martes, 12 de julio de 2011
El cultivo de cannabis casero es una excelente terapia
El cultivo de cannabis casero es
una excelente terapia
Juan Pablo García Vallejo
*Mejora la calidad y calidez de vida
** Se evitan riesgo innecesarios por comprar ilegalmente
*** Su rehabilitación médica es inegable hoy en díaAcaba de llegar a México el libro El cultivo ecológico del cannabis. Un manual práctico de José T. Gallego, editado por Indicios, una obra de gran importancia para los seropositivos aficionados al consumo de cannabis, no solamente para que la ingieran sino principalmente para que la cultiven en sus casas.
“Las propiedades terapéuticas de esta planta poco a poco están haciendo aceptadas por la sociedad y los profesionales de la salud. El cannabis como medicamento está en boca de mucha gente. Se alaban sus propiedades y se investigan nuevos usos”, nos dice Gallego.
El autor ha enseñado durante años a cultivar el cannabis a muchísimas personas para que su planta amiga ya no perezca por plagas, se queme por el sol o se pudra por exceso de agua o por fuertes aguaceros.
Desde mediados de los años 1980 muchos seropositivos norteamericanos recurrieron al consumo del cannabis para disminuir sus dolores, potenciar el apetito y evitar los vómitos y nauseas ocasionados por la gran ingesta de medicamentos en el tratamiento anti VIH, pese a que algunos fueron arrestados muchos otros pronto perdieron el miedo a consumirla. Este uso fue la rehabilitación médica de la marihuana y el comienzo de su campaña de legalización no sólo en algunos estados de los Estados Unidos, sino en todo el mundo.
En este útil manual se aprende todo lo que se necesita para cultivar cannabis comienza con el conocimiento biológico y botánico de esta planta amiga, así como de los elementos necesarios para su crecimiento fertilizantes, iluminación, riego y prevención de plagas.
“El cannabis medicinal está de moda. Los políticos comienzan a interesarse en el tema y las asociaciones de pacientes a reclamar su legalización. Además de los consumidores lúdicos, empieza a surgir un nuevo tipo de consumidor: el enfermo (de VIH). Pero no es algo nuevo, muchos de los usuarios habituales lo son en una doble vertiente; por un lado, se divierten fumando cannabis, pero, por otro, lo consumen por los beneficios que causa en su calidad de vida: relaja, abre el apetito, ayuda a dormir bien y combate el estrés. El cannabis. Además de medicina en el sentido científico moderno, lo es de una forma mucho más amplia”, explica este experto cultivador ecológico.
Gallego propone el cultivo casero para disminuir los riegos a la salud al consumir cannabis adquirida en el mercado negro que generalmente está contaminado con fertilizantes y pesticidas. Esto puede hacer daño a la salud ya de por si deteriorada de los seropositivos.
“En el mercado negro es muy difícil encontrar marihuana de primera calidad, más aún si el paciente no tiene ninguna relación con ese mundo. El hachís comercial no es apropiado para el uso médico por los adulterantes que lleva. La marihuana comercial no siempre se produce con los cuidados necesarios para que pueda ser usada por enfermos que tal vez tengan el sistema inmunitario debilitado. Por ejemplo, si la hierba nos e seca correctamente, pueden criarse en ella diversos especies de mohos y hongos, y algunos de estos últimos podrían causar infecciones en las vías respiratorias de aquellos que fumasen la marihuana. La adquisición de marihuana en el mercado negro conlleva además riesgos que los pacientes no quieren correr”, afirma Gallego.
Y se explica por los prejuicios, el estigma social y las ideas erróneas que asocian el cannabis con el ambiente criminal. Por eso muchos enfermos no quieren consumirla aunque saben que les hace bien, no quieren que se les estigmatice otra vez luego de haber sufrido el estigma social y discriminador de ser VIH+.
Los enfermos pueden consumir cannabis médica cultivada por ellos mismos, algo que se convierte en una terapia que mejora sus condiciones de vida, es igual al tener mascotas de compañía o ejercitar juegos de mesa para mantener la mente activa y evitar que se hunda en pensamientos pesimistas o en una prolongada depresión que puede ocasionar muchas otras enfermedades.
“Plantar marihuana no es un trabajo pesado, al menos si se hace a pequeña escala. Bien por el contrario, resulta una actividad relajante y satisfactoria. En el caso de enfermos graves que encuentra en la marihuana alivio a sus dolencias, el autocultivo resulta una terapia. La persona que está bajo el cuidado de médicos y familiares llega a sentirse muy dependiente y a merced de los demás. La relación con las plantas, seres vivos que dependen de su cuidador, es muy beneficiosa y gratificante”.
El periodista y defensor de la despenalización también nos advierte de algunos inconvenientes que pueden surgir cuando la policía descubre el cultivo casero. “El autocultivo se presenta así como la mejor opción para las personas enfermas, especialmente teniendo en cuenta que la cantidad que necesitan la mayoría no sobrepasa los cien gramos al año. No son necesarias más que tres o cuatro plantas para cosechar, en una azotea o en un pequeño jardín sin temor. Si vienen las fuerzas del orden, el cultivador debería explicar los motivos que le han llevado a cultivarla y reclamar su derecho a usar las medicinas que mejor alivien sus dolencias.”
El cultivo ecológico de cannabis será un libro de consulta necesaria para muchos enfermos en todo este siglo XXI.
José T. Gallego
El cultivo ecológico del cannabis. Un manual prácticoEditorial Indicios, Barcelona, 2011, 190 pp.
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