miércoles, 19 de febrero de 2014

LAS PRETERICIONES DE LA DESPENALIZACIÓN EN EL DF

LAS PRETERICIONES DE LA DESPENALIZACIÓN EN EL DF *Propuestas excluyentes de los consumidores. ** Propician que los prohibicionistas difundan más la desinformación. ***Iniciativas para el relumbrón no para progreso social. ***Políticos, periodistas y asesores profesionales siguen encerrados en categorías de poder. Juan Pablo García Vallejo Texcoco a 19 de febrero de 2014.- Como ya se ha vuelto una moda perversa, cada que los políticos presentan un iniciativa de despenalización lo hacen para ganar presencia política, hacer que están interesados en los problemas sociales pero en realidad son pura pantalla. Esta conducta patológica de los políticos podemos caracterizarla como una temporada de pretericiones. La preterición es según el Diccionario de la RAE, la “figura que consiste en aparentar que se quiere omitir o pasar por alto aquello mismo que se dice”. Esto le paso a la triada perredista que quería despenalizar la marihuana para uso recreativo y, por motivos misteriosos, se echaron para atrás. El dirigente de la secta bejaranista fue más clara dijo que esas no eran propuestas del PRD sino de unos cuantos, olvidando por completo como él mismo con sus prácticas corruptas a título personal daño la imagen de todo su instituto político. A estos asambleístas los escuche en muchos noticieros radiofónicos y televisivos pero me parece que no saben nada. Está bien que les preocupe la violencia excesiva causada por el narcotráfico, creo que es solo un pretexto para manipular, mediatizar, una lucha ciudadana que no es suya, la de los consumidores de marihuana. Su primer error es irse por la libre, creer que por los recursos, estructura organizativa y ansias de popularidad mediática ellos representan a los consumidores de María, que fueron excluidos de la formulación de esta iniciativa. Ninguno de los marihuanos, antiguos y cannábico nuevos, estuvo apoyando estas ideas burocráticas afuera del recinto parlamentario, como lo han hecho otras minorías sociales. Y esta es una carencia de todas las iniciativas presentadas hasta ahora, no tienen la presencia colectiva de consumidores, acaso tendrán la participación a título personal de algunos activistas, pero nada más, se necesita del poder del número más que la buena redacción técnica de la propuesta descriminalizadora que será congelada de todas formas por las defectos de tener gobiernos democráticos débiles y divididos. El segundo error, es creer que iba a pasar cuando se sabe que a nivel federal se va a congelar. ¿Sabiendo esto, qué sentido tiene presentar una iniciativa que de antemano nació muerta? El tercer error es que sus argumentos no son sólidos y sólo le hacen el juego para que los prohibicionistas declarados y prohibicionistas camuflados esgriman los tontos argumentos de siempre contra la despenalización. Digo tontos porque sólo tienen consistencia en el papel. Como por ejemplo, que la despenalización viola los tratados internacionales firmados por México en materia de salud y de drogas. Esto es más que ridículo, pues ¿Desde cuándo les duele a los prohibicionistas que México no cumpla sus obligaciones internacionales? Estos olvidan con mucho énfasis de preterición la máxima del Sistema Político de Corrupción Mexicano: “Obedezco pero no cumplo”. Esto es solo una muestra de la pésima tradición política mexicana bastante esquizofrénica por una parte el creerse muy modernos en el concierto mundial de naciones, solo para quedar bien en el exterior firmando tratados internaciones ajenos a la cultura de la sociedad mexicana y asumiéndolos internamente solo para control social, no para un progreso integral ni nada parecido. Es decir, que todo se queda en el papel y la única perjudicada ha sido la sociedad mexicana. O en otro sentido, ¿cuantos acuerdos internacionales no cumple la ONU con México? La ONU es solo un organismo burocrático que apenas sobrevive y con su lenguaje onusiano siempre quiere quedar bien con todos. Holanda, Portugal y otros países que han despenalizado las drogas y esta violación a los acuerdos internacionales no ocasiono nada, ni un conflicto diplomático ni recorte de programas de la ONU, ni llegaron los Cascos Azules o la visita de alguno Embajador de la Paz, nada parecido, ¿pero cómo va a recortar si no tiene dinero? ¿Alguien s e acuerda de como ONUSIDA inflo la crisis del VIH/SIDA para ganar recursos económicos? El segundo argumento tonto, basado en el vulgar cientificismo, es decir que no hay estudios de evidencia que avalen científicamente el uso terapéutico de la marihuana. Desde el Doctor Elías Moreno se comenzó a desdibujar este débil argumento. Y a nivel social mundial, los seropositivos en su lucha contra el VIH y la propagación de la pandemia de SIDA consiguieron luego de los años de crisis (1979-1985), la rehabilitación médica del cannabis. Los prohibicionistas de los CIJ, dicen que no tiene ninguna utilidad médica, ¿se atreverían a decirle eso mismo a sus abuelitas que la han usado y no son criminales ni enfermas desquiciadas? ¿O a sus parientes ex hippies, que de incendiarios pasaron a bomberos conformistas y grises? ¿O ya a sus jóvenes mamás pachecas? El tercer argumento es que los periodistas tampoco saben de lo que están hablando, les den la razón a los asambleístas, aseguran que ellos iniciaron en debate y que es la primea iniciativa de despenalización nada más falso. Desde López Doriga que tiene una campaña permanente de hacer un llamado al debate, que no debate nada en Radio Fórmula, hasta la virgen María del periodismo, Carmen Aristegui, que no dice nada de la despenalización, cada mañana la sintonizo pero me quedo con las ganas, esto es muy diferente a lo que dicen sus cuates como Sergio Aguayo y otros periodistas sobre la necesidad de la despenalización. Pero ella como ciudadana, como mujer, como periodista no dice nada de si está a favor o en contra y con su persistente y preocupante silencio la vuelve cómplice de la prohibición. Esto no les gustara a muchos pero siempre la he considerado la vocera del Sistema Partidrocrático de Corrupción. La misma Jornada, que siempre ha sido anti pacheca, llena sus aburridas páginas con repetir los trillados mitos populares de que La Cucaracha es el apodo de un soldado carrancista, como escribe Bernardo Batís el pasado sábado. Algo que está alejado de la realidad y del conocimiento de la historia, porque como hemos dado a conocer en este sitio cannábico, los ferrocarrileros villistas llamaban así a la máquina de vapor que utiliza como combustible madera o carbón. Así solo veo ondear alto las banderas del prohibicionismo. Desinformación, mediatización, desgaste de la causa social, vulgarización y cansancio entre la opinión pública por culpa de los políticos trepadores y oportunistas. Alguna gente me ha dicho que he de estar muy contento porque ya van a despenalizar la marihuana, pero pienso que estas gentes no saben de lo que habla porque fue la Derecha quien descriminalizado las drogas y me sorprende su falso optimismo porque muestran un servilismo abierto al poder ¿Por qué aceptar una despenalización desde arriba y no la cotidiana que ejercemos los consumidores desde hace veinte años? La despenalización sigue su lento andar, a pesar de estos tropiezos de epilepsia política que sólo desgastan la propuesta de despenalización pero que no pueden impedir de ninguna manera que cotidianamente se transformen recámaras en jardines, que más jóvenes busquen información, no la información superficial y barata del internet, sino estudios más afines a la Cultura Cannábica que para nuestro beneplácito sigue y seguirá brillando con luz propia. Y desde aquí les digo la próxima parada del movimiento cannábico, contribuir al Renacimiento cultural del México del siglo XXI, luego del fracaso contundente del peñanietismo anencefálico y prohibicionista, existirá un florecimiento cultural múltiple cuya eje central será el consumo social tolerado y aceptado de la marihuana por múltiples sectores sociales y de su presencia también en muchos ámbitos y espacios que ya están siendo ganados cotidianamente a la prohibición. Habrá una Feria del Cannabis en el Zócalo, para aquellos que siguen considerando al Corazón de México como un indicador del avance de las luchas sociales, habrá ferias regionales de cultivadores y más estudios locales sobre la historia de la marihuana para dejar atrás ideas bastante limitadas de ésta como creer que la marihuana les cayó del cielo a los narcos de Sinaloa cuando se los enviaron los jesuitas doscientos años antes, que la escena marihuanera en Morelos es gracias a los extranjeros y hippies sobrevivientes cuando el mismo Hernán Cortes fue el que la sembró en Cuautla y Cuernavaca, o explicarse como en centros agrícolas novohispanos como Atlixco, Puebla, en vez de cultivar cáñamo para fibra vegetal los indígenas lo hacían solo para remedio. Hay todavía muchas cosas por estudiar y decir, en vez de caer en las campañas falsas de debate y despenalización, que solo benefician a los políticos coyunturales y desgastan la reflexión social. Y es necesario destacar que a los marihuanos provincianos les falta todavía perder el miedo, tomar conciencia ciudadana y un compromiso con la María. Algunos dirán este guey sí que está bien marihuano, pues en realidad no, porque sé que en los 1980 se dio la rehabilitación médica de la marihuana, que en los 1990 se dio un redescubrimiento industrial, en el 2000 la aparición como movimiento ciudadano y viene, la etapa del florecimiento científica y culturales de la marihuana para toda la sociedad, inclusive para los que no quieran fumarla, están en su completo derecho, porque la María es incluyente, tolerante, cosmopolita y plural. Y con unos argumentos tontos de banqueta no se puede desprestigiar algo que ya es una realidad mundial y que negar esto es creer que las burocracias políticas les preocupa el bienestar colectivo, los asambleístas pasan, y se olvidan sus pasarelas mediáticas, la Cultura Cannábica es de larga duración. Y los más pobre de toda esta campaña contra la marihuana, que políticos y periodistas, siguen utilizando sus lindas categorías de poder, hablan de adicciones y de enfermos, cuando esto ya está superado por la Cultura Cannábica, por la diversidad de las conciencias y la aparición de los ciudadanos psicoactivos.

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