1. ¿Cómo inicia tu interés y tu gusto por el tema de la marihuana y su despenalización?
Juan Pablo García Vallejo: Mi interés sobre la marihuana comenzó desde la militancia contracultural en 1980, entre el grupo de jóvenes ceceacheros y universitarios que crearíamos la revista La Guillotina, en 1983, tanto por la experimentación de la conciencia y ser un símbolo de protesta social, pero más sencillamente por el derecho al placer y al uso del cuerpo. Este discurso contestatario estaba basado en la crítica de la vida cotidiana en la sociedad capitalista, para develar qué hace el poder en tu cama, en tu cerebro, en tu educación, en tu empleo alejado del dogmatismo estalinista muy en boga en la izquierda sectaria y amaestrada. Todo esto gracias a que éramos un grupo de jóvenes no sólo críticos del poder sino también lectores ávidos. La lectura constante para nosotros estaba más allá del aprendizaje escolar, era el acceso a la cultura y sobre todo el granero permanente para crear argumentos críticos para la discusión.
En La Guillotina se da un cambio generacional en el consumo de marihuana, porque para los compañeros mayores la mota había sido una cosa generacional, ya habían pasado por eso, ahora eran ex consumidores, y estaban a favor de la despenalización pero para nosotros la marihuana se volvió parte de nuestra vida.
El entorno social estaba dominado por la crisis económica, pero eso nos alertaba para alejarnos de la dictadura de la esclavitud asalariada, que destruye muchas vidas tan sólo por buscar satisfacer las necesidades materiales básicas dejando al poder la explotación y manipulación y monopolio de las necesidades post-materialistas; nosotros preferíamos practicar el Carpe Diem: aprovechar el día. Sabíamos que el trabajo asalariado aumenta la miseria como decía Marx y los situacionistas nos lo confirmaban diariamente.
Sobre la despenalización de la marihuana entra dentro de la lucha por las libertades individuales que difundía la literatura contracultural y que se diferenciaba enormemente del discurso de ignorancia institucionalizada mantenido por todas las burocracias parasitarias sean gubernamentales, universitarias, eclesiásticas, sindicales y periodísticas.
Muy poca gente hablaba de legalizar las drogas porque acríticamente preferían adoptar pasivamente los prejuicios y moralismo tradicionales de esta sociedad mexicana conservadora. A diferencia de la mayoría de la gente pienso sinceramente que la sociedad mexicana nunca ha sido progresista, vive dominada por el paternalismo autoritario priista, siempre buscando un redentor que le arregle los problemas.
Así la despenalización de las drogas era por vía de la divulgación práctica de este derecho al placer, al cuerpo, sin las pesadas cadenas de las tonterías impuestas por el poder. Pensaba que era también a través de las leyes, pero en el régimen autoritario priista esto era casi imposible porque todo el sistema jurídico mexicano está muerto, es impracticable comenzando por la propia Constitución de 1917 y todos sus miles de parches.
Y además porque nuestros héroes literarios, nuestros gurús libertarios, que seguíamos a pie juntillas como los poetas malditos y la Generación beat nos decían que la cuestión de la droga era algo más revolucionario para ir minando los bastiones tradicionales del poder capitalista, que sólo las demandas materialistas de los partidos de izquierda.
2. ¿Cómo es tu entorno personal y en general del país en esos días iniciáticos?
Mi entorno era a la vez familiar y a la vez de vida alternativa con mis amigos, comencé a consumir cannabis ya en la universidad y por la formación tradicional de mis padres pues eso era algo bastante malo pues tenían dogmas irreflexivos y desinformados y eso a mí no me importaba porque ellos pertenecían a otra generación donde se permitía el alcohol con excesiva tolerancia pero nada de marihuana. Es un cambio de concepción del mundo, una nueva Weltanschauung cotidiana, lo que para los padres es malo para los hijos es permitido si estos así lo quieren. Hay que alejarse de las telarañas conservadoras o desinformadoras de los padres.
Y a nivel social la marihuana estaba completamente satanizada, maldita no sólo por la persecución social de los consumidores, sino por el miedo generalizado a la extorsión económica o de cuerpo que querían los policías si te detenían cuando iba una mujer. Y la política represiva del Estado gandalla estaba más que al orden del día, nadie hablada de despenalización, a pesar de que Miguel de la Madrid, un presidente gris, impuso esa tontería de la Renovación moral cuando fomentaba el narcotráfico en la trastienda de su gobierno.
3. ¿Cómo nace la propuesta del Primer Manifiesto Pacheco?
La idea nace después de que detienen al narcotraficante Rafael Caro Quintero y observar la pasividad de los consumidores indiferentes en la universidad, eran consumidores desideologizados, sólo querían divertirse sin más reflexión crítica, mientras que nosotros nos considerábamos consumidores conscientes de nuestra práctica cultual psicoactiva.
La idea de escribirlo surgió mientras me estaba bañando y así cuando lo pensé me salí rápido y me fui a escribir 10 oraciones breves. Luego comencé a reunir algunas cosas que había visto sobre la marihuana en distintas zonas de la ciudad como la pinta de varios metros de largo en una barda del panteón en San Ángel que decía “Nosotros los marihuanos somos guadalupanos, no pinches comunistas putos”, algunas grafitis en los guajoloteros, “Fúmate un porro temprano y crecerás fuerte y sano”, es decir, era sabiduría popular posmoderna, más subversiva que la que enseñan en la universidad y mostraban lo diversa que es la población pacheca. La cita de José Coeli sobre la definición de droga como represión social y mental me pareció sensacional e inigualable porque con su tono frenético daba cuenta de lo que vivíamos en la Dictadura perfecta, pura represión y agandalle, es decir, abuso del poder, de todos los poderes. Y me inspire en Marx, porque lo había leído todo, todos sus libros. Los manifiestos son una expresión contra el malestar y descontento de las condiciones de vida o para exigir derechos nuevos. Lo redacté de forma breve para que la gente entendiera la onda más que con un texto muy largo y cansado.
4. ¿Qué respuesta tuvo?
A todos los chavos y chavas de La Guillotina les gustó mucho, se volvió mítico, en la universidad también causó conmoción entre los consumidores indiferentes. Algunos pachecos querían que fuera a los callejones del Molinito, en Naucalpan, a leérselo a los marihuanos de ahí pero lo rechacé porque no tengo vocación para adoctrinar a nadie y más porque esos pachecos populares estaban alejadísimos tanto de la contracultura, el conocimiento universitario como de cualquier reflexión crítica, son sumisos por a la alienación capitalista, no han podido salir de la alienación.
Algunos lo consideraban una porquería desde su ignorancia inmensa porque defendía un vicio capitalista pero sabíamos en La Guillotina que ese Manifiesto Pacheco atravesaría varios sexenios para ser popular.
La gran oposición al Manifiesto Pacheco no vino de la derecha ni de la policía ni de gente anti-pacheca sino de gentes que todos consideran progresista. Fue Carlos Monsiváis que recomendó que no lo difundiéramos abiertamente, algo que me molestó mucho y desde entonces el Monky cayó de mi gracia y confirmó que el poder paga por criticarlo aunque se digan de izquierda. Se opuso a él, como se opuso a que los gays marcharan en las calles o la toma de Reforma de Andrés Manuel, es parte de su hemisferio oscuro de este malogrado poeta de La Portales.
Pero donde si tuvo un impacto importante fue en Europa, los guillotinos que fueron al Zapatour me dijeron que en Alemania lo conocían a través de fotocopias. Y a los españoles de Cáñamo les sorprendió que en México se hubiera escrito algo como eso.
Otros activistas cannábicos desdeñaron el manifiesto, pero sinceramente dudo que algún día escriban algo igual, sencillamente porque para eso antes de fumar marihuana hay que conocer cómo funciona el sistema capitalista, para eso tienes que ser primero anticapitalista y luego tener gusto por decir cosas nuevas. El Manifiesto Pacheco sigue teniendo vigencia inclusive con toda su carga ideologizada o incendiaria, porque son un conjunto de afirmaciones muy profundas y humorísticas, nada solemnes.
5. ¿Cuál era la dinámica de los medios de comunicación en torno a la despenalización de la mota?
Era un tema inexistente, salvo en el suplemento La Jornada Semanal dirigida por Roger Bartra, siempre con su espíritu ilustrador, pero luego también La Jornada se volvió anti-pacheca, querían la despenalización, si, pero en Canadá, no en México. Era como cuando el PRI decía a la izquierda si a la Revolución socialista, pero en Cuba, no aquí. Esto parece muy extraño pero así fue, La Jornada es anti-pacheca, quizás por su herencia estalinista. Y la despenalización no les interesaba a los investigadores universitarios, sólo al sociólogo Francisco Gomezjara, porque los demás estaban llenos de prejuicios y presos de la meritocracia gris o sólo atentos a su carrera trepadora.
Mis maestros de sociología en Acatlán se espantaban cuando les decía que estaba haciendo la tesis, que bien decían que te titules, les decía no es de eso lo que les estaba hablando sino de las Tesis de la marihuana (parodiando las Tesis sobre Feuerbach) y se echaban a correr, aniquilando todo el espíritu científico o critico que decían tener. Y esta cerrazón generalizada me reforzaba la idea de lo valioso del manifiesto.
Pero es bueno que preguntes esto, porque hay que decir que los nuevos temas periodísticos ganan espacio en los medios progresistas o moderados porque de ellos escriben gentes que conocen de cerca la problemática de los temas emergentes, no son periodistas improvisados o del bomberazo informativo muy distantes de la pachequez. Eso pasó con el VIH/SIDA, fueron periodistas seropositivos como Francisco Galván Díaz en México, o Randy Shilts en el San Francisco Chronique, que escribían sobre los impactos del SIDA. Esto sucede así porque a veces los periodistas saben muy bien eso de los géneros periodísticos pero desconocen completamente cómo funciona la sociedad capitalista, la mayoría tiene un gran déficit de conocimientos, por eso siempre han dan preguntando a otros lo que ellos mismos pueden investigar y decir en vez de los burócratas, políticos o diputados que puedan entrevistar.
Y hasta ahora, no existe una sola sección de Cultura Cannábica en la prensa metropolitana y regional, sólo la tuya de Salón Palacio, y la sección cannábica de la nueva revista Musas de Papel: inspiración sin límites, pero esto se tiene que dar de todas formas como pasó con la diversidad sexual porque ahora ésta tiene sus secciones de actividades de tiempo libre en muchas revistas, no porque sean muy vanguardistas esas publicaciones convencionales sino por cuestiones de mercado.
Afortunadamente vivimos ya en una sociedad post-gay, ser gay ahora no tiene nada de subversivo ni de apasionante sino es sólo una ventana de conformismo consumista y de indiferencia general, ya no tienen ningún discurso sobre el cuerpo ni la identidad gay, inclusive, frente a tantos casos de homofobia y de crímenes de odio, algo que desafortunadamente no han podido resolver ni detener los gays glamurosos que llenan el Zócalo, por más derechos que les haya dado el poder falo centrista.
6. ¿Cuáles son para ti los principales acontecimientos que fueron abriendo el debate por la despenalización?
Principalmente se comienza a abrir el tema de la despenalización de las drogas en la prensa underground, tanto en La Guillotina, como en Generación, el Fanzine Ilegal, La Tinta Suelta, Replicante y uno que otro artículo esporádico o perdido en muchas otras revista. Aquí se encuentran los promotores permanentes de la despenalización. Luego viene la etapa de reflexión social, desde los periódicos se llama a un debate abierto, para cambiar la política represiva, cambiar el modelo decían. Fue Guillermo Ibarra en El Nacional, de 1996, el que señaló cual era el gigante obstáculo para que la gente no hablaba de despenalización de las drogas que era por miedo al desprestigio y que solo las grandes personalidades con una moral intachable como Octavio Paz, Carlos Fuentes podían hacerlo. Es otro acontecimiento importante para socializar la despenalización. Paz apoya la despenalización pero no asume públicamente que fumó en su juventud.
Otro gran acontecimiento fue la segunda visita del abuelo psicodélico, Antonio Escohotado en 1998, pues mis amigos del gobierno democrático me dijeron que a quién recomendaba para que diera una conferencia sobre la despenalización y sin dudarlo les mencione que trajeran a Escohotado y si lo trajeron. Su conferencia ha sido la que ha contado con mayor asistencia que ninguna ley de despenalización hecha por los políticos. Tú sabes eso porque también estuviste ahí.
La despenalización tenía el apoyo de los lideres universitarios pero luego fueron alejándose hasta que aparecieron los líderes naturales del movimiento en el año 2000, que es la génesis del Movimiento Cannábico Mexicano, es decir, pachecos organizados, no ya aislados y escondidos en los closet, las azoteas y los baños de su casa. Son los primeros ciudadanos psicoactivos, algo que no existía antes.
También está el incipiente interés de los partidos de izquierda por la despenalización como una forma de restarle poder al narcotráfico pese a que los partidos están desprestigiadísimos entre los pachecos anarquistas y los radicales pues saben claramente que no representan a nadie, sólo sus intereses presupuestales.
Pero para mí hay un acontecimiento mucho más importante que pocos pachecos e investigadores reconocen como importante para la despenalización de la marihuana que se dio a través de la rehabilitación médica de la marihuana que hicieron los seropositivos desde 1984. Esto fue la primera victoria indirecta de los pachecos a nivel global.
La despenalización de ahora le debe mucho a la respuesta social al SIDA, porque comenzó no sólo con la política de reducción de daños para atender a los usuarios de drogas intravenosas, aquí nace el esquema global de tolerancia, sino porque era una nueva forma de consumidor, los enfermos, quien demandaba su derecho a consumir cannabis, no ya desde la marginalidad contracultural o contestataria sino desde muchos espacios sociales para mejorar su salud, todo lo contrario a lo que dice la propaganda prohibicionista y criminalizadora que las drogas destruyen. He escrito varias veces de esto en mi periodismo sobre el VIH / SIDA.
Un segundo avance de la despenalización fue el redescubrimiento de la marihuana como materia ecológica universal, comenzando con el uso de ropa cannábica, que es muy cara para nuestros salarios raquíticos, pero de muy buena calidad.
Y como gran enemigo continuaba la desinformación, incluyéndome nadie en el año 2001, sabía que en Portugal se habían despenalizado las drogas. Solo se tenía conocimiento del modelo holandés de despenalización parcial y muchas especulaciones del modelo californiano de uso médico.
La más reciente contribución a la campaña de despenalización es la organización de Cannafest en el DF, desde el 2010, para reunir firmas para realizar un referéndum en el DF y divulgar la Iniciativa ciudadana del Estado de México, esto coordinado por el infatigable esfuerzo de Alfonso García Pérez, secretario general de la AMECA, de negociar los permisos con las autoridades democráticas del gobierno capitalino.
Y con esto se amplía las actividades cannábicas no sólo ya la marcha anual en mayo pues ahora hacemos cuatro Cannafest al año, uno en cada estación, así el malestar de algunos cannábicos que se preguntaban “¿Por qué solo un pinche día para a la marihuana?” También con estos se demuestra que la reunión de consumidores de cannabis en espacios públicos, además de ser un derecho a la ciudad como ciudadanos, no representa un peligro para la sociedad mexicana, como muchos suponen desde los laberintos atormentados de sus cerradas mentes.
7. A más de 20 años de distancia ¿cómo adviertes el movimiento cannábico y la conciencia ciudadana por la despenalización?
El Movimiento Cannábico ha conseguido varias victorias pero que no se aceptan como tales por el gran vacío informativo que pesa sobre él. Primero fue ganar la calle con el reconocimiento social, se sentía una sensación muy especial ir a las primeras marchas para fumar marihuana sin miedo a que te detuviera las policías. Era el nacimiento del orgullo cannábico, los pachecos nos reconocíamos como iguales y comenzábamos a hacer redes informales de información. Pero no se hablaba de autocultivo porque eso no se ha generalizado en México, la gente prefiere comprar en el mercado negro porque es más fácil que andar cultivando y esperar tres o cuatro meses para gozar de un toque. Y además quién en México se va a ir a sembrar al campo, sólo unos idiotas. El campo mexicano está muerto para nuestra desgracia por la corrupción gubernamEntal.
Aunque hay pocos cannabicultores, como Bob que me platico que sus padres le dejaron fumar marihuana sin ningún problema ya pero cuando comenzó con el cultivo en su closet sí que se espantaron y no lo permitieron. Y hay que reconocer que el autocultivo es la forma directa de acabar con el mercado negro.
En segundo lugar hay que voltearle la tortilla a los dogmas del poder no más enfermos ni delincuentes sólo ciudadanos cannábicos, esto es una verdadera revolución copernicana porque una identidad proscrita e inventada un medio siglo atrás, la de la imagen terrible del marihuano como un monstruo social, era transformada por las nuevas generaciones de pachecos. Estos son victorias simbólicas de la Cultura cannábica sin necesidad de intermediarios partidistas ni de leyes absurdas.
Y tampoco se habla del variado reflujo del Movimiento Cannábico porque la asistencia a las marchas no aumentó luego de 2005, quizás por la estigmatización de cannabis con actividades delictivas que incentivo la guerra contra el narco que impuso Calderón, pero ahora hay un relevo generacional. Muchos se alejaron del movimiento por distintas causas de poco peso por una parte unos no querían música de reggae, otros porque no querían asumirse pachecos en todos lados y a todas horas y fuera de la marcha los identificaban como pachecos y ponían en riesgo su situación laboral, otros más porque entraron los partidos políticos como el caso del Foro Cultural Alicia y muchos otros porque tuvieron hijos, así que pachecos y pachecas dejaron la militancia cannábica para atender a sus bebés. Una paternidad responsable, bien por ellos.
Ahora ya se rompió el aislamiento ya hay una Coalición Latinoamericana de Cannábicos que es la expresión de la ola de despenalización en América Latina, donde cerca de 10 países ya han descriminalizado el consumo pero sigue la prohibición en las demás eslabones de la cadena de producción.
Pero esto es muy poco conocido y evaluado por los pachecos en general.
Y te digo hay un relevo generacional con organizaciones no ya patito sino que parece que cuentan con más recursos materiales y de difusión a nivel internacional como ReverdeSer y Estudiantes por una Política Sensata de drogas en varias facultades de la UNAM. Ellos están haciendo más proselitismo para hacer células cannábicas en los centros de educación media y superior.
8. ¿Cuáles serían las principales acciones que tú has realizado en favor del movimiento?
Después de redactar el Primer Manifiesto Pacheco, seguir escribiendo para hacer más presente el debate de la despenalización en la prensa convencional en el Estado de México y en varias revistas efímeras, para que se vaya sensibilizando la población y no crea que son cosas alejadas de su realidad. Diez años después, en 1995, volvía a escribir otra especie de manifiesto donde señalaba el desinterés e indiferencia de los consumidores por conseguir la despenalización, este también lo publique en La Guillotina y vine en mi libro La Sociedad Gandalla. De la Utopía a la Distopía, Ediciones Casa Vieja 2001.
Escribí sobre cada celebración del Día Mundial de Liberación de la Marihuana, para insistir en la divulgación de la Historia de las drogas como parte de las ciencias sociales nuevas y necesarias para entender la realidad tan conflictiva que vivimos con las sustancias psicoactivas ilegales.
Hasta que en el 2005 publiqué el primer periódico especializado en marihuana en México, La Gaceta Cannábica: publicación cultural sobre la planta amiga, y esto para recuperar la historia de la marihuana en México, el cambio en sus usos y los sectores sociales consumidores y además, conocer las consecuencias públicas de esta práctica cultural. Es una publicación desde dentro el movimiento porque un movimiento sin prensa pues sencillamente no existe.
Esta es quizás la mayor contribución, porque la mayoría de los pachecos se quedan solamente en el pensamiento mágico de la despenalización, en el presentismo, cuando es necesario recuperar la memoria, reevaluar la identidad deteriorada del marihuano creado por la prensa sensacionalista y reafirmada por el establishment jurídico, medico y político, voltearle la tortilla a sus representaciones sociales estigmatizantes, desnudar el tabú social, combatir la desinformación y solucionar la gran laguna informativa que padece la sociedad mexicana. Todo esto la gente lo cree que es natural pero ha sido fabricado premeditadamente por los prohibicionistas.
Otra contribución es divulgar categorías propias del Movimiento Cannabico para superar las limitaciones conceptuales de las instituciones, así planteé la necesidad de una visibilización digna, este va a ser un planteamiento de largo alcance inclusive más allá de cualquier tipo de despenalización, así como el reconocimiento del orgullo cannábico de sentir una satisfacción por estar en la lucha por la despenalización como una propuesta incluyente, tolerante intercultural y pacífica necesaria para la sociedad mexicana, también el ubicar la despenalización de las drogas como un derecho cultural dentro de lo que se llama la diversidad de conciencia, esto sería una identidad psicoactiva, no más delincuentes ni enfermos sólo simples ciudadanos psicoactivos. Esto se llama la ciudadanía compleja, porque el Estado tiene necesariamente que integrar a sus discursos institucionales porque antes no existía esa figura jurídica, sólo imágenes distorsionadas de los consumidores.
Al inicio de este año redacte El ABC de la convivencia cannábica, esto porque las autoridades del Gobierno del DF querían que los jóvenes asistentes al Cannafest que estábamos organizando para febrero no consumieran alcohol. Esto no sólo es una preocupación de los burócratas sino de nosotros mismos, porque la marcha y los Cannafest son para divulgar la cultura cannábica no para fomentar el alcoholismo.
También redacte la Agenda cannábica de 2012, que presente al Frente de Artistas y Organizaciones Sociales por la Liberación de la Marihuana. Son documentos sencillos pero muy necesarios para que se lo lleven los que asisten a los Cannafest y visibilizar lo más posible no sólo el debate de las drogas sino que ya vivimos en la Era del cannabis legal. Cuando los Pachecos y pachecas veían la Agenda cannábica se sorprendían de que hubiera una treintena de días al año en que se promovía la despenalización y la cultura cannábica y de eso se trataba, que la gente entendiera que ya hay muchas fechas donde se puede impulsar la despenalización.
A otros activistas parece que no les gusto, pero estas son propuestas proactivas y ellos no proponen nada de nada solo la pasividad pacheca, hay que pensar, discutir no contemplar y fomentar la cultura de la derrota creyendo que todo va a venir gratis desde el poder. La prohibición ya la derrotamos y eso muchos cannábicos no lo ven, quién sabe qué quieren, ahora lo que hay que hacer es visibilizar mucho mas la Cultura cannábica y dejarnos de las pendejadas de la prohibición porque ésta ni es eterna, ni perpetua ni inmutable. No hay ninguna justificación para seguir manteniéndola. Esto no solo son frases huecas sino con mucho sentido y contenido.
Pues para el año 2040 ya no existirá la Guerra contra las drogas dicen algunos investigadores, esas son buenas noticias que nos vienen del futuro-presente, aunque nosotros ya no estemos aquí sino en el otro barrio. Y esto es una gran ventaja porque ya se puede predecir los escenarios de la despenalización, pues ya vivimos la distopía del narco y la inutilidad de un siglo de prohibición. Hay que decir que si habrá más consumidores de cannabis pero no todos serán recreativos, habrá mujeres que lo utilicen para combatir el sobre peso con aceites hidratantes, otros preferirán su uso gastronómico, más gente que va a comprar ropa de cáñamo, diversos enfermos terminales también lo consumirán con dosis bajas de THC. Es decir, habrá un panorama múltiple de consumidores.
Y no hay que olvidar que ya la ONU comenzó la despenalización desde arriba porque ya no puede resolver ninguno de los problemas sociales creados por el crimen organizado: lavado de dinero, sobrepoblación de cárceles, violencia exagerada, corrupción de sistema financiero y penal, nuevas formas de esclavitud para mujeres, violación de derechos humanos etc.
Esto de la ONU es desconocido completamente por la mayoría de los pachecos mexicanos pero de todas formas ahora tenemos ya varios modelos de los cuales aprender el holandés, el portugués, el californiano para uso médico. Pero cada país tiene que adoptar la despenalización de acuerdo a su contexto socio-cultural particular. Exportar modelos de países desarrollados a subdesarrollados no funciona y nunca hay que olvidar que México es experto en importar modelos extranjeros cuando estos ya no funcionan en el mundo entero y los aplica como si fueran la décima maravilla del universo.
9. ¿Cómo definirías tu proyecto de la Gaceta cannábica, cuántos números han publicado, cuáles serían algunas de sus principales colaboraciones, sus dificultades y su futuro próximo?
La Gaceta cannábica es una publicación cultural original y de largo alcance, hasta ahora llevamos once números, cada número es valioso por él mismo tiene información actual, una sección de memoria con documentos históricos para que la gente conozca esos documentos que le son de acceso difícil como la defensa que hizo José Antonio Alzate de la marihuana médica en 1772, o lo que sucedió en los debates constituyentes de 1917, donde nace la prohibición, la intolerancia y el rechazo total a las drogas, algo que pocos conocen. Y que se basó en concepciones pseudocientíficas de la “degeneración de la raza”, que es una completa tontería.
La Constitución mexicana es idolatrada por sus derechos laborales, la reforma agraria y demás cosas que no ha cumplido pero también ahí se gesto el nacimiento del contrabando de drogas que ahora conocemos como narcotráfico.
También publicamos la entrevista de Julio Scherer García que le hizo a David Alfaro Siqueiros cuando Diego Rivera y el grupo de muralista quería descriminalizar la marihuana en 1922. Y te he de ser sincero ese manifiesto o lo que sea no lo he encontrado hasta ahora. Pero esa experiencia término mal hay que decirlo.
La sección Arqueología del saber cannábico son citas de diversos tiempos que encontramos en nuestras lecturas de historia de la marihuana para que también la gente sepa que no estamos inventando nada: tenemos de ventaja sobre la gente que nosotros partimos de un método científico para estudiar la marihuana y no ya con concepciones superficiales, erróneas.
En varios artículos de primera plana criticamos las propuestas recientes de despenalización como la de Bernardo Batiz de legalizar sólo en cárceles o la draconiana propuesta irracional y autoritaria de Peña Nieto de castigar con pena de muerte no sólo a narcotraficantes sino también a los consumidores y por último, develar el carácter mediático de varias iniciativas legislativas que sólo son para “echar desmadre” como declararon estos políticos a los periódicos porque como pierden votos también saben que perderán sus dietas parlamentarias.
Estas leyes se hicieron sin consultar al Movimiento Cannábico como si lo hizo el Partido Alternativa Socialdemócrata, hay que reconocerlo, invitando a varios de sus principales integrantes y crear un grupo interdisciplinario de profesionales, el Grupo Cáñamo, que hicieron un trabajo excelente, con propuestas bastante maduras y sensatas, pero no hay que olvidar que una ley sin base social está muerta de antemano.
Esto pasó con la iniciativa de René Arce y la de Víctor Hugo Círigo, sus intentos de despenalización son en realidad campañas para desgastar el tema de la despenalización entre la opinión pública. Esto sirve para aclarar que son los implicados en los problemas sociales los primeros interesados que tienen que ser consultados por quienes “desde fuera” quieren cambiar las leyes. Ya no se vale que los hombres hablen por las mujeres, que los adultos hablen por los niños, que los heterosexuales hablen por los de la diversa o que los abstemios hablen por los consumidores de sustancias.
El gran error de Arce y Círigo es hacer una ley sin los implicados y eso es una burla para la sociedad mexicana. Yo veo esto así otros siguiendo presos de la sumisión a los políticos, lo vieron muy bien pero creo que les falta mucho criterio e información.
Incluimos una sección de cannabis médica para consolidar la rehabilitación médica para el tratamiento de un sinfín de enfermedades que se están investigando actualmente alrededor del mundo. Esto también no es ninguna invención. La información la retomamos de la Asociación Internacional de Cannabis Médica, porque aquí en México no hay investigación médica, o quien lo hace lo hace con ratoncitos solamente como en la UNAM, olvidando todo el contexto social conflictivo que vivimos. Y hay que decir que esas investigaciones están muy atrasadas porque eso ya se hizo en otros países desde hace mucho, es decir, que en investigación médica estamos en la prehistoria, eso es muy propio de la UNAM, investigar cosas que ya se saben en otros lados diciendo que son los grandes descubrimientos científicos. Nosotros no somos médicos, por eso tenemos que retomar esa información que no sólo es necesaria sino valiosa de difundir.
Alguna gente me decía cosas como por ejemplo que los chiqueadores de Morelos eran de marihuana, otros que la Emperatriz Carlota durante su prisión en el Castillo de Chapultepec no comía pero si fumaba marihuana que le daban los indígenas que la cuidaban, o que Antonio López de Santa Anna también fumaba marihuana para los dolores de su pierna amputada, pero eso no está en los libros. Por ejemplo, el dictador Santa Anna a ninguno de sus biógrafos críticos les hubiera costado nada agregarle el san Benito de marihuano para aumentar su anti popularidad de este seductor de la patria. En la investigación histórica no hay nada de eso, ya lo hubiéramos encontrado. Y siempre necesitamos los documentos para que no sólo nosotros lo veamos sino también cualquier persona lo pueda comprobar.
Una sección de libros para que la gente sepa que hay una cantidad importante pero limitada de libros sobre historia de las drogas, que aquí en México quien sabe porque se niega. Y digo quién sabe porque cualquier mexicano que se aprecie de serlo debe saber que Quetzalcóatl, el héroe civilizador mesoamericano, consumía sustancias alucinantes, hongos sagrados, y que por eso tenemos los mexicanos una inclinación a la embriaguez. Una gente de gran conocimiento, no consumidor de cannabis, me dijo que eso era un mito pero pienso que toda su sensatez, su racionalidad no sirve de nada, porque de mitos está hecho el mundo, la humanidad y la cultura.
Así se comprueba una vez más que la oposición a la despenalización no viene directamente desde la derecha, la iglesia, la medicina, los medios de comunicación o políticos corruptos sino de gente con conocimiento pero que resultan ser sólo expresiones de su distorsionadas conciencias pequeñoburguesas egoístas.
Mucha gente sólo acepta el uso de drogas de forma nostálgica y museificada entre los indígenas y los hippies, pero no la asimila las experie4ncias de los consumidores de los sesenta, nosotros de los 80 y los nuevos consumidores cannábicos del año 2000, que son otras formas de convivir con la marihuana.
Desde los primeros números de la Gaceta Cannábica invitamos a la gente a que nos enviara sus colaboraciones pero parece que hay una anorexia mental no quieren escribir y animamos a que surjan más publicaciones pero para esto también hay gran resistencia o quieren hacer publicaciones comerciales marihuaneras con gorras, discos y todas esas pendejadas que a nosotros no nos llama la atención ni nos interesa.
La Gaceta Cannábica tuvo gran aceptación tanto en el periodismo cultural como en el informativo la comentó Humberto Musacchio, Javier Solórzano, Jacobo Zabludowsky todos señalaron que era un tratamiento bastante distinto al sensacionalismo y oscurantismo prohibicionista y que hacia una gran aportación a la cultura mexicana.
La Gaceta se ha convertido en un periódico de referencia para el Movimiento Cannábico y para la sociedad en general porque no sólo es para los consumidores en particular sino también para los ex consumidores y los no consumidores que están a favor de la despenalización como los ciudadanos pro-seguridad que lograron que Calderón diera ciudadanía al debate sobre la despenalización pero al mismo tiempo lo utilizó como una forma de descalificación de que no resolvería el problema del narcotráfico.
La Cultura cannábica es incluyente no fomenta los procesos de exclusión social y acepta la solidaridad y simpatía por al despenalización de gente que no la ha consumido y nunca lo hará.
En el número cinco hicimos una radiografía del Movimiento Cannabico, quién es quién: quienes son los profetas, los gurús, las asociaciones cannábicas, algo que nadie se había atrevido hacer, quizás por falta de información pero creemos que por falta de método de investigación. Hicimos uno dedicado a Tin Tan, otro a Agustín Lara que son iconos populares pero que son en realidad el capital cultural de los marihuanos.
La cultura cannábica tiene más capital cultural que la prohibición, un poco menos que la narco cultura comercial que nos inunda en los corridos, el cine, etc. La narco cultura fue una importación de Colombia en los años 80´s, pero México tiene una larga historia cultural de la marihuana por eso no es una exageración lo que afirmó el pintor Manuel Rodríguez Lozano, en 1959: “México es el país de la marihuana”.
Y esa es la misión de la Gaceta recuperar ese capital cultural, revalorar la historia y la identidad cannábica y dar ciudadanía a la historia de las drogas y particularmente a la cultura cannábica. Sobre el rock y cine marihuanero casi no hemos publicado nada, porque soy más de la cultura de Gutenberg y se reconocer mis limitaciones.
La principal dificultad de la Gaceta Cannábica es económica, porque como no es una publicación comercial tienes que invertir en la edición y no recuperas para imprimir la siguiente. Muchos quieren que se haga revista pero ya sólo en la portada te vas a gastar un dineral, pero a mí no me gusta hacer revista me parece mejor los periódicos.
Y desde el año 2007 estamos cada año en la Feria del Libro del Zócalo, es decir que en el corazón de México la Cultura cannábica se difunde sin temor a ninguna forma de represión y a la gente que asiste se le sorprende ver un periódico dedicado a la marihuana, más allá de las risitas pendejas que hacen.
Asistir con las publicaciones y libros cannábicos a las ferias del libro es visibilizar la propuesta de despenalización alejada de los escenarios de la prohibición y esto es mejor, porque la Gaceta nació de lecturas y es en encuentros de escritores y ferias de libro donde se divulga mejor esta publicación. Esta es una campaña constante, no como los partidos políticos que tienen sus tiempos muy acortados y sus esfuerzos se pierden a la siguiente legislación.
10. ¿Cómo se conforma actualmente tu acervo de publicaciones cannábicas?
Para el año de 2010, con la moda por la historia con eso del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución mexicana escribí La disipada historia de la marihuana en México, 1492-2010, publicado por Eterno Femenino Ediciones de reciente creación, para hacer una lectura de la historia de México desde la marihuana, no desde el poder. Es una historia desde abajo y su principal mérito es que está hecha desde México no desde ninguna universidad de los Estados Unidos como paso con la historia del rock, la historia del movimiento gay y muchas otras cosas que nos demuestran que los mexicanos desconocemos nuestra propia historia. Pero los marihuanos ya tienen aquí su historia.
Es también una historia negada, distorsionada y mantenida en la oscuridad por falta de interés de investigar cómo los mexicanos hemos convivido con la marihuana durante 500 años de distintas formas y con diferentes consecuencias, esta guerra contra las drogas es lo más grave que ha sucedió en cinco siglos.
Luego hice a inicios de 2011 junto con la editora Noemí Luna García, la Antología de Manifiestos Cannábicos. Documentos históricos, porque comencé a reunir los que se habían hecho en México como el Primer Manifiesto Pacheco de La Guillotina, el de García Márquez, el tuyo de Generación, el de México Posible, el de Polo Rivera de la AMECA sobre el autocultivo. Enseguida busque algunos manifiestos publicados en España y me di cuenta con mucha asombro que nadie había publicado una antología como ésta, ni en Europa ni en Estados Unidos. La gente se asombra que exista un libro como este y eso es algo agradable saberlo y comprobar que es necesario hacer libros que no existen.
Un aporte importante de libro es que integramos la Manifiesta Pacheca, redactado por Noemí Luna García, porque a las mujeres se les ha tratado muy mal, creemos que el aumento del consumo de sustancias psicoactivas entre las mujeres es un avance de las políticas de género, porque los avances de las mujeres se reconoce en el deporte, la grilla, la ciencia, pero no en esto que las oprime y reprime de muchas formas.
Hay que decir, como sabes, que hacer un antología en la República de las Letras significa mostrar un nivel de conocimiento avanzado de sus autores, no cualquiera puede hacer antologías siendo un principiante simplemente porque serás objeto de muchísimas críticas tanto de los que sí saben como de los que no saben.
Y por nuestro conocimiento profundo de la epidemia del SIDA sabemos que cuando se intenta solucionar un frente de la problemática de las drogas aparecen nuevos escenarios y retos que enfrentar, pero estamos preparadas para eso en la Gaceta Cannábica, que ahora tiene también un blog, gacetacannabica.blog sencillo sin grandes pretensiones porque esa es otra de nuestras limitaciones, no fetichizamos eso de las redes sociales, sabemos sus limitaciones, lagunas y errores gigantescos.
Para la primera Conferencia Nacional de Drogas de 2011, organizada por CUPIHD a la que vendría cannábicos de muchos países latinoamericanos hice el texto Arqueología de la prohibición, pensamiento cannábico en acción, en EFE, que es un texto de inventaría, donde haces una selección de citas inteligentes de investigadores en historia de las drogas, cannabicultores, periodistas y agregas algunos pensamientos propios para mostrar las ventajas de la despenalización frente a las desventajas costosísimas de seguir impulsando la prohibición.
Y luego hice la Lectura iconográfica de la Cannabis Cop, de Gerard Seyfield, un cartel que hizo en 1996 para el Museo de la Marihuana de Amsterdam, que es la historia universal de la marihuana desde el neolítico, hace 10 mil años, el uso en la Era oceánica, con los pintores en el renacimiento, los escritores franceses del Club de Hashish, su influencia en el Jazz, en el rock, en el movimiento hippie hasta la Era del cannabis legal y que llevaba a las marchas y Cannafest para enseñárselo a los marihuanos pero me sorprendía que muchos de ellos no comprendieran muchas de las imágenes ahí plasmadas.
11. ¿Cuáles son los nuevos proyectos?
Quiero rescatar del olvido inmerecido la conferencia que dio el doctor Leopoldo Salazar Viniegra en la Academia Mexicana de Medicina, en 1938, El mito de la marihuana, porque es un texto desconocido por todos. Salazar Viniegra es uno de los mejores médicos de México que hizo un gran esfuerzo por terminar con el contubernio de corrupción entre narcotraficantes y las diversas policías, que ha creado esta distopía del narco, violencia exagerada e inhumana por todos lados.
También estamos trabajando para hacer un libro sobre la presencia de las mujeres en la historia de la marihuana porque a las pachecas no sólo se les aplica una discriminación cuádruple, sino que además se les niega su empoderamiento y derecho a consumir marihuana.
Los doctores y doctoras y de más personeros del poder piensan erróneamente que el consumo de sustancias psicoactivas no va con el modelo de mujer, eso es una gigantesca tontería. Pues aparte de la esposa sumisa, la madre abnegada, la hija obediente que son personajes pasivos femeninos desconocen completamente o lo ocultan que hay más figuras femeninas que si consumen drogas. Las chicas solo quieren divertirse.
Con más frecuencia se difunden noticias sobre el aumento del consumo de sustancias psicoactivas entre las mujeres pero más que un problema de salud pública creo que en el fondo se trata de una cuestión más profunda y compleja, es decir, que con esta inocente información repetida en los medios de comunicación se quiere seguir manteniendo el control en varios aspectos de la vida de la mitad del cielo, es decir, de todas las mujeres de México.
Pero si consideramos que la pobreza y la enfermedad son algo que hombres y mujeres hacen a otros hombres y mujeres, entonces ya la noticia del incremento en el consumo de drogas entre la población femenina pierde toda su inocencia científica y superficialidad mediática porque oculta muchas cosas:
*Que la ciencia médica quita la autonomía a la mujer;
*Que la mujeres están sometidas a una cuádruple dominación: se les invisibiliza; se les victimiza; se les silencia y, finalmente, se les discrimina.
*El consumo femenino de sustancias psicoactivas es la derrota de uno de los tradicionales bastiones ideológicos y sociales del poder patriarcal.
*En los albores del siglo XXI hay más pachecas en México. No hay duda, el género avanza.
Y de acuerdo a la nueva ciencia de Historia de las mujeres sabemos que existen más roles activos no tradicionales de las mujeres que si están vinculados directamente con el consumo de drogas y, que a la vez, han sido un desafío permanente al poder masculino, son las transgresoras de convenciones y normas sociales: desde la omnipresente bruja, la marginada prostituta, la benefactora herbolaria, la alcahueta, la sensual vampiresa, la artista libertina, hasta la consumidora de sustancias psicoactivas de la sociedad del siglo XXI, la mujer psicoactiva.
Esto último quiero ilustrarlo con la experiencia de Karina Malpica, la primera mujer en México que hizo una página web sobre drogas y donde explica sus distintos viajes geográficos y psiconaúticos, sin ninguna vergüenza, ni pena ni nada parecido, sino por el contrario, admite con mucho orgullo y valentía que consume sustancias psicoactivas y lo seguirá haciendo. El modelo biomédico autoritario y androcrático niega el empoderamiento de las mujeres, es decir, el control de sus propias vidas sin la tutela de ninguna figura masculina o institucional. La mujer psicoactiva es otra derrota más del poder patriarcal.
Otro proyecto en el que estoy trabajando es hacer la historia del Movimiento Cannábico Mexicano porque algunos creen que no existe, pero si existe una historia del disenso psicoactivo en la sociedad mexicana. Porque el movimiento tiene su génesis, auge y reflujos, va cambiando de objetivos, puede conseguir la reforma a las leyes o puede por el contrario recibir la represión del Estado cosa que no ha sucedido abiertamente, sólo el agandalle de Ebrard, en 2008, en el Parque México que nos mando un grupo de granaderos para impedir la marcha.
Esto es un texto necesario porque hay muchos jóvenes que están haciendo la historia de la marihuana pero cuando llegan al año 2000, al nacimiento del Movimiento Cannábico se quedan mudos, no dicen nada y esto es una gran desventaja para ellos porque no tienen el método adecuado para analizar los movimientos sociales más allá del voluntarismo pacheco cautivo siempre del pensamiento mágico para escribir a favor de la despenalización. Esto se agradece pero quedan debiéndonos mucho cuando no aportan nada a la historia del movimiento.
Este nuevo libro lo presentaré en octubre próximo en la semana en que celebraremos el primer Día del Cannabico Latinoamericano que comenzamos a hacer este año.
12. ¿Qué cuestionarías del movimiento cannábico mexicano?
No reconocer los avances que hemos conseguido porque luego de las marchas se interesaron los partidos de izquierda y crearon iniciativas de ley que fueron congeladas, pero Calderón en 2009 hizo una despenalización desde arriba, bajo las recomendaciones de la ONU, para descriminalizar el consumo que es criticada y todo, pero es reconocida a nivel internacional como una política no represiva, esto no se valora así porque lo oculta el eclipse del déficit desastroso de la guerra contra las drogas y porque es solo una salida ya tardía a la política belicista del presidente que ha sido derrotada por los narcos.
Por su parte el Gobierno del Distrito Federal también hizo una ley donde reconoce los derechos humanos de los usuarios de sustancias psicoactivas en diciembre de 2010, es decir, es una Cartilla de derechos humanos psicoactivos. Lo malo de esto es que nadie la conoce y en la difusión de este documento está fallando el gobierno de Marcelo Ebrard.
Estos dos documentos se tienen que socializar para cambiar no sólo a la lenta cultura criminal y sus personeros los policías, es decir, reeducarlos para que ya no crean simplemente que los consumidores son simples delincuentes o enfermos, sino ciudadanos con plenos derechos. Se necesita reeducar a policías, los periodistas, las Cabezas parlantes de la televisión, a médicos, curas, padres de familia, a maestros de que dejen atrás sus prejuicios absurdos y entiendan que la convivencia con las drogas es una realidad y no algo que sucede solo en la televisión. Que las drogas no son algo ajeno al cuerpo ni a la sociedad sino una forma de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.
Aquí lo importante es reconocer que estas leyes no se hubieran hecho si no existiera el Movimiento Cannabico Mexicano por más de diez años. El poder no concede derechos no más porque si. Y si esas elites políticas, de derecha y de izquierda, utilizaron la descriminalización de la marihuana para su beneficio político en una coyunta política desfavorable para sacarse lustre, desde ahora en adelante los cannábicos tienen que difundirlas y ejercer sus derechos.
Y los cannábicos no saben que los movimientos sociales tardan en impactar las estructuras de poder, pero consiguen lo que desean, es decir, cambiar las leyes para que su situación problemática deje de serlo, o por el contrario consiguen la represión como única respuesta. No hay más, no hay toma del poder, ni una legalización completa, algo que no existe en el mundo, ni siquiera en Holanda donde solo está despenalizado el consumo.
Aquí en México siempre se quiere todo, estamos enfermos de maximalismo, muchos quieren el paquete entero pero eso en la realidad es imposible.
Pero la crítica más importante es que muchos pachecos fueron los grandes ausentes cuando comenzaron los debates legislativos y eso también hubiera dado más fuerza a las iniciativas de regulación propuestas. Acepto la ausencia de los cannábicos anarquistas y radicales que desprecian a los políticos, que se lo merecen, pero los cannábicos desideologizados donde están, porque no fueron a escuchar los discursos por indiferencia.
Todas las minorías de gays, pro-abortistas, eutanasia, reasignación de sexo fueron los implicados cuando se presentaron sus iniciativas de ley y consiguieron sus reformas legislativas que les interesaban. Los marihuanos no fueron y eso es un gran error, porque no hay que olvidar que en cuestión de movimientos sociales el número de asistentes te da mayor influencia política y social.
En los debates legislativos estaban llenos de burócratas y demás gente que estaba ahí digamos de relleno por otra cosa no por su interés en la despenalización. Los grandes ausentes eran los pachecos.
13. ¿Consideras que la despenalización de la marihuana es una posibilidad cercana?
Creo que la despenalización ya la estamos viviendo, pero una legalización será desigual y combinada, no federal o nacional como siempre se piensa en México, es decir, que se hace primero en la Ciudad de México y luego en los Estados, pero primero será en la Delegación Cuauhtémoc, no sólo porque es la más importante sino porque ahí hay mucho consumo de drogas.
Pero con estas leyes, la regulación de dosis personal y los derechos humanos psicoactivos te aseguro que ya vivimos en la Era del cannabis legal, falta que la gente deje sus prejuicios y demás pendejadas para que aprenda a convivir con las drogas y sus consumidores desde una perspectiva de tolerancia no de persecución social, satanización y discriminación.
14. ¿Cómo definirías tu experiencia personal de consumir mota?
Es algo importante que es parte de mi vida y porque gracias a ella he escrito la mayoría de mis libros para mostrar cómo se vincula los sistemas cognitivos para la solución de problemas sociales emergentes como el estatus de ilegalidad del cannabis.
Aunque ahora ya no es nada extraordinario consumir cannabis porque uno se encuentra a consumidores en todos lados, en la calle encuentra sembradas plantas de marihuana, ayer encontré dos en la Agrícola Oriental y me las llevé a mi casa. Ya no es una cuestión marginal sino un escenario para el ejercicio de derechos, de los derechos psicoactivos y considerar el consumo como una práctica social legitima.
15. ¿Sigues haciéndolo o no y por qué?
Si, sigo consumiendo por placer y en segundo lugar por el deseo de saber más para difundir constantemente la Cultura Cannábica y la despenalización que considero es una propuesta que beneficiara a toda la sociedad. No como los derechos gays solo para una minoría o el aborto legal también para una minoría. La despenalización beneficiara a muchos sectores de la sociedad.
16. ¿Qué opinión te merece la política antidrogas del gobierno de Felipe Calderón?
Su guerra contra las drogas que inicio desde que tomo la presidencia, en diciembre de 2006, sólo confirmo la independencia de los carteles del narcotráfico de la elite política que ya había soltado el PRI antes de su caída en el 2000, creando una nueva clase de desclasados, todos los narcos son unos completos desclasados, más que la clase media trepadora que conocemos, porque vienen de abajo de la miseria rural y el desempleo urbano y luego suben muy rápido, pero tiene el gigantesco defecto que la elite burguesa no los quiere en sus eventos sociales de prestigio sencillamente porque les falta de abolengo, pedigrí digamos, por más dinero y poder que tengan, no tienen clase.
Con Calderón vivimos la llamada democracia criminalizada, donde el crimen organizado impone su agenda a la sociedad entera. Esto es muy peligroso porque el Estado mexicano está desapareciendo en muchas regiones ya no existe y los narcos dominan todas las actividades. El Estado mexicano solo existe en la televisión o en la foto para los periódicos pero está en retirada y ésta debilidad sirve al crimen organizado, es un Estado de utilería.
He pensado que los narcos son el nuevo sujeto histórico indeseable pero de eso no quiero escribir, no me interesa saber quiénes son ni porque se pelean ni todas las cosas que interesan a otros periodistas pornográficos del narco y que curiosamente estos periodistas que han inflado a los narcos en ninguno de sus libros, ni como periodistas ni como ciudadanos, se pronuncia a favor de la despenalización, sus libros de narcos sólo son bomberazo editoriales de mala calidad dicen puras pendejadas y dejan claro que ellos están del lado de los narcos, como la revista Proceso, aunque digan la tontería esa del derecho a la libertad de expresión, son partidarios de la prohibición y aliados de los narcos.
Lo que me molestó en demasía de la política de drogas errónea de Calderón fue su campaña estúpida de evitar que las drogas lleguen a tus hijos en la escuela cuando eso es ya muy tardío, pues en la historia de las drogas hay un apartado de las formas en que los niños les gusta desvariar, perder la visión racional y jugar con la sensaciones. Las drogas llegan a los hijos cuando los padres los llevan al parque y les dan vueltas, los niños y niñas y ahora también los niños gays demasiado precoces piden y piden más. En las escuelas hay niños que practican la hiperventilación creando sensaciones de mareo. Y de esto nadie dice nada, hay una hueva mental para contestar las tonterías que divulga el Estado sobre las drogas.
Y creo que por todo el sufrimiento social innecesario y el despilfarro económico en presupuestos para el ejército y demás cosas Calderón si debe ser llevado a la Corte de la Haya por crímenes de lesa humanidad, ya no hay impunidad para ningún presidente que lleva a su país a una guerra perdida de antemano. Y finalmente hay que decir, que mucha gente se queda solo con los 28 mil muertos del año 2008, pero olvidan por completo los 100 mil muertos que según Jesús Blanco Órnelas produjo la guerra contra las drogas desde los años 1980, invisibilizar a esos 100 mil es un gran error que no se debe permitir, porque se disminuye la magnitud y la gravead del daño hecho tanto por el crimen organizado como por las políticas prohicionistas criminalizadoras de las drogas que impuso Calderón en su
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