CÓMO ESCRIBI LA
DISIPADA HISTORIA DE LA MARIHUANA
I. EL USO TEXTIL EUROPEO
Nulla dies sine linea*
Juan
Pablo García Vallejo
Re-escribir la Historia no es
sencillo, porque la historia broncínea tiene muchos claroscuros, tergiversaciones,
omisiones, lagunas chicas y grandes guiadas por el clasismo, racismo y la
moralina que muchos desconocen, pero la historia negada de la marihuana en
México nos revela repetidamente como la historia
broncínea miente una y otra vez…
Y re-pensar la historia desde abajo,
desde otras perspectivas históricas nuevas nos enseña que siempre en la
marihuana y el marihuano a pesar de ser
parte del Alma de México, todas las elites, desde los europeos
colonizadores, los criollos, los liberales trepadores, los bandoleros
revolucionarios, los pos-revolucionarios reaccionarios triunfantes y el
agandalle paternalista autoritario priista le han tenido miedo a su
divulgación…
Ahora muchos pueden hablar de la
historia de la marihuana en México pero sus reflexiones se quedan todavía en el
estribo. No valoran el alcance de lo subversivo que existe en ella, más allá de
su cualidad des-alienante que proporciona el consumo recreativo de la planta,
enseñarnos que la sociedad conservadora y cerrada siempre ha tolerado su
consumo y no el Estado cuyas propuestas siempre se quedan en el papel.
Sirvan las líneas siguientes para ver
que hablar de historia ya no se hace desde el poder…sino de los que quieren que
desaparezca, el poder, la prohibición, sus burocracias parasitartias y todo
tipo de colonización sean partidos políticos arribistas, ONG dominadas por los
norteamericanos o cualquier otra cosa aquí no considerada…
La historia de la marihuana la
comencé pepenando datos aislados y sistematizándolos después, a métodos
científicos como la historia cultural, la historia de las drogas y la cultura
cannábica, además de mi participación directa en el movimiento cannábico…
pero todo
esto no fue posible sin su antecedente haber hecho Efemérides de Ecatepec,
una historia local de largo alcance, que abarca más de 15 mil años, dedicada a
2.5 millones de gente que no tiene identidad cultural… un grave problema
cultural que tiene el Estado de México.
Con la marihuana me fue mejor, sólo
tenía que estudiar cinco siglos, muchos de ellos negados por propios y extraños,
la mayoría académicos priistas, pero también de progresistas que cobran con la
derecha…doble moralistas.
A mí me intereso re-escribir la historia de la marihuana y de los marihuanos en
México principalmente porque no existía o era muy limitada, parcial,
insuficiente. Pero me interesa más por ser una parte de la historia de las persecuciones
sociales (como los herejes, las brujas, los homosexuales, las mujeres
lectoras, los comunistas, los jóvenes, los terroristas, las hackers), también es
parte de la historia de los grupos socialmente invisibilizados (las mujeres,
los negros, los indígenas, los marihuanos). Esas historia no existían en
relación a la marihuana, aunque ahora todos crean que saben esa historia
desconocen sus verdaderos pilares de interés…
Esto plantea obligadamente el admitir
firmemente la historia negada por una forma de pensamiento prohibicionista,
intolerante y paternalista (liberal-porfirista-posrevolucionario-priista) en
toda la historia de México. Se requería por tanto re-escribir esta historia desde
la presencia
de la marihuana no de su negación, exclusión y discriminación
desde los códigos prescript6ivos elitistas. Y el mejor terreno para esto es el
periodismo cultural porque permite ir publicando los avances logrados. No toda
la enchilada de una sentada.
La negación de la historia de la
marihuana se registra en la Enciclopedia
de México, de los años 1960, dice que esta planta llegó a México a fines de
la Colonia, en el siglo XVIII, mismo argumento que se repite en la Antropología
de Julio Cesar Olive, llegó “tardíamente durante la Colonia para su uso
textil.”
Pero comenzamos a re-escribir
públicamente la historia de la marihuana y sus consumidores a partir del año
2000, porque señala el arribo de la globalización y de la sociedad de la
información, factores sociales que posibilitaron la aparición de los marihuanos ciudadanizados y una de sus
principales demandas: tener acceso a la información y comenzar a
des-infantilizar a la sociedad de la tutela de política paternalistas de
drogas.
Para superar la negación doméstica de la marihuana por la imposición de una historia
lineal oficial necesitamos la mirada exterior, la opinión ajena, que
nos proporcione elementos históricos no prejuiciados como encontramos en la
revista Cáñamo, en uno de sus suplementos nos proporcionó la
descripción del primer contacto con el cannabis: “Los barcos conducidos por
Colón, que llegaron a América, llevaban 80 toneladas de cáñamo entre cuerdas,
redes, velas…”.
El periodista cannábico norteamericano
Steve Wishnia, director de High Times, escribe que “los
europeos cultivaron cáñamo desde el inicio de la Colonización.”
Volviendo a escenario de la primera
colonización, los botánicos nos dicen que la aportación de Cortés a la botánica
fue traer plantas asiáticas, entre ellas el cannabis. Y agregan que tenemos una
herencia negada: la tradición ancestral de ser una sociedad fitolátrica, una
inclinación cultural por los estados alterados de conciencia. Y el historiador de la literatura José
Luis Martínez, en la biografía de Hernán Cortés (1997), nos descubre
quién fue el soldado colonizador que trajo las primeras semillas y enseñó a
cultivarlas, Pedro Cuadrado de Alcalá del Río, siguiendo el diccionario biográfico
de los conquistadores de Francisco A. de
Icaza.
Decía que debo mucho a la
globalización, pues en el año 2001, en una historia no broncínea, La
Colonia II para niños de Francisco Trujillo, nos dice claramente cuando
se autorizó el cultivo de cáñamo en la ciudad de México. “En 1532 don Sebastián
Ramírez de Fuenleal, presidente de la Segunda Audiencia Gobernadora, fue el
primero que los hizo sembrar”. Los niños del siglo XXI saben ya que historia
del cáñamo comienza a inicios de la Colonia, no como todas las generaciones de
mexicanos del siglo XX que vivieron en las penumbras gracias a la
des-información priista.
La mirada inteligente del historiador
de las drogas norteamericano Ernest Abel, nos descubre que fue el primer virrey
de la Nueva España, Antonio de Mendoza, quien recomendó a Pedro Cuadrado
limitar la producción de cannabis porque “los indígenas estaban utilizando la
planta para fines distintos a producir cuerdas.”
Hasta aquí vamos a dejar esta primera
parte, se puede consultar “De la llegada de la cannabis sativa a México y de
cómo fue legal su cultivo durante tres siglos (XVI-XX)”, en el Número 0 de Yerba
libre, órgano de la asociación mexicana de estudios sobre cannabis, de
2003, aunque hay un error en título debe ser siglo XIX. Y. “Notas sobre la
llegada y uso de la marihuana en México (siglo XVI-XIX)”, en Revista Al tiro. Porque ya bailo verta,
primavera de 2003, pp.
Una aclaración necesaria. Me dijeron
que un historiador, librero y pacheco decía que mi libro no servía, pero me
pregunto ¿Qué sentido tiene ser historiador, librero y marihuano si se sigue
colonizado por otros, por la historia broncínea y se está lejos de la
emancipación subjetiva y por supuesto de la creatividad científica…y no escribe
nada sobre la marihuana, nunca de los nuncas, el closet le gusta mucho?
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*No dejar ni siquiera un día de
escribir aunque sea una línea.
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