miércoles, 19 de marzo de 2014
La intolerancia es producto de la ignorancia Juan Pablo García Vallejo
Nota critica añadida de Juan Pablo García Vallejo
La into0lerancia es producto de la ignorancia
*Adicciones no gracias, prefiero la economía de las sensaciones.
++La droga no es un monstruo, es simplemente una relación social.
***La lección del Narco: saber que la sociedad puede vivir sin Estado autoritario y sus problemas acumulados no resueltos.
Ciudad de México a 19 de marzo de 2014.-De los 110 millones de mexicanos y mexicanas, todos desconocen la historia de la marihuana o sea que sus prejuicios, estigmas negativos, condenas morales y leyendas urbanas son producto de que no saben nada y ni quieren saber tampoco nada, prefiriendo seguir considerando el consumo de marihuana como una adicción que e debe ser tratada por el Agenciamiento médico exclusivamente, algo que ya fue superado en otros países.
Porque para que la marihuana siga consolidando su despenalización, la mayoría de los mexicanos creen que todavía esta prohibida cuando no es cierto desee 2009 y desde el año 2000 el movimiento cannábico ha venido descriminalizando su posesión, desmitificando las expectativas de su consumo, desmedicalizando su explicación y destabuizando los consecuencias sociales de su consumo.
Solamente los integrantes del movimiento cannábico sabemos que ya vivimos en la Era del Cannabis Legal, que los consumidores n0o son ni delincuentes ni adictos, sino ciudadanos psicoactivos. Que su consumo no es una adicción sino una expresión particular, entre muchas otras, de la economía de las sensaciones, es decir, de la relación entre los ciudadanos y las sustancias psicoactivas. Sabemos que las drogas no son un monstruo ni un ente desconocido sino simplemente una relación social para trabajar (los que toman café en la oficina) para divertirse (los consumidores recreativos), para paliativos del dolor (enfermos crónicos), como herramienta de la imagen personal (los sumisos a la tiranía de la belleza, la huir de la realidad distópica y materialista que nos hace victimas de la misma realidad por lo cual no podemos escaparnos, etc.
Uno de los enemigos más fuertes de la despenalización y los consumidores de marihuana es la desinformación involuntaria que impone el Estado mexicano a y través de sus instituciones y los medios de comunicación.
La lucha es desventajosa porque los primeros no solo tienen recursos económicos, estructura organizativa y los reflectores de los Medios, mientras que los marihuanos ¿Qué tienen? Solo su convicción de luchar por una causa que consideran necesaria para el momento actual de la sociedad mexicana y no esperar soluciones providencialistas (Peña Nieto y su engaño televisivo)de que las cosas están bien.
Si el narcotráfico nos ha ensañado algo a los mexicanos no ha sido todos los males que hay en la trastienda de la corrupción gubernamental, policiaca, bancaria, sanitaria, además de la violación de los derechos humanos y del sufrimiento social innecesario por la violencia exagerada de la distopia del Narco, sino simplemente que el Estado es un conjunto de problemas acumulados no resueltos y que la sociedad abandonada por el Estado si puede sobrevivir si él.
Las autodefensas son el más claro ejemplo de lo cansado que está la gente de estar indefensa y de ser la principal víctima, aunque no voy a profundizar en este tema porque nos llevaría considerar otras cosas y no propiamente la despenalización, es decir, comenzar a ideologizar la solución a la crisis actual de la sociedad mexicana.
Vivimos en una sociedad del riesgo, una sociedad proteica por diversas protesis de nuestros cuerpos, una sociedad gobernada por el miedo exclusivamente todo esto hecho para allanar siempre el camino para que la visión única y ya nada hegemónica del Estado mexicano para imponer a todos los mexicanos sus decisiones equivocadas. Sabemos que el Estado mexicano paso de ser el actor principal a tener un lugar ya terciario en la vida social, primero el crimen organizado para nuestra desgracia, luego la sociedad civil donde están los partisanos de la despenalización y los intolerantes cultivados, institucionales o ignorantes, los tradicionales y modernos, orales o teologizados, da los mismo y luego ya viene el Estado, que aunque aparezca en la Tele y en las primeras planas ya no tiene ni el poder ni el consenso involuntario por la imposición autoritaria de las decisiones del poder.
Por tanto las opiniones de los mexicanos están regidas por visiones erróneas de la marihuana, su consumo y consumidores, monopolizando todo en la onda de las adicciones, sin tomar en cuenta la palabra de los implicados, como si el sistema de salud nacional estuviera muy fuerte o fuera muy eficaz y eficiente, nada más alejado de la realidad, implemente políticas de salud selectivas. Así que su propuesta de prevención de adicciones nace ya muerta pero se niega a aceptar la diversidad psicoactiva desde el punto de vista de los derechos humanos y no ya ver el consumo desde la perspectiva farmacológica exclusiva y dogmáticamente. La intolerancia es producto de la ignorancia y cualquier expresión de esta solo ratifica la necesidad de tener una relación mejor de los ciudadanos y las drogas lejos de supersticiones y penumbras individuales y colectivas.
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