas se lesionan libertades y derechos civiles, así por ejemplo lo ha hecho recientemente Felipe Calderón al pasar iniciativas de ley en las que implícitamente se nos pide que aceptemos ciertos perjuicios en nuestras garantías constitucionales y en que tengamos una confianza ciega en los cuerpos represivos del Estado, a los que cada día se les dota de más poder y de mayor discrecionalidad.
Algunas estrategias del gobierno han consistido en grabar conversaciones, en avalar el arraigo penal y la extinción de dominio. La nueva Ley contra el Narcomenudeo, aprobada por la Cámara de Senadores en abril pasado, hace más fácil que la policía pueda interrogar y detener “posibles sospechosos” (posibilitando también la criminalización de la disidencia política). Al involucrar al ejército en la lucha contra las drogas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos recibió, entre diciembre de 2006 y junio de 2008, más de mil 600 quejas contra el Ejército por privación arbitraria de la vida, violaciones sexuales, tratos crueles y tortura, detenciones arbitrarias, robo, amenazas e intimidación. Estas violaciones a los derechos humanos se han sextuplicado en lo que va del sexenio como resultado de los operativos antinarco del gobierno de Calderón.19 En muchas ciudades del país ha habido declaratorias tácitas de ley marcial, sobre todo en los barrios más pobres. Esto sucede en ciudades como Reynosa, Ciudad Juárez y Tijuana, entre otras.
La guerra contra las drogas también limita la libertad de expresión, dado que el gobierno no cumple con un mínimo de protección a periodistas. Según la Federación Internacional de Periodistas, México es el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo a nivel mundial, sólo después de Irak, donde el número de periodistas asesinados ha bajado recientemente, mientras que en nuestro país se ha incrementado.20 e) La guerra contra las drogas genera más consumo
Todos los argumentos que he mencionado antes se caerían y no tendrían ningún valor si el argumento más fuerte a favor de la penalización se mantuviera, es decir, que la guerra contra las drogas efectivamente cumple su propósito: evitar que la droga llegue a la población y que se disminuya el número de consumidores y de adictos. Pero hay serias objeciones contra este argumento. Esta guerra es contraproducente precisamente porque tiene efectos opuestos a la intención con que se ejecuta. Si la intención es la de disminuir el consumo de drogas (“Que la droga no llegue a tus hijos”, es uno de los lemas de esta guerra), el combate al narcotráfico parece haber generado el efecto contrario: se consume cada vez más droga en México. Según datos de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, de 2002 a 2008 el número de personas (incluyendo niños y jóvenes) que probaron alguna droga se incrementó en un millón, subió de 3.5 millones en 2002, a 4.5 millones en 2008, es decir, 28.9% más de lo que hubo en 2002. Por otro lado, el número de adictos pasó de 307 mil a 465 mil casos registrados. Entre 2002 y 2008, el uso de drogas en la población en general de 12 a 65 años registró un crecimiento menor, al pasar de 5.03 a 6% para cualquier sustancia, y del 4.6 a 5.5% en el caso de las ilegales.21 Según datos de la misma encuesta, el gobierno destina a las campañas de prevención de adicciones sólo el 5% de lo que destina a la guerra contra el narcotráfico. El gobierno parece estar errando la dirección en la lucha contra las drogas al no prestar más atención a campañas de prevención, pero también de rehabilitación. Se debe dar prioridad al tratamiento, antes que a la penalización de los consumidores o incluso a la detención de distribuidores. Antes cité a María Elena Medina-Mora, para quien “detener a un gran número de distribuidores no tiene efectos si no se reduce simultáneamente la demanda a través de programas de tratamiento y prevención”.
Se pueden invocar muchos más efectos negativos que tiene la guerra contra las drogas (como que la prohibición incrementa el precio de las drogas; hace lo prohibido más apetitoso; empuja a los narcotraficantes a incrementar la variedad de drogas, creando así más drogas de diseño; mina el poder del Estado, llevándolo a aparecer como un “Estado fallido”, etc.); sólo he querido resaltar algunos de los efectos más significativos que justifican la afirmación de que la guerra contra las drogas es una guerra inútil y contraproducente. En buena medida, Felipe Calderón ha construido su popularidad y legitimado su gestión llamando a luchar en la “guerra contra las drogas” (aunque esta popularidad va cada vez más en descenso). Parece que Calderón no se ha dado cuenta de que cada vez son más los expertos que afirman que los costos de esta guerra son insostenibles, que esta guerra es y será siempre un fracaso y que es necesario instrumentar una política diferente. En mayo de 2009, Gil Kerilkowske, el zar antidrogas del gobierno de Barack Obama, declaró nulo el concepto de “guerra contra las drogas” dentro de Estados Unidos —aunque el financiamiento a la guerra contra las drogas en México, Centroamérica y Colombia sigue vigente—. Kerilkowske afirmó: “No importa cómo intente uno explicarle a la gente si es „una guerra contra la droga‟ o „una guerra contra un producto‟, la gente lo ve como una guerra contra ellos. No estamos en guerra contra la gente en este país”.22 Hay razón en esto: si vemos los efectos negativos que ha tenido esta guerra como efectos perjudiciales para la sociedad, la guerra contra las drogas ha terminado siendo una guerra contra la sociedad misma. Por ello sostengo que mientras más dure esta guerra, peores serán los efectos para la sociedad.
Se tiene que instrumentar una política diferente: tal vez una que empiece por despenalizar la posesión y el consumo de ciertas drogas, como la mariguana, que según se nos dice son “poco adictivas” e incluso pueden tener usos medicinales benéficos. Esto ya ha sido propuesto en la Asamblea Legislativa del DF en octubre de 2008 —misma propuesta que cada día gana más adeptos en distintos estados de la Unión Americana, como en California, donde próximamente se votará una propuesta para despenalizar el uso de la mariguana23—. También necesitamos que el Estado canalice muchos más esfuerzos en campañas de prevención y en tratamientos de rehabilitación de lo que lo ha hecho hasta ahora. Pero sobre todo, hay que instrumentar una política diferente que reconozca algo que no he podido desarrollar aquí: que los adultos son seres autónomos que pueden tomar sus propias decisiones en cuanto al consumo de drogas. Eso se reconoce en el consumo del alcohol y del tabaco, y sin embargo, son drogas cuyo consumo genera más problemas de salud pública y mata a mucha más gente todos los días de lo que lo hacen las llamadas drogas recreativas. Si el alcohol y el tabaco son drogas más dañinas y están permitidas y el derecho a su consumo reconocido, entonces ¿qué justificación puede dar el Estado para no reconocer ese derecho en el caso de las drogas recreativas? No reconocer este hecho, me parece, es una gran incoherencia por parte del Estado; una incoherencia que tiene como consecuencia una guerra inútil y contraproducente.
1 Antonio Escohotado, Historia elemental de las drogas, Anagrama, Barcelona, 1996, p. 100.
2 Esto es algo que ha argumentado, entre otros, Paul Smith, “Drugs, Morality and the Law”, Journal of Applied Philosophy, Vol. 19, No. 3 (2002), pp. 233-244.
3 “México advierte que la crisis dificulta la batalla contra el narcotráfico”, ABC, 1 de marzo de 2009, http://www.abc.es/20090401/internacional-iberoamerica/mexico-advierte-crisis-dificulta-200904010105.html
4 Sergio Aguayo, Almanaque 2009. México, todo en cifras, Aguilar, México, 2009, p. 204.
5 Julio Scherer, “Proceso en la guarida de „El Mayo‟ Zambada”, Proceso 1744, 3 de abril de 2010. 6 Véase Ricardo Ravelo, “La consolidación”, Proceso, ed. esp. 24, mayo de 2009. El eventual desmembramiento de los cárteles puede tener otra consecuencia negativa y es que éstos se pulvericen en pequeñas organizaciones que sean más difíciles de controlar. En Colombia, los cárteles de Medellín y de Cali fueron desmembrados y ahora hay más de 200 pequeñas organizaciones dedicadas al tráfico de cocaína, que actúan de modo más sigiloso, con menos violencia, pero más efectivamente en el tráfico de drogas. Cfr. Ricardo Ravelo, Herencia maldita. El reto de Calderón y el nuevo mapa del narcotráfico, De Bolsillo, México, 2008. 7 María Elena Medina-Mora, “Drogas y sociedad”, discurso de ingreso a El Colegio Nacional, 2006.
8 Cfr. Informe Anual 2008 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU, http://www.incb.org/incb/es/index.html 9 Douglas Husak, Drogas y derechos, Fondo de Cultura Económica, México, 2001, p. 89.
10 Aguayo, op. cit., p. 204.
11 “Calderón: seguirá el plan anticrimen, aunque haya más violencia”, La Jornada, 14 de mayo de 2010, p. 9. Véase también “Cosecha de sangre”, Proceso, edición especial no. 28, abril de 2010.
12 Véase, por ejemplo, “Amenaza violencia inversión en México: Carlos Pascual”, El Universal, 20 de abril de 2010.
13 Estas actividades se han incrementado en lo que va de la administración de Felipe Calderón. Véase Guido Peña, “Subieron 90% los secuestros con Calderón”, Milenio, 18 de abril de 2010. Con Vicente Fox, había 432 secuestros denunciados al año, con Felipe Calderón, 818. En 2009 también se incrementaron los homicidios en un 11.5%.
14 Gustavo Castillo García, “Controla el narco a 62% de los policías del país, dice informe”, La Jornada, 1 de febrero de 2009.
15 Cfr. Aguayo, op. cit., p. 205.
16 Juan Montaño, “Caen en cinco años de Gobierno de Fox, más de 64 mil personas involucradas en el narcotráfico, crimen y delincuencia organizada”, Coahuila en línea, http://fox.presidencia.gob.mx/buenasnoticias/?contenido=24179&pagina=107
17 Aguayo, op. cit., pp. 178-179.
18 En el universo total de los delitos sentenciados, es decir, del fuero común y del federal juntos, los delitos relacionados al narcotráfico constituyen casi el 14%. Cfr. Estadísticas judiciales en materia penal de los Estados Unidos Mexicanos, INEGI, México, 2007, p. 339.
19 Cfr. Jesús Carrasco, “Condena internacional”, Proceso 1706, 12 de julio de 2009.
20 “Crece muerte de periodistas en México, baja a nivel mundial”, El semanario, 4 de febrero de 2009, http://www.elsemanario.com.mx/news/news_display.php?story_id=15360.
21 Consejo Nacional contra las Adicciones, http://www.conadic.salud.gob.mx/pdfs/ena08/ENA08_NACIONAL.pdf.
22 David Brooks, “Washington elimina el concepto de „guerra contra las drogas‟”, La Jornada, 15 de mayo de 2009.
23 Wyatt Buchanan, “State‟s voters to decide on legalizing pot”, The San Francisco Chronicle, 25 de marzo de 2010.
Gustavo Ortiz Millán*
* Doctor en filosofía por la Universidad de Columbia. Investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, investigador visitante de la Universidad de California en Berkeley y miembro de El Colegio de Bioética. Recientemente publicó La moralidad del aborto (Siglo XXI, México, 2009).
1. Una guerra perdida y contraproducente
Cada vez más gente en México piensa que la llamada “guerra contra las drogas” es una guerra perdida, de que es y será siempre inútil; al mismo tiempo mucha gente está llegando a la conclusión de que una manera de acabar con la violencia que ha generado el narcotráfico es a través de la despenalización del consumo de drogas. Eso es difícil de saber. Sin embargo, desde el gobierno escuchamos lo contrario: Felipe Calderón, en diciembre de 2006, declaró la guerra a las drogas y su retórica se ha radicalizado, a pesar de que la realidad nos muestra que la violencia generada por esta guerra es mucho peor que nunca antes. A pesar de la retórica gubernamental, esta estrategia no ha tenido éxito en el pasado ni lo tendrá, básicamente porque crea muchos de los problemas que dice tratar de solucionar. En otras palabras, la guerra contra las drogas no sólo es inútil, sino que también es contraproducente: las consecuencias negativas de la prohibición y de la guerra contra las drogas son mucho más perjudiciales para la sociedad de las que podría tener la despenalización. De hecho, mientras más tiempo se prologue esta guerra, peores serán las consecuencias. Todo esto, claro, requiere datos y argumentos.
2. Un poco de historia
Hoy en día se nos dice que existen razones de salud pública, de seguridad y de moralidad para prohibir las drogas. Sin embargo, vale la pena analizar brevemente de dónde salieron estos argumentos que hoy parecen convencer a sociedades enteras.
El prohibicionismo es la posición en la que el Estado prohíbe parcial o totalmente la producción, tráfico, tenencia y consumo de drogas y los penaliza. El prohibicionismo es un fenómeno reciente en la historia de las drogas: durante literalmente miles de años, las drogas han estado disponibles para su consumo en distintas culturas, sin que, en general, éstas hayan considerado que era necesario prohibirlas y penalizar a quienes las produjeran o las consumieran. El prohibicionismo que conocemos hoy en día surge a fines del siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos, en voz de políticos puritanos que exigen la penalización de cualquier uso “no médico” de las drogas. Este puritanismo, a su vez, fue una reacción xenófoba ante la ola de migraciones que se dieron en Estados Unidos en el último tercio del siglo XIX: así, se culpaba al opio por la “conducta inmoral” de los chinos, a la cocaína por los ultrajes sexuales de los negros, y al alcohol por los excesos de los irlandeses. Así, se prohibió la cocaína, la heroína y drogas relacionadas en 1914. La marihuana se prohibió en 1937 luego de la inmigración de mexicanos poco antes de la Gran Depresión.1 De este modo, este puritanismo xenófobo terminó satanizando el uso de cualquier droga y abogando por su penalización. Por otro lado, la Asociación Farmacéutica y la Asociación Médica Americana vieron la oportunidad de aliarse con el puritanismo para obtener el control del mercado de las drogas. Desde entonces, las grandes compañías farmacéuticas han abogado por el prohibicionismo, dado que es mucho más conveniente para ellas tener el mayor control posible del mercado, que no se consigue si las drogas están disponibles para su libre acceso, que es lo que sucedía antes de la prohibición, que se cristaliza con la llamada Ley Seca, de 1919 a 1933. No es casual que las grandes compañías farmacéuticas —que habían sido fundadas a fines del siglo XIX o principios del XX— tuvieran un periodo de auge tras la prohibición. Fue a partir de entonces que el Estado empezó a penalizar la producción y el consumo de drogas. Pero a pesar de que el prohibicionismo tiene su origen históricamente en una posición puritana y en los intereses económicos de las grandes farmacéuticas, nada de esto podía servir para justificar teóricamente la prohibición. Eran necesarios los argumentos de que las drogas son un problema de salud pública, de que generan conductas antisociales y pérdida de autonomía, para justificar el uso de la maquinaria del Estado para prohibir que un individuo adulto y autónomo consuma drogas o se haga adicto a ellas —que, por cierto, son cosas muy diferentes—. Sin embargo, hay que notar que antes de la Prohibición esos argumentos nunca se usaron para prohibirlas. Aunque esto es algo que no argumentaré aquí,2 creo que los argumentos que usa el prohibicionista no son tan sólidos como parecen y que más que el uso, o incluso el abuso, de las drogas, ha sido la prohibición la que ha tenido consecuencias indirectas en la salud pública y en la generación de conductas antisociales. Las consecuencias que tuvo el prohibicionismo de los años 20 son muy ilustrativas para nuestra época. Dado que los consumidores de alcohol pasaron a considerarse como criminales, tuvieron que crearse nuevas prisiones; el alcohol se siguió consumiendo de manera clandestina, pero en vez de consumir el alcohol nacional, que dejó de producirse, el alcohol extranjero se introducía de contrabando a través de México, Canadá o las Bahamas; esto, obviamente socavó el respeto por la ley dado que los bebedores la violaban cotidianamente, y corrompió a miles de funcionarios públicos y policías, que se hacían cómplices de las poderosas mafias italianas y judías que surgían. Esos fueron algunos de los efectos de la prohibición, pero la disminución del consumo de alcohol fue mínima. En 1933, el gobierno decidió levantar la Ley Seca, pero tengo la impresión de que las razones para hacerlo no fueron lo inútil y lo contraproducente de la prohibición, sino la presión de las compañías productoras de alcohol. Sin embargo, la prohibición a otras drogas recreativas continuó; tal vez porque los productores de opio o marihuana no podían ejercer la influencia que ejercieron los productores de alcohol. Las mafias que ya se habían creado se enfocaron entonces al mercado de estas drogas. Con la prohibición a las drogas los Estados contemporáneos están cometiendo los mismos errores que se cometieron con el alcohol, pero los efectos se han multiplicado y de esto quiero hacer un recuento aquí. Tras este recuento, espero haber justificado mi hipótesis de que mientras más tiempo se mantenga la prohibición, peores serán los efectos.
3. Una guerra inútil
Empecemos por donde mucha gente que critica la guerra contra las drogas empieza: con consideraciones económicas. México gastó alrededor de 6,400 millones de dólares (alrededor de 90 millones de pesos) entre 2007 y 2008 en su guerra contra las drogas3 (a estos deberíamos añadirle los 1,400 millones de dólares de la Iniciativa Mérida, que Estados Unidos desembolsará a partir de 2010). Los miles de millones que México gasta anualmente en esta guerra están siendo despilfarrados: a pesar de los miles de narcotraficantes arrestados cada año (por ejemplo, de 2006 a 2008 fueron detenidos 33,280 narcotraficantes), de las miles de armas de todos tipos que son confiscadas (sólo un 1.35% en valor monetario de lo que constituye el negocio del narcotráfico en México) y de la cantidad de droga incautada por el gobierno federal (un 4.65%),4 las drogas a disposición de los consumidores no han disminuido. Prueba de ello es que el precio de la droga en las calles se ha mantenido e incluso en muchos casos ha bajado (por ejemplo, el precio del gramo de cocaína a nivel mundial ha pasado de $70 dólares por gramo en 1990 a $30 en 2006); esto sólo quiere decir que en lugar de haber disminuido la oferta, ésta se ha incrementado. Todo esto también quiere decir que a pesar de los esfuerzos de la justicia penal, de la lucha del ejército, de la AFI y de la policía judicial federal para detener el tráfico de drogas, estos han tenido poco efecto en el precio, la disponibilidad y el consumo de drogas. El presupuesto que destina el gobierno federal al combate al narcotráfico está siendo desperdiciado en la aplicación de las leyes contra las drogas. Lo peor del caso es que el presupuesto destinado a esta guerra tiende siempre a incrementarse. Cuando aumenta el consumo de drogas, el gobierno aumenta el presupuesto para luchar contra la amenaza creciente; si el consumo disminuye, se argumenta que sería erróneo bajar los esfuerzos cuando las cosas van mejorando. Sea cual sea el escenario, el gasto estatal se mantiene o se incrementa, pero nunca disminuye. El análisis económico a favor de la despenalización de las drogas suele decirnos, no sólo que todo el dinero que se gasta en esa guerra está siendo desperdiciado, sino que la despenalización traería como consecuencia que la industria de las drogas, que ahora está en la informalidad y en la ilegalidad, ingresara al sector formal y le permitiera al Estado recaudar mucho dinero en impuestos.
Más allá de que se esté tirando el dinero destinado a la lucha contra el narcotráfico, esta guerra es inútil y no hay forma de ganarla porque, por más que se encarcele a los narcotraficantes y se les incauten armas y droga, el negocio es tan redituable, que nuevos narcotraficantes siempre cubrirán los lugares que han dejado los que han sido arrestados. Como ha afirmado el narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada recientemente, en una entrevista con Julio Scherer: “En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí.”5 Eso es algo que todos sabemos: que si se detiene a los capos actuales de los principales cárteles, otros nuevos vendrán a cubrir sus lugares (por ejemplo, tras el encarcelamiento de Miguel Ángel Félix Gallardo en 1989, sus sobrinos, los hermanos Arellano Félix, tomaron el mando de una parte del cártel; a su vez, tras su arresto, ellos fueron sustituidos por su sobrino Luis Fernando Sánchez Arellano). También sabemos que si, por ejemplo, se descabezara al cártel de Sinaloa (que lideran El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada), entonces es probable que sólo se esté beneficiando al cártel de Juárez, a los Beltrán Leyva y a los Zetas, todos ellos sus acérrimos rivales.6 Pero más que los grandes capos, es a nivel de la distribución y de la intermediación entre los cárteles y los consumidores finales donde los narcotraficantes son más que sustituibles. Como nos dice la especialista en temas de drogas, la psicóloga María Elena Medina-Mora:
Cuando se habla de distribución de drogas se piensa en narcotráfico y crimen organizado; sin embargo el mercado más importante ocurre en las calles a través de redes de individuos fácilmente sustituibles, organizaciones pequeñas que operan en forma descentralizada y que colocan una amplia red de intermediarios entre el individuo y el vendedor; es en este escenario en donde nuestros jóvenes tienen acceso a las drogas. Por ello, detener a un gran número de distribuidores no tiene efectos si no se reduce simultáneamente la demanda a través de programas de tratamiento y prevención.7
Son esos narcomenudistas los que son más fácilmente detectables, a los que se suele arrestar y los que son más fácilmente sustituibles. También son ellos los que están encargados de fomentar el consumo entre los jóvenes, o sea, son los encargados de ampliar el mercado y conseguir nuevos clientes. Como se ha afirmado repetidamente, la penalización crea a los narcotraficantes, y los narcotraficantes crean a los adictos (son muchos adictos arruinados quienes actúan como incitadores de consumo para los traficantes, y muchas veces son recompensados con regalos de droga o con créditos sobre la mercancía). Si es cierto que la penalización crea a los narcotraficantes y éstos a los adictos, entonces, como he afirmado, mientras más tiempo continúe la penalización, más adictos se habrán creado.
La cuestión de por qué los narcotraficantes se reproducen rápidamente y de por qué son tan fácilmente sustituibles tiene que ver con que en un contexto de pobreza y de falta de oportunidades, la producción ilícita de drogas y el narcotráfico encuentran un campo muy propicio de desarrollo. Aun cuando las ganancias suelen ser muy desiguales en los distintos momentos de la cadena de producción y distribución de drogas, y aun cuando la corrupción merme muchísimo sus ganancias y llegue en ocasiones a generar pérdidas, incluso quienes menos ganan suelen ganar más, por ejemplo, reemplazando cultivos de productos agrícolas mal pagados por cultivos de drogas, o vendiendo drogas en la calle que vendiendo otros productos en el mercado informal o que en un empleo formal con sueldo mínimo. No es casual que se haya trazado una correlación negativa entre la producción ilícita de drogas y el desarrollo económico de un país.8 Si un país no le ofrece oportunidades de desarrollo económico a sus habitantes, muchos de ellos se verán obligados (aunque en muchos casos literalmente obligados por los narcotraficantes) a buscarlas en el negocio de las drogas. En México, donde cada vez más gente ve limitadas sus oportunidades de desarrollo económico, es natural que muchos estén dispuestos a aceptar tomar los riesgos que presenta el narcotráfico. Pero no sólo la pobreza y la desigualdad económica, sino también la escasez de recursos vitales, los conflictos, la degradación del medio ambiente están creando condiciones en las que los miembros más vulnerables de la sociedad suelen ser los más golpeados. Todos estos factores han llevado a mucha gente a optar por el camino de la producción o la distribución de droga. Si todo esto es cierto, entonces en el futuro veremos cómo se acrecienta este fenómeno.
Por otro lado, los esfuerzos de controlar la producción parecen también estar condenados al fracaso, por lo que se ha llamado el efecto “aprieta aquí y se hincha allá”: cuando se destruye el suministro de drogas en un lugar, éste reaparece en otro lado.9 Cuando se mina el poder de un cártel, entonces se beneficia a otro; cuando se erradica la producción de una droga, entonces aparece una nueva.
Hasta aquí he argumentado que la guerra contra las drogas es inútil y es una guerra perdida, porque no hay forma de ganarla, básicamente porque aunque se siga encarcelando a los narcotraficantes y a quienes producen las drogas, siempre habrá gente dispuesta a cubrir los puestos vacantes. Mientras no se mejoren las condiciones económicas del país, entonces se seguirá viendo en el narcotráfico un incentivo para salir adelante.
4. Una guerra contraproducente
Ahora, una cosa es que la guerra sea inútil y otra que sea contraproducente. Se dice de algo que es contraproducente cuando tiene efectos opuestos a la intención con que se ejecuta. Quiero hacer un breve recuento de algunos de los males que la penalización y la guerra contra las drogas generan, muchos de ellos son mayores que los que causa el uso mismo de las drogas.
a) La guerra contra las drogas genera cada día más violencia
Muere más gente por violencia relacionada con el narcotráfico que por conducta antisocial relacionada con el consumo de drogas, para lo cual no hay datos, ya que éste es un fenómeno clandestino e ilegal. Supongo que debe ser un número muy menor, dado que la droga de mayor consumo en nuestro país es la marihuana, que es una droga que más que incitar a conducta antisocial, apacigua. (Obviamente, sobra decir que muere más gente por violencia relacionada con el narcotráfico que por el consumo de drogas, pero de nuevo, no existen datos precisos.)
De lo que sí tenemos datos es de ejecuciones atribuidas al narcotráfico: en 2008, hubo 4,281 muertos en todo el país (incluyendo hombres, mujeres y niños) relacionadas con el narcotráfico, mientras que en 2007, que fue de 2,794.10 Se calcula en casi 22 mil 700 las muertes que ha ocasionado la guerra contra las drogas en la administración de Calderón.11 (Quienes favorecen un análisis económico de la despenalización añadirán que el horror y lo sanguinario con que las cifras de ejecutados se anuncian diariamente amenazan las inversiones y el turismo.12) Dado que los cárteles de la droga se manejan en la ilegalidad, y dada la gran competencia que existe entre ellos para ganar el mercado, y que no tienen recursos legales para hacer cumplir sus contratos y solucionar sus diferencias, entonces se ven obligados a recurrir al uso de violencia. Esto muy probablemente no lo harían si se tratara de negocios legítimos que se manejaran en el marco de la ley. Muchos teóricos, pero también muchos ciudadanos que sufren diariamente la violencia generada por el narcotráfico, sostienen que la despenalización pondría fin a la violencia del narco. Es difícil saber exactamente qué sucedería con la despenalización, pero lo que sí sabemos es lo que está sucediendo con la prohibición y con la guerra a las drogas. Ahora, a la violencia generada por la competencia entre cárteles de narcotraficantes hay que añadir la violencia que genera el Estado en su guerra contra los narcos. Una opinión muy extendida es que el número de muertos en esta administración ha aumentado porque el gobierno ha tomado una política mucho más agresiva en contra de los narcotraficantes (que ha incluido extradiciones sin justificación judicial y el uso del ejército en el combate a las drogas, entre otras estrategias), generando así reacomodos de poder y de zonas de influencia, ajustes de cuentas que han llevado a más competencia y han disparado más violencia interna entre cárteles. Si esto es así, entonces mientras más combata el gobierno a los narcotraficantes, más violencia interna y más inseguridad se generará.
Por otro lado, las limitaciones que ha impuesto el gobierno al tráfico de drogas han obligado a los narcotraficantes a diversificar sus actividades, de modo que ahora abarcan 25 figuras delictivas, como secuestro, tráfico de personas, piratería, extorsiones, entre otras muchas.13 Esto sólo ha tenido como consecuencia que los cárteles sean más violentos, dado que el mercado es cada vez más competido.
b) La guerra contra las drogas genera más corrupción
Las ganancias gigantescas que produce el narcotráfico, así como el hecho de que éste se mantenga en la ilegalidad, han hecho casi inevitable la corrupción en la policía, el ejército, el poder judicial, en muchos funcionarios públicos, pero también entre los empresarios.
Informes de inteligencia civiles y militares estiman que alrededor de 62% de los agentes policíacos del país (ya sean de corporaciones estatales, ministeriales, municipales o federales), han sido controlados por el narcotráfico, y las sumas que reciben mensualmente van de los 5 mil hasta 70 mil pesos, cantidad que depende del rango, el desempeño, el sector o la zona en que cada uno labora.14 Es difícil sucumbir a la corrupción cuando se ofrecen enormes sumas de dinero, mientras por otro lado la alternativa es arriesgar la vida en esfuerzos ineficaces por parar algo que a muchos parece imparable.
Ahora, si se limpian los cuerpos policíacos, esto también puede resultar contraproducente, ya que, dado el conocimiento que los policías suelen tener del negocio del tráfico de drogas, y en muchas ocasiones, sus vinculaciones con traficantes, es relativamente sencillo para ellos pasarse al bando que antes supuestamente combatían. El ejército no se ha mantenido al margen: se calcula en un 11.2 el promedio de deserción del ejército en 2007;15 no es irreal pensar que un buen porcentaje de esta gente está pasando al bando del narcotráfico (de hecho, los zetas y los kaibiles son ejemplos de este fenómeno). Sin embargo, otra vez no es posible contar con información precisa sobre este fenómeno. La corrupción, como todos sabemos, no sólo se limita a los cuerpos policíacos, sino también a los funcionarios públicos e incluso al poder judicial. El poder corruptor del narcotráfico ha llegado hasta la compra de presidentes municipales, como parecen mostrarlo las recientes detenciones de alcaldes y funcionarios de seguridad en Michoacán, pero incluso de gobernadores (recuérdese el célebre caso de Mario Villanueva en Quintana Roo) y también de jueces.
Finalmente, el narcotráfico se ha infiltrado de tal modo en la sociedad que ha pactado con muchos empresarios en operaciones de lavado de dinero o de venta de seguridad, entre otras actividades. Cada día son más los empresarios que están bajo sospecha de vínculos con el narcotráfico. Se sospecha cada vez más que algunos bancos, protegiéndose bajo el secreto bancario, sólo encubren delitos como el tráfico de drogas, armas o el lavado de dinero.
c) Prisiones más congestionadas y “narcotización del sistema judicial”
Se habla de 150 a 300 mil personas involucradas con el narcotráfico: ya sea en la producción o en la distribución de drogas. Según información de la Procuraduría General de la República, durante los seis años del gobierno de Vicente Fox se logró la captura de 64 mil personas involucradas en el narcotráfico, crimen y delincuencia organizada, de los 7 cárteles que operan en México.16 Por otro lado, la capacidad total del sistema penitenciario en México es de 217,457 internos (51,181 de los cuales son presos del fuero federal), que ya desde hace tiempo ha sido rebasada en 51,710 internos.17 Esto nos lleva a pensar en un colapso del sistema penitenciario en México. Ahora, en 2007, de los 31,264 delincuentes sentenciados del fuero federal, 15,339 estaban relacionados con materias de narcóticos y 10,695 con uso de armas de fuego (un delito estrechamente vinculado al anterior). Esto querría decir que el 83.2% de los procesos judiciales del fuero federal que se llevan a cabo en México tienen que ver con el narcotráfico (esto es 15% más con respecto a 2002). A esto lo podemos llamar la “narcotización del sistema judicial mexicano”.18 Los tribunales federales se han convertido en tribunales de drogas. Esto ha hecho que los procesos no relacionados con drogas se demoren más. En resumen, la guerra contra las drogas hace más ineficientes a nuestros tribunales federales y también puede llevar al colapso a nuestro sistema penitenciario.
d) Se lesionan libertades civiles
En el nombre de la guerra contra las drogas se lesionan libertades y derechos civiles, así por ejemplo lo ha hecho recientemente Felipe Calderón al pasar iniciativas de ley en las que implícitamente se nos pide que aceptemos ciertos perjuicios en nuestras garantías constitucionales y en que tengamos una confianza ciega en los cuerpos represivos del Estado, a los que cada día se les dota de más poder y de mayor discrecionalidad.
Algunas estrategias del gobierno han consistido en grabar conversaciones, en avalar el arraigo penal y la extinción de dominio. La nueva Ley contra el Narcomenudeo, aprobada por la Cámara de Senadores en abril pasado, hace más fácil que la policía pueda interrogar y detener “posibles sospechosos” (posibilitando también la criminalización de la disidencia política). Al involucrar al ejército en la lucha contra las drogas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos recibió, entre diciembre de 2006 y junio de 2008, más de mil 600 quejas contra el Ejército por privación arbitraria de la vida, violaciones sexuales, tratos crueles y tortura, detenciones arbitrarias, robo, amenazas e intimidación. Estas violaciones a los derechos humanos se han sextuplicado en lo que va del sexenio como resultado de los operativos antinarco del gobierno de Calderón.19 En muchas ciudades del país ha habido declaratorias tácitas de ley marcial, sobre todo en los barrios más pobres. Esto sucede en ciudades como Reynosa, Ciudad Juárez y Tijuana, entre otras.
La guerra contra las drogas también limita la libertad de expresión, dado que el gobierno no cumple con un mínimo de protección a periodistas. Según la Federación Internacional de Periodistas, México es el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo a nivel mundial, sólo después de Irak, donde el número de periodistas asesinados ha bajado recientemente, mientras que en nuestro país se ha incrementado.20 e) La guerra contra las drogas genera más consumo
Todos los argumentos que he mencionado antes se caerían y no tendrían ningún valor si el argumento más fuerte a favor de la penalización se mantuviera, es decir, que la guerra contra las drogas efectivamente cumple su propósito: evitar que la droga llegue a la población y que se disminuya el número de consumidores y de adictos. Pero hay serias objeciones contra este argumento. Esta guerra es contraproducente precisamente porque tiene efectos opuestos a la intención con que se ejecuta. Si la intención es la de disminuir el consumo de drogas (“Que la droga no llegue a tus hijos”, es uno de los lemas de esta guerra), el combate al narcotráfico parece haber generado el efecto contrario: se consume cada vez más droga en México. Según datos de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, de 2002 a 2008 el número de personas (incluyendo niños y jóvenes) que probaron alguna droga se incrementó en un millón, subió de 3.5 millones en 2002, a 4.5 millones en 2008, es decir, 28.9% más de lo que hubo en 2002. Por otro lado, el número de adictos pasó de 307 mil a 465 mil casos registrados. Entre 2002 y 2008, el uso de drogas en la población en general de 12 a 65 años registró un crecimiento menor, al pasar de 5.03 a 6% para cualquier sustancia, y del 4.6 a 5.5% en el caso de las ilegales.21 Según datos de la misma encuesta, el gobierno destina a las campañas de prevención de adicciones sólo el 5% de lo que destina a la guerra contra el narcotráfico. El gobierno parece estar errando la dirección en la lucha contra las drogas al no prestar más atención a campañas de prevención, pero también de rehabilitación. Se debe dar prioridad al tratamiento, antes que a la penalización de los consumidores o incluso a la detención de distribuidores. Antes cité a María Elena Medina-Mora, para quien “detener a un gran número de distribuidores no tiene efectos si no se reduce simultáneamente la demanda a través de programas de tratamiento y prevención”.
Se pueden invocar muchos más efectos negativos que tiene la guerra contra las drogas (como que la prohibición incrementa el precio de las drogas; hace lo prohibido más apetitoso; empuja a los narcotraficantes a incrementar la variedad de drogas, creando así más drogas de diseño; mina el poder del Estado, llevándolo a aparecer como un “Estado fallido”, etc.); sólo he querido resaltar algunos de los efectos más significativos que justifican la afirmación de que la guerra contra las drogas es una guerra inútil y contraproducente. En buena medida, Felipe Calderón ha construido su popularidad y legitimado su gestión llamando a luchar en la “guerra contra las drogas” (aunque esta popularidad va cada vez más en descenso). Parece que Calderón no se ha dado cuenta de que cada vez son más los expertos que afirman que los costos de esta guerra son insostenibles, que esta guerra es y será siempre un fracaso y que es necesario instrumentar una política diferente. En mayo de 2009, Gil Kerilkowske, el zar antidrogas del gobierno de Barack Obama, declaró nulo el concepto de “guerra contra las drogas” dentro de Estados Unidos —aunque el financiamiento a la guerra contra las drogas en México, Centroamérica y Colombia sigue vigente—. Kerilkowske afirmó: “No importa cómo intente uno explicarle a la gente si es „una guerra contra la droga‟ o „una guerra contra un producto‟, la gente lo ve como una guerra contra ellos. No estamos en guerra contra la gente en este país”.22 Hay razón en esto: si vemos los efectos negativos que ha tenido esta guerra como efectos perjudiciales para la sociedad, la guerra contra las drogas ha terminado siendo una guerra contra la sociedad misma. Por ello sostengo que mientras más dure esta guerra, peores serán los efectos para la sociedad.
Se tiene que instrumentar una política diferente: tal vez una que empiece por despenalizar la posesión y el consumo de ciertas drogas, como la mariguana, que según se nos dice son “poco adictivas” e incluso pueden tener usos medicinales benéficos. Esto ya ha sido propuesto en la Asamblea Legislativa del DF en octubre de 2008 —misma propuesta que cada día gana más adeptos en distintos estados de la Unión Americana, como en California, donde próximamente se votará una propuesta para despenalizar el uso de la mariguana23—. También necesitamos que el Estado canalice muchos más esfuerzos en campañas de prevención y en tratamientos de rehabilitación de lo que lo ha hecho hasta ahora. Pero sobre todo, hay que instrumentar una política diferente que reconozca algo que no he podido desarrollar aquí: que los adultos son seres autónomos que pueden tomar sus propias decisiones en cuanto al consumo de drogas. Eso se reconoce en el consumo del alcohol y del tabaco, y sin embargo, son drogas cuyo consumo genera más problemas de salud pública y mata a mucha más gente todos los días de lo que lo hacen las llamadas drogas recreativas. Si el alcohol y el tabaco son drogas más dañinas y están permitidas y el derecho a su consumo reconocido, entonces ¿qué justificación puede dar el Estado para no reconocer ese derecho en el caso de las drogas recreativas? No reconocer este hecho, me parece, es una gran incoherencia por parte del Estado; una incoherencia que tiene como consecuencia una guerra inútil y contraproducente.
1 Antonio Escohotado, Historia elemental de las drogas, Anagrama, Barcelona, 1996, p. 100.
2 Esto es algo que ha argumentado, entre otros, Paul Smith, “Drugs, Morality and the Law”, Journal of Applied Philosophy, Vol. 19, No. 3 (2002), pp. 233-244.
3 “México advierte que la crisis dificulta la batalla contra el narcotráfico”, ABC, 1 de marzo de 2009, http://www.abc.es/20090401/internacional-iberoamerica/mexico-advierte-crisis-dificulta-200904010105.html
4 Sergio Aguayo, Almanaque 2009. México, todo en cifras, Aguilar, México, 2009, p. 204.
5 Julio Scherer, “Proceso en la guarida de „El Mayo‟ Zambada”, Proceso 1744, 3 de abril de 2010. 6 Véase Ricardo Ravelo, “La consolidación”, Proceso, ed. esp. 24, mayo de 2009. El eventual desmembramiento de los cárteles puede tener otra consecuencia negativa y es que éstos se pulvericen en pequeñas organizaciones que sean más difíciles de controlar. En Colombia, los cárteles de Medellín y de Cali fueron desmembrados y ahora hay más de 200 pequeñas organizaciones dedicadas al tráfico de cocaína, que actúan de modo más sigiloso, con menos violencia, pero más efectivamente en el tráfico de drogas. Cfr. Ricardo Ravelo, Herencia maldita. El reto de Calderón y el nuevo mapa del narcotráfico, De Bolsillo, México, 2008. 7 María Elena Medina-Mora, “Drogas y sociedad”, discurso de ingreso a El Colegio Nacional, 2006.
8 Cfr. Informe Anual 2008 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU, http://www.incb.org/incb/es/index.html 9 Douglas Husak, Drogas y derechos, Fondo de Cultura Económica, México, 2001, p. 89.
10 Aguayo, op. cit., p. 204.
11 “Calderón: seguirá el plan anticrimen, aunque haya más violencia”, La Jornada, 14 de mayo de 2010, p. 9. Véase también “Cosecha de sangre”, Proceso, edición especial no. 28, abril de 2010.
12 Véase, por ejemplo, “Amenaza violencia inversión en México: Carlos Pascual”, El Universal, 20 de abril de 2010.
13 Estas actividades se han incrementado en lo que va de la administración de Felipe Calderón. Véase Guido Peña, “Subieron 90% los secuestros con Calderón”, Milenio, 18 de abril de 2010. Con Vicente Fox, había 432 secuestros denunciados al año, con Felipe Calderón, 818. En 2009 también se incrementaron los homicidios en un 11.5%.
14 Gustavo Castillo García, “Controla el narco a 62% de los policías del país, dice informe”, La Jornada, 1 de febrero de 2009.
15 Cfr. Aguayo, op. cit., p. 205.
16 Juan Montaño, “Caen en cinco años de Gobierno de Fox, más de 64 mil personas involucradas en el narcotráfico, crimen y delincuencia organizada”, Coahuila en línea, http://fox.presidencia.gob.mx/buenasnoticias/?contenido=24179&pagina=107
17 Aguayo, op. cit., pp. 178-179.
18 En el universo total de los delitos sentenciados, es decir, del fuero común y del federal juntos, los delitos relacionados al narcotráfico constituyen casi el 14%. Cfr. Estadísticas judiciales en materia penal de los Estados Unidos Mexicanos, INEGI, México, 2007, p. 339.
19 Cfr. Jesús Carrasco, “Condena internacional”, Proceso 1706, 12 de julio de 2009.
20 “Crece muerte de periodistas en México, baja a nivel mundial”, El semanario, 4 de febrero de 2009, http://www.elsemanario.com.mx/news/news_display.php?story_id=15360.
21 Consejo Nacional contra las Adicciones, http://www.conadic.salud.gob.mx/pdfs/ena08/ENA08_NACIONAL.pdf.
22 David Brooks, “Washington elimina el concepto de „guerra contra las drogas‟”, La Jornada, 15 de mayo de 2009.
23 Wyatt Buchanan, “State‟s voters to decide on legalizing pot”, The San Francisco Chronicle, 25 de marzo de 2010.
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